/ jueves 10 de enero de 2019

Cruzando líneas | El muro: El capricho presidencial

Texas.- Crisis. Hay crisis en la frontera Sur de Estados Unidos. Es una crisis más que nada imaginaria, pero suficiente para ser considerada una emergencia nacional por el presidente Trump.

Construiremos un muro y México pagará por él.

Pero es él quien se está topando con pared. Desde que el magnate republicano llegó a la Casa Blanca ha cambiado la perspectiva sobre inmigración, tanto que el pueblo estadounidense es cada vez más solidario con los que llegan de fuera.

Esta es una elección entre el bien y el mal, la justicia y la injusticia. Se trata de cumplir nuestro sagrado deber con los ciudadanos estadounidenses a quienes servimos.

De acuerdo a una encuesta Gallup realizada en 2018, el 75% de los ciudadanos consideran que la inmigración es, en realidad, beneficiosa para el país y la tendencia sigue favoreciendo a los extranjeros, independientemente de dónde vengan. Es decir, el discurso de aproximadamente nueve minutos que dedicó el Ejecutivo a arremeter en contra de los indocumentados, los refugiados o los migrantes centroamericanos, evidenció su ignorancia migratoria.

¿Cuánta sangre debe derramarse para que el Congreso haga su trabajo?

El primer mandatario hizo su berrinche en horario estelar; dio sus patadas de ahogado frente al mundo en televisión nacional. No se ha dado cuenta que el pueblo se ha convertido en su detector personal de mentiras. Y en su discurso mintió: No, el muro no es la solución para todos sus males, bueno, casi todos.

Nuestra frontera Sur es un ducto para una gran cantidad de drogas ilegales, incluyendo metanfetamina, heroína, cocaína y fentanilo. Cada semana 300 de nuestros ciudadanos mueren solo por la heroína.

Repartió culpas. Las cruces se las pasó a México. No habló de corrupción ni explicó cómo el veneno cruza por las garitas fronterizas y no por el desierto. Se ensañó con las muertes.

A lo largo de los años, miles de estadounidenses han sido brutalmente asesinados por aquellos que ingresaron ilegalmente a nuestro país, y miles de vidas más se perderán si no actuamos en este momento.

Pero los números muestran otra realidad en la que los inmigrantes tienen menos probabilidades de cometer crímenes que los ciudadanos estadounidenses; las sentencias por homicidios, por ejemplo, lo ratifican: no son los indocumentados los que están matando.

Así deberíamos entender que no todo se puede explicar con números, mucho menos si son “datos alternativos”; sus estadísticas tergiversadas ya no consiguen atemorizar. Los rostros han hablado más fuerte, pero él se niega a verlos de frente.

En campaña, el candidato decía que construiría el famoso muro y que México pagaría por él. Ahora, el Presidente, tiene secuestrada a una administración que se niega a darle dinero de los estadounidenses para edificar el cerco en la frontera. Sí, su capricho presidencial tiene al Gobierno cerrado y él se jacta de ello en un trillado y mal informado discurso nacional.

Maritza L. Félix. Periodista, escritora y amante de las letras.

Twitter: @MaritzaLFelix

Correo: maritzalizethfelix@gmail.com

Texas.- Crisis. Hay crisis en la frontera Sur de Estados Unidos. Es una crisis más que nada imaginaria, pero suficiente para ser considerada una emergencia nacional por el presidente Trump.

Construiremos un muro y México pagará por él.

Pero es él quien se está topando con pared. Desde que el magnate republicano llegó a la Casa Blanca ha cambiado la perspectiva sobre inmigración, tanto que el pueblo estadounidense es cada vez más solidario con los que llegan de fuera.

Esta es una elección entre el bien y el mal, la justicia y la injusticia. Se trata de cumplir nuestro sagrado deber con los ciudadanos estadounidenses a quienes servimos.

De acuerdo a una encuesta Gallup realizada en 2018, el 75% de los ciudadanos consideran que la inmigración es, en realidad, beneficiosa para el país y la tendencia sigue favoreciendo a los extranjeros, independientemente de dónde vengan. Es decir, el discurso de aproximadamente nueve minutos que dedicó el Ejecutivo a arremeter en contra de los indocumentados, los refugiados o los migrantes centroamericanos, evidenció su ignorancia migratoria.

¿Cuánta sangre debe derramarse para que el Congreso haga su trabajo?

El primer mandatario hizo su berrinche en horario estelar; dio sus patadas de ahogado frente al mundo en televisión nacional. No se ha dado cuenta que el pueblo se ha convertido en su detector personal de mentiras. Y en su discurso mintió: No, el muro no es la solución para todos sus males, bueno, casi todos.

Nuestra frontera Sur es un ducto para una gran cantidad de drogas ilegales, incluyendo metanfetamina, heroína, cocaína y fentanilo. Cada semana 300 de nuestros ciudadanos mueren solo por la heroína.

Repartió culpas. Las cruces se las pasó a México. No habló de corrupción ni explicó cómo el veneno cruza por las garitas fronterizas y no por el desierto. Se ensañó con las muertes.

A lo largo de los años, miles de estadounidenses han sido brutalmente asesinados por aquellos que ingresaron ilegalmente a nuestro país, y miles de vidas más se perderán si no actuamos en este momento.

Pero los números muestran otra realidad en la que los inmigrantes tienen menos probabilidades de cometer crímenes que los ciudadanos estadounidenses; las sentencias por homicidios, por ejemplo, lo ratifican: no son los indocumentados los que están matando.

Así deberíamos entender que no todo se puede explicar con números, mucho menos si son “datos alternativos”; sus estadísticas tergiversadas ya no consiguen atemorizar. Los rostros han hablado más fuerte, pero él se niega a verlos de frente.

En campaña, el candidato decía que construiría el famoso muro y que México pagaría por él. Ahora, el Presidente, tiene secuestrada a una administración que se niega a darle dinero de los estadounidenses para edificar el cerco en la frontera. Sí, su capricho presidencial tiene al Gobierno cerrado y él se jacta de ello en un trillado y mal informado discurso nacional.

Maritza L. Félix. Periodista, escritora y amante de las letras.

Twitter: @MaritzaLFelix

Correo: maritzalizethfelix@gmail.com