/ jueves 23 de julio de 2020

Corren rumores | Una muerte lenta

Escenario catastrófico… Terrible el escenario que describe el dirigente de los restauranteros en el país, Francisco Fernández Alonso, quien definió la situación que se vive en este momento como “una muerte lenta” para este sector.

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Nunca, dijo, habíamos visualizado un escenario tan catastrófico como el de ahora. Deja ver que primero fue la crisis de los cien días de cierre y luego con la reapertura una dura realidad.

El 30% de aforo que se permite en estos sitios no compensa la recuperación económica, porque para que un negocio salga tablas tiene que tener un 60% de ocupación.

Además, de nada sirve abrir si la gente no asiste a restaurantes. Muchos se endeudaron para volver a abrir y ahora están arrepentidos, porque al final van a tener que cerrar y quedarse con las deudas que tendrán que pagar. Muerte lenta y dolorosa.

La cultura del miedo… Coincide que en este momento en muchos mexicanos está prevaleciendo la cultura del miedo y por eso no acuden a restaurantes, bares o lugares de recreación.

Van, como siempre pasa, los más audaces, los que abren el camino, pero el resto de la “manada, dicho con todo respeto, se queda en espera. Por eso determinó que esto es la muerte lenta para los restaurantes y podrá tener razón, pues de acuerdo con Canirac, en Sonora ya han cerrado cerca de dos mil negocios de este giro, algunos verdaderamente emblemáticos que no se sabe si volverán a reabrir o de plano pasarán a ser parte de la historia urbana.

Algo huele mal… En Bahía Kino algo huele mal. Con el asunto de la introducción del drenaje para modernizar a esta comunidad, las cosas siguen atoradas por el grupo que ha estado bateando desde hace rato, pero ahora quedó en total exhibición con un video que apareció en las redes sociales en donde, a lo cochi, se ve una pipa que se usa para limpiar fosas sépticas tirando el cochinero a pleno monte y cerca de Kino Viejo.

Se supone que ya se está investigando quién es el dueño y porque viola todas las leyes ambientales. Y en la rascada está saliendo podredumbre y se aclara por qué un grupúsculo quiere parar el proyecto del drenaje. Mucho dinero y cochinada va a quedar al descubierto.

En reversa, mami… El secretario de Hacienda, Arturo Herrera, a veces peca de congruente y por eso se ha llevado algunas correcciones presidenciales desde que era subsecretario.

Bueno, pues ahora se llevó otra. Resulta que en la reunión con integrantes de la Canacintra salió a favor de usar el cubrebocas, porque eso ayudará a la gente a adaptarse a los cambios de la nueva normalidad para trabajar.

Se entendió que el uso del cubrebocas servía para reactivar la economía. Hasta ahí muy bien, congruente.

Pero el miércoles en la mañanera, el presidente López Obrador le dijo que explicara lo de la mascarilla porque si era así hasta él la usaría, y tuvo que meter reversa y decir que usó el ejemplo como “una analogía”. En pocas palabras, en reversa, mami, en reversa.

Donde manda capitán… El asunto del cubrebocas quedó en otra anécdota, porque todo surgió cuando un reportero le dijo al Presidente: “Quería preguntarle si igual que el Secretario de Hacienda considera que el cubrebocas va a ser clave para la reactivación económica”.

El Presidente le responde tajante: “Creo que es muy desproporcionado, ojalá y fuese eso. No es así, en caso de que fuera me lo pongo de inmediato. Yo sigo las recomendaciones de médicos y científicos”. Y mientras Arturo Herrera pedía la palabra para responder al reportero, el Presidente dijo: “No creo que haya dicho eso”. Gulp. Y en lo que pasaba aceite, el funcionario tuvo que enmendar la plana y aclarar que lo dijo como una analogía. Chin, que feo vivir en Cocodrilandia, donde los cocodrilos vuelan bajito. Ni modo, donde manda capitán, los marineros ni respiran.

Razones de salud… Si el diablo no mete la cola y si el jefe no se encapricha, este jueves el secretario de Comunicaciones Javier Jiménez Espriú, debe presentar su renuncia y será por motivos de salud física, aunque en realidad es por motivos de salud política, porque es de los involucrados en el caso de los moches y contratos corruptos de la empresa brasileña Odebrecht, pues su esposa es socia de una de las empresas que tuvo que ver en estas transas.

Sin embargo tiene el pretexto perfecto, pues a sus 82 años tiene que vivir en total aislamiento y además puede presumir de males cardiacos que implican operación.

De esta manera cuando el asunto truene con lo que va a declarar Emilio Lozoya, ya estará en casita durmiendo como nene. Ustedes cómo ven, le aceptarán la renuncia o lo dejan en un acto de “amachamiento” de su jefe.

Se va a poner interesante, porque puede ser el inicio de un salpicadero para otros funcionarios de la 4T. Veremos qué tanto es tantito.

En fin, por eso mejor recordar lo que decía el Lichi Contreras, agua que no has de beber, pásala pa’l Acuaférico. Sale.

