El desprecio a la ley tiene tintes que deberían escandalizarnos, pero al parecer nos es indiferente, lo que pasa en muchos lugares, lo que podemos ver en medios, en redes, lo que incluso pensamos y en consecuencia hacemos, tendría que ser motivo de reflexión, mientras no respetemos las leyes, de poco o de nada van a servir los esfuerzos públicos, privados o internacionales para que prosperemos en cualquier tema.
Es la ley lo único que nos puede contener, es lo que nos permite convivir con un mínimo de orden.
Lo que recientemente vimos en un video tendría que ser motivo de escándalo, pero parece que ya nos acostumbramos; una autoridad está haciendo una invitación a otras autoridades a corromperse a tomar ahorros, es prácticamente una invitación a robar, distraer recursos públicos para usarlos en otra cosa. Para empezar el que esto dice, tendría que renunciar, los gobernados tendrían que estar pidiéndole la renuncia y quienes hicieron lo que públicamente les pidió, tendrían que ser denunciados, o simplemente, ellos también renunciar por dignidad, por ética. Pero parece que nada de eso pasará, incluso pedirlo o sugerirlo podría parecer una pérdida de tiempo.
La causa de lo anterior es la débil cultura de la legalidad, la Universidad Nacional Autónoma de México, ha publicado estudios al respecto por la vía del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la máxima casa de estudios, donde el resultado es reflejo fiel de lo que pasó con este delegado en Veracruz, de nombre, Esteban Ramírez. El IIJ de la UNAM nos que; 1 de cada 4 mexicanos considera que violar la ley no es tan malo; más del 27% de los consultados por el Instituto opina que un funcionario público puede aprovecharse de su puesto siempre y cuando haga buenas cosas. El estudio señala que estos lamentables resultados son producto de la débil cultura de la legalidad, que resulta de la desconfianza de los ciudadanos en las instituciones.
Es por lo anterior, que lo dicho por el delegado en cuestión, y en el video que está en Internet, que tendría que ser motivo de escándalo nacional, no lo es, incluso se observa a los que lo escuchan que ríen y aplauden, animados, compartiendo el momento que refleja lo que la UNAM nos dice, la débil cultura de la legalidad.
Ejemplos hay muchos, de colores distintos y en momentos diferentes, sin embargo, tendríamos que sentirnos ofendidos, como sociedad sabemos que la mejor forma de prosperar, de convivir en paz y de salir adelante es con los propios límites que como ciudadanos nos damos mediante las leyes. De no ser así pronto no quedarán ahorros de los cuales se pueda agarrar ni siquiera un poco.
