/ viernes 12 de noviembre de 2021

Democracia y debate | Checo

Tendría 12 años, cuando en el Club Alemán de la Ciudad de México, junto a miles, puede que millones de mexicanos, unos en vivo y otros en televisión, escuchábamos y coreábamos un nombre “Leeeeeeooooo, Leeeeeooooo”, era Leonardo Lavalle, que con un gran talento provocaba con sus triunfos frente a los mejores del mundo la locura, en un deporte no tan popular como lo es el tenis, pero gracias a sus grandiosas participaciones en la Copa Davis, inició a una generación de mexicanos en este deporte.

A pesar del gran éxito del tenista, recuerdo a los críticos de siempre, que cuestionaban todo, que si México no era un país de tenistas, que si nadie sabia de ese deporte y solo importaba la fiesta, que si era un sinsentido ver tenis cuando nunca te había interesado, en fin, una gran cantidad de comentarios negativos, frente a la grandeza de un mexicano que a pesar de cualquier limitación triunfaba frente a los mejores del mundo y nos regalaba grandes alegrías.

“Necesitamos en México más historias de éxito”, decía en una entrevista Jorge Vergara, quien en vida fuera dueño de las Chivas Rayadas del Guadalajara, posiblemente el equipo de futbol más querido de México.

En efecto necesitamos, más momentos de grandeza, como el que nos brindó el domingo pasado Sergio Pérez, ganando el tercer lugar en el Gran Premio de México, provocando una verdadera locura en el Autódromo Hermanos Rodríguez, la cual estoy seguro será recordada por siempre no sólo por Sergio, por todos los pilotos que vinieron y participaron en esta carrera, que en anteriores ocasiones ha sido calificada como la mejor de la temporada.

El ánimo desbordante incluso previo a la carrera, daba la impresión de poner nervioso al piloto, es posible que no esperara tanta pasión y tanta afición que se ha sumado gracias a sus buenos resultados con su actual equipo. También considero que la escudería a la que pertenece (Red Bull) no pudo calcular las emociones que provocaría el piloto en su tierra.

La carrera tuvo grandes momentos, el más importante la propia arrancada donde Checo se colocó en el tercer lugar, el cual sólo soltó para pasar al primero y terminar en tercero, con un gran duelo por el segundo con el mejor piloto de la historia en la F1 Lewis Hamilton, el ganador fue su compañero, Max Verstappen, quien seguramente quedó impresionado con la celebración que pudo compartir con Pérez.

Lamentablemente como en el caso de Leo, las críticas, los malos comentarios, la negación al triunfo y el espíritu de derrota se hace presente. Que si la F1 no es un deporte, que si es muy caro, que nada saben los que fueron, que sólo fueron a la fiesta, en fin, un gran número de comentarios negativos, incluso el actual Gobierno de la CDMX consideró cancelar el Gran Premio, alegando que era un deporte para ricos.

No hablar de Sergio Pérez hoy sería injusto, es el mejor piloto de carreras de toda la historia en México, está logrando grandes resultados en uno de los deportes más exigentes y sofisticados que existen y nos ha regalado un extraordinario tercer lugar, que nos ha hecho vibrar, celebrar y tener un domingo feliz, dejando de lado por unos momentos otros temas y preocupaciones, pero lo que es más importante, está sembrando una semilla importante de inspiración en los niños, en los jóvenes, que libres de complejos ven y se dan cuenta que pueden competir de igual a igual con los ingleses, con los finlandeses, con los holandeses. Checo es mexicano y es uno de los mejores pilotos del mundo y eso es una verdad que solo merece reconocimiento. Gracias Checo.


Tendría 12 años, cuando en el Club Alemán de la Ciudad de México, junto a miles, puede que millones de mexicanos, unos en vivo y otros en televisión, escuchábamos y coreábamos un nombre “Leeeeeeooooo, Leeeeeooooo”, era Leonardo Lavalle, que con un gran talento provocaba con sus triunfos frente a los mejores del mundo la locura, en un deporte no tan popular como lo es el tenis, pero gracias a sus grandiosas participaciones en la Copa Davis, inició a una generación de mexicanos en este deporte.

A pesar del gran éxito del tenista, recuerdo a los críticos de siempre, que cuestionaban todo, que si México no era un país de tenistas, que si nadie sabia de ese deporte y solo importaba la fiesta, que si era un sinsentido ver tenis cuando nunca te había interesado, en fin, una gran cantidad de comentarios negativos, frente a la grandeza de un mexicano que a pesar de cualquier limitación triunfaba frente a los mejores del mundo y nos regalaba grandes alegrías.

“Necesitamos en México más historias de éxito”, decía en una entrevista Jorge Vergara, quien en vida fuera dueño de las Chivas Rayadas del Guadalajara, posiblemente el equipo de futbol más querido de México.

En efecto necesitamos, más momentos de grandeza, como el que nos brindó el domingo pasado Sergio Pérez, ganando el tercer lugar en el Gran Premio de México, provocando una verdadera locura en el Autódromo Hermanos Rodríguez, la cual estoy seguro será recordada por siempre no sólo por Sergio, por todos los pilotos que vinieron y participaron en esta carrera, que en anteriores ocasiones ha sido calificada como la mejor de la temporada.

El ánimo desbordante incluso previo a la carrera, daba la impresión de poner nervioso al piloto, es posible que no esperara tanta pasión y tanta afición que se ha sumado gracias a sus buenos resultados con su actual equipo. También considero que la escudería a la que pertenece (Red Bull) no pudo calcular las emociones que provocaría el piloto en su tierra.

La carrera tuvo grandes momentos, el más importante la propia arrancada donde Checo se colocó en el tercer lugar, el cual sólo soltó para pasar al primero y terminar en tercero, con un gran duelo por el segundo con el mejor piloto de la historia en la F1 Lewis Hamilton, el ganador fue su compañero, Max Verstappen, quien seguramente quedó impresionado con la celebración que pudo compartir con Pérez.

Lamentablemente como en el caso de Leo, las críticas, los malos comentarios, la negación al triunfo y el espíritu de derrota se hace presente. Que si la F1 no es un deporte, que si es muy caro, que nada saben los que fueron, que sólo fueron a la fiesta, en fin, un gran número de comentarios negativos, incluso el actual Gobierno de la CDMX consideró cancelar el Gran Premio, alegando que era un deporte para ricos.

No hablar de Sergio Pérez hoy sería injusto, es el mejor piloto de carreras de toda la historia en México, está logrando grandes resultados en uno de los deportes más exigentes y sofisticados que existen y nos ha regalado un extraordinario tercer lugar, que nos ha hecho vibrar, celebrar y tener un domingo feliz, dejando de lado por unos momentos otros temas y preocupaciones, pero lo que es más importante, está sembrando una semilla importante de inspiración en los niños, en los jóvenes, que libres de complejos ven y se dan cuenta que pueden competir de igual a igual con los ingleses, con los finlandeses, con los holandeses. Checo es mexicano y es uno de los mejores pilotos del mundo y eso es una verdad que solo merece reconocimiento. Gracias Checo.