/ jueves 11 de agosto de 2022

Democracia y debate | Abuso infantil 

No existe ningún argumento válido para abusar de un menor, no existe ninguna razón posible para abusar de un menor, no existe ningún pretexto para abusar de un menor, no es posible de ninguna forma, de ninguna manera justificar, bajo ninguna circunstancia el abuso de un menor o, peor aún de varios menores.

Lo que ha mostrado la periodista Michelle Rivera en sus redes y le ha costado incluso críticas incomprensibles, muestra la crueldad humana.

No es posible comprender que personas adultas, como medida disciplinaria realicen castigos que lastimen física y psicológicamente a menores que no tienen la fortuna de contar con una familia que los llene de amor y protección.

Lo he dicho y lo repito, lo más valioso de las naciones son los niños y las niñas, en ellas y en ellos está puesta la esperanza de un mejor futuro, son ellos el reflejo de la sociedad que podemos llegar a ser, es en la formación de los pequeños donde podemos abrigar esperanzas de trascender, de ser mejores, se superarnos.

Lamentablemente, son precisamente por su propia condición las niñas y los niños muy vulnerables, necesitan amor, protección, cuidado, cariño, trato digno, para que puedan crecer y desarrollar todo su potencial.

Los niños y las niñas que menos tienen son los que merecen más, lo que hemos visto en las publicaciones de Michelle Rivera no puede más que indignarnos, pero también debe movernos a la acción y buscar mediante las autoridades correspondientes y de la sociedad organizada soluciones.

A los niños y a las niñas, sólo amor, ternura y comprensión, otra cosa, bajo ningún motivo no es aceptable.

Las consecuencias del maltrato infantil en México están a la vista, el suicidio infantil aumenta, la depresión en menores es uno de los problemas más recurrentes en México, según el Instituto Nacional de Salud Pública 71.6% de los adolescentes en México dijo que todo el tiempo se siente triste.

Ya de por sí la vida es un reto constante, dotemos desde temprana edad a los pequeños de herramientas suficientes para procurar la mayor felicidad posible, no debemos permitir otra cosa.


No existe ningún argumento válido para abusar de un menor, no existe ninguna razón posible para abusar de un menor, no existe ningún pretexto para abusar de un menor, no es posible de ninguna forma, de ninguna manera justificar, bajo ninguna circunstancia el abuso de un menor o, peor aún de varios menores.

Lo que ha mostrado la periodista Michelle Rivera en sus redes y le ha costado incluso críticas incomprensibles, muestra la crueldad humana.

No es posible comprender que personas adultas, como medida disciplinaria realicen castigos que lastimen física y psicológicamente a menores que no tienen la fortuna de contar con una familia que los llene de amor y protección.

Lo he dicho y lo repito, lo más valioso de las naciones son los niños y las niñas, en ellas y en ellos está puesta la esperanza de un mejor futuro, son ellos el reflejo de la sociedad que podemos llegar a ser, es en la formación de los pequeños donde podemos abrigar esperanzas de trascender, de ser mejores, se superarnos.

Lamentablemente, son precisamente por su propia condición las niñas y los niños muy vulnerables, necesitan amor, protección, cuidado, cariño, trato digno, para que puedan crecer y desarrollar todo su potencial.

Los niños y las niñas que menos tienen son los que merecen más, lo que hemos visto en las publicaciones de Michelle Rivera no puede más que indignarnos, pero también debe movernos a la acción y buscar mediante las autoridades correspondientes y de la sociedad organizada soluciones.

A los niños y a las niñas, sólo amor, ternura y comprensión, otra cosa, bajo ningún motivo no es aceptable.

Las consecuencias del maltrato infantil en México están a la vista, el suicidio infantil aumenta, la depresión en menores es uno de los problemas más recurrentes en México, según el Instituto Nacional de Salud Pública 71.6% de los adolescentes en México dijo que todo el tiempo se siente triste.

Ya de por sí la vida es un reto constante, dotemos desde temprana edad a los pequeños de herramientas suficientes para procurar la mayor felicidad posible, no debemos permitir otra cosa.