/ jueves 27 de septiembre de 2018

Cruzando líneas | La hispanidad: El nuevo rostro de Estados Unidos

Latina. Mexicana. Migrante. Trigueña. Descendiente. Hispana por definición. Esta soy yo: el rostro de mi patria y las facciones de una tierra nueva en la que he echado raíces.

Soy una de más de 52 millones. Soy parte de una revolución cultural. Soy de una generación que no tiene las manos curtidas; con más libros que complejos; más orgullosa y menos sumisa; con más voz que eco. Soy el perfil de la Herencia Hispana. Soy, con y sin etiquetas. Soy bilingüe. Soy multicultural. Soy una más de la gran tribu de sangre indígena en el mundo. Soy como ellos, los grandes y los que se esconden, los que brillan y los que vivirán siempre en las sombras. También soy sol.

Soy el recuerdo de mis padres y mis abuelos. Soy su fruto y el de la Malinche. Soy, así, con acento y con tilde. Soy raíz y árbol. Soy el sazón del maíz y el sabor del chile. Soy las flores que crecen y las que se bordan. Soy las lágrimas, el sudor y el albur. Soy picardía. Soy la conquista y la colonización. Soy el mestizaje con ojos verdes. Soy el retrato de la historia. Soy el espejo de mis muertos. Soy la Herencia Hispana.

Soy el Mes de la Hispanidad y la Independencia. Soy la revolución y la tregua. Mi sangre que hierve es el acuerdo de paz. Soy el conflicto, el antídoto y el veneno. Soy los contrastes de mi México. Soy Latinoamérica. Soy mis hermanos del Norte y el Sur. Soy una y todos. Soy de lo que escriben cuando dicen minoría. Soy el centro del debate político. Soy el río que fluye entre muros. Soy la frontera. Soy un número en el Censo. Soy la demografía y el mercado. Soy la estadística y el ser humano. Soy el guiso y el postre. Soy lo mismo que tú.

Esto soy. Esto son ustedes. Esto eres. En Estados Unidos juntos somos lo que se celebra por 30 días, pero se cuestiona y condena más de 300. Juntos somos el pasado que les duele recordar y la afrenta histórica por territorios que hace mucho fueron nuestros. Juntos somos los artistas que con su fertilidad se han atrevido a pintar al país blanco de moreno. Juntos somos los que labramos los campos con tradiciones. Juntos somos el color y la chispa, el escándalo y la música, la multitud y la soledad. Somos la Herencia Hispana.

Somos el coro de la melodía, a pesar de que hay días que amanecemos desentonados con el vecino, el trabajo y hasta el presidente. Somos los caballos de fuerza y los que llevan las cuerdas. Somos de arriba a abajo. Somos los que celebran la Herencia Hispana todo el año solo porque sí, porque la traemos en la sangre, porque somos, porque es nuestra, porque podemos, porque es nuestra cruz, porque es intrínseca. Somos los que aprovechamos este decreto para escalar, presumir, para demostrar, para enseñar que la hispanidad no es un día feriado, sino una cultura y una herencia.

Celebremos con ellos por un mes y con nosotros el resto de la vida.

Maritza L. Félix. Periodista, escritora y amante de las letras.

Twitter: @MaritzalFélix

Correo: maritzalizethfelix@gmail.com

Latina. Mexicana. Migrante. Trigueña. Descendiente. Hispana por definición. Esta soy yo: el rostro de mi patria y las facciones de una tierra nueva en la que he echado raíces.

Soy una de más de 52 millones. Soy parte de una revolución cultural. Soy de una generación que no tiene las manos curtidas; con más libros que complejos; más orgullosa y menos sumisa; con más voz que eco. Soy el perfil de la Herencia Hispana. Soy, con y sin etiquetas. Soy bilingüe. Soy multicultural. Soy una más de la gran tribu de sangre indígena en el mundo. Soy como ellos, los grandes y los que se esconden, los que brillan y los que vivirán siempre en las sombras. También soy sol.

Soy el recuerdo de mis padres y mis abuelos. Soy su fruto y el de la Malinche. Soy, así, con acento y con tilde. Soy raíz y árbol. Soy el sazón del maíz y el sabor del chile. Soy las flores que crecen y las que se bordan. Soy las lágrimas, el sudor y el albur. Soy picardía. Soy la conquista y la colonización. Soy el mestizaje con ojos verdes. Soy el retrato de la historia. Soy el espejo de mis muertos. Soy la Herencia Hispana.

Soy el Mes de la Hispanidad y la Independencia. Soy la revolución y la tregua. Mi sangre que hierve es el acuerdo de paz. Soy el conflicto, el antídoto y el veneno. Soy los contrastes de mi México. Soy Latinoamérica. Soy mis hermanos del Norte y el Sur. Soy una y todos. Soy de lo que escriben cuando dicen minoría. Soy el centro del debate político. Soy el río que fluye entre muros. Soy la frontera. Soy un número en el Censo. Soy la demografía y el mercado. Soy la estadística y el ser humano. Soy el guiso y el postre. Soy lo mismo que tú.

Esto soy. Esto son ustedes. Esto eres. En Estados Unidos juntos somos lo que se celebra por 30 días, pero se cuestiona y condena más de 300. Juntos somos el pasado que les duele recordar y la afrenta histórica por territorios que hace mucho fueron nuestros. Juntos somos los artistas que con su fertilidad se han atrevido a pintar al país blanco de moreno. Juntos somos los que labramos los campos con tradiciones. Juntos somos el color y la chispa, el escándalo y la música, la multitud y la soledad. Somos la Herencia Hispana.

Somos el coro de la melodía, a pesar de que hay días que amanecemos desentonados con el vecino, el trabajo y hasta el presidente. Somos los caballos de fuerza y los que llevan las cuerdas. Somos de arriba a abajo. Somos los que celebran la Herencia Hispana todo el año solo porque sí, porque la traemos en la sangre, porque somos, porque es nuestra, porque podemos, porque es nuestra cruz, porque es intrínseca. Somos los que aprovechamos este decreto para escalar, presumir, para demostrar, para enseñar que la hispanidad no es un día feriado, sino una cultura y una herencia.

Celebremos con ellos por un mes y con nosotros el resto de la vida.

Maritza L. Félix. Periodista, escritora y amante de las letras.

Twitter: @MaritzalFélix

Correo: maritzalizethfelix@gmail.com