/ viernes 24 de junio de 2022

Democracia y debate | Adán sin Eva, Adán y Andrés

Augusto, es seguramente uno de los políticos más cercanos a nuestro Presidente, con un temperamento y estilo tan parecido que es fácil que se mimeticen, son paisanos, comparten tradiciones, historia, costumbres y visiones.

Considero que estas razones y otras más son las que colocan a Adán como una corcholata que puede resultar la más cómoda para nuestro Presidente.

Puedo imaginarme perfectamente a un expresidente Andrés Manuel, en su rancho, desayunando tamales de chipilín con su gran amigo y ahora presidente de México Adán Augusto, aconsejándolo, de cómo consolidar su movimiento, (porque es de él, de AMLO), dirigiendo desde el supuesto retiro algunas acciones de gobierno, cambiando la ruta, corrigiendo, apretando, soltando, con un presidente Augusto, amigo y tolerante con un ex presidente López, retirado pero activo.

Dudo que la escena anterior se pueda ver tan plácida con Claudia o con Marcelo, si logro ver la pasividad y el diálogo que fluye entre presidente y ex presidente, ambos tabasqueños.

Sin embargo, Adán se va quedando, se va quedando rezagado, no tiene fuerza, energía y mucho menos carisma, que los otros tampoco, pero lo intentan. Tampoco le hace falta nada, basta y sobra con ser la corcholata destapada en su momento.

Ya comienza a parecer que es Adán un simple distractor, una especie de catalizador para que la violencia entre Marcelo y Claudia no termine matándolos (en términos políticos), así el canibalismo, la violencia política y la guerra inevitable de las tribus, grupos y simpatizantes puede contenerse.

Falta mucho, por lo pronto el secretario de Gobernación ha dado buenos resultados como mediador entre políticos de otros partidos y con gobernadores, también ha resultado operador eficaz en el tema de la “revocación de mandato”.

Ser candidato es otra cosa, AMLO fue único e irrepetible, quizá la mayor debilidad de Adán es también su fortaleza, y es que se parece mucho su paisano el Presidente, no estoy seguro de que los mexicanos quieran una copia de lo que fue Andrés Manuel.

Por lo pronto esta semana va ganando Marcelo, pero todo cambia momento a momento y los de enfrente no están ni mancos, ni muertos.

Augusto, es seguramente uno de los políticos más cercanos a nuestro Presidente, con un temperamento y estilo tan parecido que es fácil que se mimeticen, son paisanos, comparten tradiciones, historia, costumbres y visiones.

Considero que estas razones y otras más son las que colocan a Adán como una corcholata que puede resultar la más cómoda para nuestro Presidente.

Puedo imaginarme perfectamente a un expresidente Andrés Manuel, en su rancho, desayunando tamales de chipilín con su gran amigo y ahora presidente de México Adán Augusto, aconsejándolo, de cómo consolidar su movimiento, (porque es de él, de AMLO), dirigiendo desde el supuesto retiro algunas acciones de gobierno, cambiando la ruta, corrigiendo, apretando, soltando, con un presidente Augusto, amigo y tolerante con un ex presidente López, retirado pero activo.

Dudo que la escena anterior se pueda ver tan plácida con Claudia o con Marcelo, si logro ver la pasividad y el diálogo que fluye entre presidente y ex presidente, ambos tabasqueños.

Sin embargo, Adán se va quedando, se va quedando rezagado, no tiene fuerza, energía y mucho menos carisma, que los otros tampoco, pero lo intentan. Tampoco le hace falta nada, basta y sobra con ser la corcholata destapada en su momento.

Ya comienza a parecer que es Adán un simple distractor, una especie de catalizador para que la violencia entre Marcelo y Claudia no termine matándolos (en términos políticos), así el canibalismo, la violencia política y la guerra inevitable de las tribus, grupos y simpatizantes puede contenerse.

Falta mucho, por lo pronto el secretario de Gobernación ha dado buenos resultados como mediador entre políticos de otros partidos y con gobernadores, también ha resultado operador eficaz en el tema de la “revocación de mandato”.

Ser candidato es otra cosa, AMLO fue único e irrepetible, quizá la mayor debilidad de Adán es también su fortaleza, y es que se parece mucho su paisano el Presidente, no estoy seguro de que los mexicanos quieran una copia de lo que fue Andrés Manuel.

Por lo pronto esta semana va ganando Marcelo, pero todo cambia momento a momento y los de enfrente no están ni mancos, ni muertos.