Escenario catastrófico… Terrible el escenario que describe el dirigente de los restauranteros en el país, Francisco Fernández Alonso, quien definió la situación que se vive en este momento como “una muerte lenta” para este sector.

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Nunca, dijo, habíamos visualizado un escenario tan catastrófico como el de ahora. Deja ver que primero fue la crisis de los cien días de cierre y luego con la reapertura una dura realidad.

El 30% de aforo que se permite en estos sitios no compensa la recuperación económica, porque para que un negocio salga tablas tiene que tener un 60% de ocupación.

Además, de nada sirve abrir si la gente no asiste a restaurantes. Muchos se endeudaron para volver a abrir y ahora están arrepentidos, porque al final van a tener que cerrar y quedarse con las deudas que tendrán que pagar. Muerte lenta y dolorosa.

La cultura del miedo… Coincide que en este momento en muchos mexicanos está prevaleciendo la cultura del miedo y por eso no acuden a restaurantes, bares o lugares de recreación.

Van, como siempre pasa, los más audaces, los que abren el camino, pero el resto de la “manada, dicho con todo respeto, se queda en espera. Por eso determinó que esto es la muerte lenta para los restaurantes y podrá tener razón, pues de acuerdo con Canirac, en Sonora ya han cerrado cerca de dos mil negocios de este giro, algunos verdaderamente emblemáticos que no se sabe si volverán a reabrir o de plano pasarán a ser parte de la historia urbana.

Algo huele mal… En Bahía Kino algo huele mal. Con el asunto de la introducción del drenaje para modernizar a esta comunidad, las cosas siguen atoradas por el grupo que ha estado bateando desde hace rato, pero ahora quedó en total exhibición con un video que apareció en las redes sociales en donde, a lo cochi, se ve una pipa que se usa para limpiar fosas sépticas tirando el cochinero a pleno monte y cerca de Kino Viejo.

Se supone que ya se está investigando quién es el dueño y porque viola todas las leyes ambientales. Y en la rascada está saliendo podredumbre y se aclara por qué un grupúsculo quiere parar el proyecto del drenaje. Mucho dinero y cochinada va a quedar al descubierto.

En reversa, mami… El secretario de Hacienda, Arturo Herrera, a veces peca de congruente y por eso se ha llevado algunas correcciones presidenciales desde que era subsecretario.

Bueno, pues ahora se llevó otra. Resulta que en la reunión con integrantes de la Canacintra salió a favor de usar el cubrebocas, porque eso ayudará a la gente a adaptarse a los cambios de la nueva normalidad para trabajar.

Se entendió que el uso del cubrebocas servía para reactivar la economía. Hasta ahí muy bien, congruente.

Pero el miércoles en la mañanera, el presidente López Obrador le dijo que explicara lo de la mascarilla porque si era así hasta él la usaría, y tuvo que meter reversa y decir que usó el ejemplo como “una analogía”. En pocas palabras, en reversa, mami, en reversa.

Donde manda capitán… El asunto del cubrebocas quedó en otra anécdota, porque todo surgió cuando un reportero le dijo al Presidente: “Quería preguntarle si igual que el Secretario de Hacienda considera que el cubrebocas va a ser clave para la reactivación económica”.

El Presidente le responde tajante: “Creo que es muy desproporcionado, ojalá y fuese eso. No es así, en caso de que fuera me lo pongo de inmediato. Yo sigo las recomendaciones de médicos y científicos”. Y mientras Arturo Herrera pedía la palabra para responder al reportero, el Presidente dijo: “No creo que haya dicho eso”. Gulp. Y en lo que pasaba aceite, el funcionario tuvo que enmendar la plana y aclarar que lo dijo como una analogía. Chin, que feo vivir en Cocodrilandia, donde los cocodrilos vuelan bajito. Ni modo, donde manda capitán, los marineros ni respiran.

Razones de salud… Si el diablo no mete la cola y si el jefe no se encapricha, este jueves el secretario de Comunicaciones Javier Jiménez Espriú, debe presentar su renuncia y será por motivos de salud física, aunque en realidad es por motivos de salud política, porque es de los involucrados en el caso de los moches y contratos corruptos de la empresa brasileña Odebrecht, pues su esposa es socia de una de las empresas que tuvo que ver en estas transas.

Sin embargo tiene el pretexto perfecto, pues a sus 82 años tiene que vivir en total aislamiento y además puede presumir de males cardiacos que implican operación.

De esta manera cuando el asunto truene con lo que va a declarar Emilio Lozoya, ya estará en casita durmiendo como nene. Ustedes cómo ven, le aceptarán la renuncia o lo dejan en un acto de “amachamiento” de su jefe.

Se va a poner interesante, porque puede ser el inicio de un salpicadero para otros funcionarios de la 4T. Veremos qué tanto es tantito.

En fin, por eso mejor recordar lo que decía el Lichi Contreras, agua que no has de beber, pásala pa’l Acuaférico. Sale.