/ miércoles 8 de septiembre de 2021

Democracia y debate | El popular Bukele a reelección

Hace algunos años tuve la oportunidad de pasar una temporada en El Salvador, un encuentro con líderes sindicales magisteriales era el motivo de nuestra estancia, la cual se desarrolló con gran éxito, esta grata experiencia laboral, también nos dejó ver algunos hechos que sabíamos, habíamos escuchado, pero que ahora podíamos constatar, por ejemplo, la primera recomendación que recibimos al llegar a este gran país hermano, fue la de no salir del hotel después de las 6 de la tarde, lo cual cumplimos casi con rigor, digo casi, porque uno de nuestros anfitriones saliendo de un ciclo de conferencias, nos quiso dar un recorrido en su auto por la ciudad, así despreocupados abordamos el carro y disfrutábamos la conversación, la noche y lo que nuestro amigo salvadoreño nos contaba, de pronto sin explicación alguna, puso reversa en el auto, su rostro palideció y a toda velocidad esquivaba los obstáculos y vehículos para regresar por donde veníamos, “ahí vienen, ahí vienen…”, alcanzaba a decir, nuestro amigo, ahora chofer experto en reversear, “ahí vienen…”, podrán imaginar el susto que vivimos los que ahí nos encontrábamos, sin entender qué sucedía; cuando consideró nuestro fallido guía de turistas que estábamos seguros, nos explicó que venía la Mara Salvatrucha (organización internacional de pandillas), y que, por la seguridad de todos, era mejor no estar en su camino.

En otros hechos vividos y con la seguridad del día, me llamó la atención lo complicado que era entrar a los bancos, en la búsqueda para cambiar dólares por la moneda local, pude percatarme lo restringido del acceso a los bancos, custodiados por militares, también pude observar varios helicópteros con soldados que se dejaban ver con sus armas sobrevolando el territorio. No puedo negar que salí de El Salvador, con sentimientos diversos, por un lado, la grata experiencia y el intercambio educativo, pero otro las restricciones por motivos de seguridad. Abrazo con afecto a todos los salvadoreños y salvadoreñas, con afecto los recuerdo.

Hoy, al frente del destino político de El Salvador esta Nayib Bukele, joven presidente al cual Roy Campos, presidente de Mitofsky Group, describió cuando lo asesoró en su campaña rumbo a la Presidencia, como un joven de su tiempo, instalado en la comunicación de las redes y con facilidad de conectar emocionalmente con los ciudadanos, también como un candidato difícil y que va a su aire y a su tiempo, sin importar mucho lo que su equipo le diga, “él contrala todo con su teléfono”, (comentó Roy en un encuentro con asesores políticos).

Recientemente se dio a conocer una carta donde Bukele defendía a su esposa, cuando fue señalada por un medio de comunicación, esto mientras era alcalde de San Salvador, lo cual incrementó su “popularidad” por miles de likes en las redes sociales. Actos como este le multiplican su popularidad no solo en su país, también a nivel continental.

Nayib Bukele, presidente de El Salvador desde 2019 y con control del legislativo, es uno de los presidentes más populares de Latinoamérica y gobierna como Trump lo hacía a golpe de redes, su más reciente triunfo es el conseguir que la Corte Suprema le abra las puertas a la reelección en el 2024. En relación a lo anterior la encargada de negocios de Estados Unidos en El Salvador, Jean Manes, ha calificado esto como un “declive” de la democracia y una estrategia para socavar la independencia judicial.

Por otro lado, Ned Price, portavoz del Departamento de Estado, en la Unión Americana, ha señalado en un comunicado que la pretendida reelección “socava” la democracia e indicó que la Constitución salvadoreña prohíbe claramente a los titulares de la Presidencia la reelección para un periodo consecutivo.

Espero volver a El Salvador, caminar por sus calles, como no lo pude hacer, sin importar la hora, entrar y salir de bancos y cualquier oficina sin estar escoltado por guardias armados, ver en el cielo volar aves hermosas y no helicópteros vigilantes.

