/ jueves 20 de enero de 2022

Democracia y debate | 100 años

“Pasarán más de mil años, muchos más…”, así los años en el bolero “Sabor a mí”, de Álvaro Carrillo, estamos muy conscientes que mil años son muchos años, vamos quitando unos pocos, y ahora recordemos el tango de Gardel, “Volver”, que nos dice: “Que veinte años no es nada…”, acá estamos hablando de 100 años.

¿Para qué vivir 100 años?, con el paso del tiempo la ciencia procura más años de vida en los seres humanos, con los descubrimientos científicos, con los nuevos medicamentos, con los estudios que se vienen haciendo incluso en tiempo de pandemia, y a pesar de la misma, se alarga la vida de quienes tienen la fortuna, la suerte o los recursos para acceder a tiempo a la ciencia, así vemos cómo se van acumulando los años en algunos habitantes de este mundo, algunos con mayores facultades que otros, pero ya no es tan poco común celebrar 90 años y más.

Pero ¿para qué?, sin duda vivir merece la pena, ver crecer a los hijos, a los nietos, a los bisnietos, seguramente es un privilegio, y más si la salud permanece a nuestro lado, para poder disfrutar lo que se está viendo a nuestro alrededor.

Será cuestión de hablar con los adultos mayores, de más de 90 años, para saber si están contentos con esta línea de años que han cruzado, por lo que respecta a mi padre que murió con más de 90 años, me consta que le gustaba vivir, quería vivir y tuvo la muerte de los reyes, dormido.

Pero hay quienes superan al tiempo y llegan a los 100 años de vida y todo para que la historia los alcance, para que sus actos sean juzgados y para que no tengan escapatoria y vivan en este mundo su condena.

Luis Echeverría (presidente de México 1970-1976), cumple 100 años de vida y arrastra tras de sí como si fueran cadenas, la responsabilidad de sus actos, su responsabilidad en los hechos contra los estudiantes mexicanos en 1968, los acontecimientos violentos nuevamente contra los estudiantes en 1971, su persecución a los grupos armados, su muy descompuesta relación con Sonora, el inicio de las recurrentes crisis económicas en nuestro país, entre muchos actos antes de su presidencia en los cuales tuvo incidencia y durante su mandato.

Se sabe que algunos de sus ex colaboradores se dieron el tiempo de felicitarlo, celebrarlo y seguramente recordar su tiempo en el poder.

Se dice coloquialmente que la historia los juzgará, algunos viven lo suficiente para obtener su sentencia en vida. Una vida de 100 años.


“Pasarán más de mil años, muchos más…”, así los años en el bolero “Sabor a mí”, de Álvaro Carrillo, estamos muy conscientes que mil años son muchos años, vamos quitando unos pocos, y ahora recordemos el tango de Gardel, “Volver”, que nos dice: “Que veinte años no es nada…”, acá estamos hablando de 100 años.

¿Para qué vivir 100 años?, con el paso del tiempo la ciencia procura más años de vida en los seres humanos, con los descubrimientos científicos, con los nuevos medicamentos, con los estudios que se vienen haciendo incluso en tiempo de pandemia, y a pesar de la misma, se alarga la vida de quienes tienen la fortuna, la suerte o los recursos para acceder a tiempo a la ciencia, así vemos cómo se van acumulando los años en algunos habitantes de este mundo, algunos con mayores facultades que otros, pero ya no es tan poco común celebrar 90 años y más.

Pero ¿para qué?, sin duda vivir merece la pena, ver crecer a los hijos, a los nietos, a los bisnietos, seguramente es un privilegio, y más si la salud permanece a nuestro lado, para poder disfrutar lo que se está viendo a nuestro alrededor.

Será cuestión de hablar con los adultos mayores, de más de 90 años, para saber si están contentos con esta línea de años que han cruzado, por lo que respecta a mi padre que murió con más de 90 años, me consta que le gustaba vivir, quería vivir y tuvo la muerte de los reyes, dormido.

Pero hay quienes superan al tiempo y llegan a los 100 años de vida y todo para que la historia los alcance, para que sus actos sean juzgados y para que no tengan escapatoria y vivan en este mundo su condena.

Luis Echeverría (presidente de México 1970-1976), cumple 100 años de vida y arrastra tras de sí como si fueran cadenas, la responsabilidad de sus actos, su responsabilidad en los hechos contra los estudiantes mexicanos en 1968, los acontecimientos violentos nuevamente contra los estudiantes en 1971, su persecución a los grupos armados, su muy descompuesta relación con Sonora, el inicio de las recurrentes crisis económicas en nuestro país, entre muchos actos antes de su presidencia en los cuales tuvo incidencia y durante su mandato.

Se sabe que algunos de sus ex colaboradores se dieron el tiempo de felicitarlo, celebrarlo y seguramente recordar su tiempo en el poder.

Se dice coloquialmente que la historia los juzgará, algunos viven lo suficiente para obtener su sentencia en vida. Una vida de 100 años.