/ jueves 21 de febrero de 2019

Cruzando líneas | Trump: La verdadera definición de la emergencia nacional

Arizona.- Es porosa; a veces se abre con descaro y otras se blinda con presunción. En sus contrastes está su belleza; su maldición y su debilidad. Todos pasan por ella, por las buenas o por las malas. Ella se queda ahí, muda; es una testigo y cómplice, a veces una víctima. Así es la frontera: Canija.

Es testarudo y prepotente. Tiene un ego tan grande como su insolencia. Hay días que se levanta de empresario y otros en los que juega a ser presidente. Está acostumbrado a solapar, comprar y ganar. No se calla, aunque debiera. Juega sucio para salirse con la suya. Se burla de las reglas y hasta la Constitución. Es inteligente y astuto… manipulador. Así es Donald Trump: Canijo.

A la frontera y a Trump los separa una crisis, pero los une una emergencia nacional. Es difícil saber qué es lo más perturbador, si la presunta invasión imaginaria de “criminales” indocumentados o la declaración en donde el Ejecutivo se ampara para construir el muro con fondos procedentes del presupuesto de otras agencias de seguridad pública que sí combaten amenazas reales. El republicano quiere tapar un hoyo con otro. Es un parche y lo sabe; pero le encanta saborearse el hecho de saber que si lo consigue, pasaría a la historia como el presidente que logró edificar la polémica barda con México.

Quizá no lo logre.

Después de declarar la emergencia nacional –que él mismo admitió que no era necesaria– comenzó la lluvia de demandas. Son 16 estados los que se oponen a esta medida que agilizaría la construcción del muro a costa de recortes y eliminación de programas militares. La labor de presupuestar, argumentan, es del Congreso no del presidente.

Pero Arizona no demandó; de hecho, el gobernador, Doug Ducey, felicitó al primer mandatario por dar un paso firme en contra de la inmigración ilegal y los crímenes relacionados con la zona fronteriza. Quizá cuando escribió el tuit de apoyo, al gobernador Ducey no le había caído el veinte: esta declaración de emergencia podría poner en jaque a una de las bases aéreas más importantes de la región y el programa de F-35 por el que tanto ha peleado Arizona. Si el presidente Trump se sale con la suya, Arizona se vuelve aún más vulnerable, ya que la frontera no sería la única zona porosa en el Estado.

Lo que preocupa también, además de los anticipados recortes en el rubro de seguridad nacional, es lo que es considerado como una emergencia para esta administración, ya que incluso cuando los cruces ilegales han disminuido, cuando los crímenes cometidos por indocumentados son muchos menos y los decomisos de drogas han caído en el desierto y han aumentado en los puertos de entrada, se hace esta declaración para dejar un precedente político. ¿Cuestión de ego? ¿Indigestión de poder? ¿Guerra de partidos?

En realidad, la crisis de Estados Unidos no está en la frontera, sino en la Casa Blanca; la amenaza a los valores americanos no está en las caravanas atoradas en las garitas en espera de asilo, sino en la Oficina Oval; el enemigo de la paz no está en un pedazo de tierra, sino en un magnate con poder presidencial… es decir, el problema no está en la zona que colinda con México, sino en el capricho de un político fanfarrón que secuestra y pone en jaque a su mismo gobierno. Se podría decir entonces que Trump es, por ende, la verdadera emergencia nacional.

Maritza L. Félix. Periodista, escritora y amante de las letras.

Twitter: @MaritzaLFélix

Correo: maritzalizethfelix@gmail.com

Arizona.- Es porosa; a veces se abre con descaro y otras se blinda con presunción. En sus contrastes está su belleza; su maldición y su debilidad. Todos pasan por ella, por las buenas o por las malas. Ella se queda ahí, muda; es una testigo y cómplice, a veces una víctima. Así es la frontera: Canija.

Es testarudo y prepotente. Tiene un ego tan grande como su insolencia. Hay días que se levanta de empresario y otros en los que juega a ser presidente. Está acostumbrado a solapar, comprar y ganar. No se calla, aunque debiera. Juega sucio para salirse con la suya. Se burla de las reglas y hasta la Constitución. Es inteligente y astuto… manipulador. Así es Donald Trump: Canijo.

A la frontera y a Trump los separa una crisis, pero los une una emergencia nacional. Es difícil saber qué es lo más perturbador, si la presunta invasión imaginaria de “criminales” indocumentados o la declaración en donde el Ejecutivo se ampara para construir el muro con fondos procedentes del presupuesto de otras agencias de seguridad pública que sí combaten amenazas reales. El republicano quiere tapar un hoyo con otro. Es un parche y lo sabe; pero le encanta saborearse el hecho de saber que si lo consigue, pasaría a la historia como el presidente que logró edificar la polémica barda con México.

Quizá no lo logre.

Después de declarar la emergencia nacional –que él mismo admitió que no era necesaria– comenzó la lluvia de demandas. Son 16 estados los que se oponen a esta medida que agilizaría la construcción del muro a costa de recortes y eliminación de programas militares. La labor de presupuestar, argumentan, es del Congreso no del presidente.

Pero Arizona no demandó; de hecho, el gobernador, Doug Ducey, felicitó al primer mandatario por dar un paso firme en contra de la inmigración ilegal y los crímenes relacionados con la zona fronteriza. Quizá cuando escribió el tuit de apoyo, al gobernador Ducey no le había caído el veinte: esta declaración de emergencia podría poner en jaque a una de las bases aéreas más importantes de la región y el programa de F-35 por el que tanto ha peleado Arizona. Si el presidente Trump se sale con la suya, Arizona se vuelve aún más vulnerable, ya que la frontera no sería la única zona porosa en el Estado.

Lo que preocupa también, además de los anticipados recortes en el rubro de seguridad nacional, es lo que es considerado como una emergencia para esta administración, ya que incluso cuando los cruces ilegales han disminuido, cuando los crímenes cometidos por indocumentados son muchos menos y los decomisos de drogas han caído en el desierto y han aumentado en los puertos de entrada, se hace esta declaración para dejar un precedente político. ¿Cuestión de ego? ¿Indigestión de poder? ¿Guerra de partidos?

En realidad, la crisis de Estados Unidos no está en la frontera, sino en la Casa Blanca; la amenaza a los valores americanos no está en las caravanas atoradas en las garitas en espera de asilo, sino en la Oficina Oval; el enemigo de la paz no está en un pedazo de tierra, sino en un magnate con poder presidencial… es decir, el problema no está en la zona que colinda con México, sino en el capricho de un político fanfarrón que secuestra y pone en jaque a su mismo gobierno. Se podría decir entonces que Trump es, por ende, la verdadera emergencia nacional.

Maritza L. Félix. Periodista, escritora y amante de las letras.

Twitter: @MaritzaLFélix

Correo: maritzalizethfelix@gmail.com