Por lo pronto, todo indica que el popular Bukele va por la reelección.

Hace algunos años tuve la oportunidad de pasar una temporada en El Salvador, un encuentro con líderes sindicales magisteriales era el motivo de nuestra estancia, la cual se desarrolló con gran éxito, esta grata experiencia laboral, también nos dejó ver algunos hechos que sabíamos, habíamos escuchado, pero que ahora podíamos constatar, por ejemplo, la primera recomendación que recibimos al llegar a este gran país hermano, fue la de no salir del hotel después de las 6 de la tarde, lo cual cumplimos casi con rigor, digo casi, porque uno de nuestros anfitriones saliendo de un ciclo de conferencias, nos quiso dar un recorrido en su auto por la ciudad, así despreocupados abordamos el carro y disfrutábamos la conversación, la noche y lo que nuestro amigo salvadoreño nos contaba, de pronto sin explicación alguna, puso reversa en el auto, su rostro palideció y a toda velocidad esquivaba los obstáculos y vehículos para regresar por donde veníamos, “ahí vienen, ahí vienen…”, alcanzaba a decir, nuestro amigo, ahora chofer experto en reversear, “ahí vienen…”, podrán imaginar el susto que vivimos los que ahí nos encontrábamos, sin entender qué sucedía; cuando consideró nuestro fallido guía de turistas que estábamos seguros, nos explicó que venía la Mara Salvatrucha (organización internacional de pandillas), y que, por la seguridad de todos, era mejor no estar en su camino.

En otros hechos vividos y con la seguridad del día, me llamó la atención lo complicado que era entrar a los bancos, en la búsqueda para cambiar dólares por la moneda local, pude percatarme lo restringido del acceso a los bancos, custodiados por militares, también pude observar varios helicópteros con soldados que se dejaban ver con sus armas sobrevolando el territorio. No puedo negar que salí de El Salvador, con sentimientos diversos, por un lado, la grata experiencia y el intercambio educativo, pero otro las restricciones por motivos de seguridad. Abrazo con afecto a todos los salvadoreños y salvadoreñas, con afecto los recuerdo.

Hoy, al frente del destino político de El Salvador esta Nayib Bukele, joven presidente al cual Roy Campos, presidente de Mitofsky Group, describió cuando lo asesoró en su campaña rumbo a la Presidencia, como un joven de su tiempo, instalado en la comunicación de las redes y con facilidad de conectar emocionalmente con los ciudadanos, también como un candidato difícil y que va a su aire y a su tiempo, sin importar mucho lo que su equipo le diga, “él contrala todo con su teléfono”, (comentó Roy en un encuentro con asesores políticos).

Recientemente se dio a conocer una carta donde Bukele defendía a su esposa, cuando fue señalada por un medio de comunicación, esto mientras era alcalde de San Salvador, lo cual incrementó su “popularidad” por miles de likes en las redes sociales. Actos como este le multiplican su popularidad no solo en su país, también a nivel continental.

Nayib Bukele, presidente de El Salvador desde 2019 y con control del legislativo, es uno de los presidentes más populares de Latinoamérica y gobierna como Trump lo hacía a golpe de redes, su más reciente triunfo es el conseguir que la Corte Suprema le abra las puertas a la reelección en el 2024. En relación a lo anterior la encargada de negocios de Estados Unidos en El Salvador, Jean Manes, ha calificado esto como un “declive” de la democracia y una estrategia para socavar la independencia judicial.

Por otro lado, Ned Price, portavoz del Departamento de Estado, en la Unión Americana, ha señalado en un comunicado que la pretendida reelección “socava” la democracia e indicó que la Constitución salvadoreña prohíbe claramente a los titulares de la Presidencia la reelección para un periodo consecutivo.

Espero volver a El Salvador, caminar por sus calles, como no lo pude hacer, sin importar la hora, entrar y salir de bancos y cualquier oficina sin estar escoltado por guardias armados, ver en el cielo volar aves hermosas y no helicópteros vigilantes.

Por lo pronto, todo indica que el popular Bukele va por la reelección.