/ viernes 3 de septiembre de 2021

Democracia y debate | Hoy amas a tus hermanos, mañana quién sabe… 2

Mi primer trabajo fue en una Notaría, la 96, a cargo del Lic. Rogelio Magaña Luna, pasé aproximadamente dos años de pasante en ese lugar que se encuentra todavía frente al World Trade Center México, dichosos años de estudiante y pasante, entre responsabilidades académicas y folios notariales, por lo que sucede en esos lugares de fe (pública), no me es extraño, participé en innumerables acuerdos y desacuerdos entre hermanos, tíos, primos, amigos, parientes, socios, que algún negocio tenía que formalizar bajo la firma y sello notarial.

Sin duda importante y relevante el trabajo que realizan estos abogados, por lo mismo, en este mes (que es el del testamento) es oportuno recordar su origen en la campaña rumbo a la Presidencia de Vicente Fox, quien atendiendo la sugerencia del abogado Eduardo Cervantes, el cual era sensible a una realidad recurrente, que provocaba o sumaba a la destrucción de las familias por motivo de la herencia, considero conveniente instituir “Septiembre, mes del testamento”, mediante convenio de gastos que corren a cargo de notarios quienes reducirán en este mes sus costos.

Inicia así con gran éxito a nivel nacional este ejercicio legal, notarías en Hermosillo, en los primeros años del programa llegaban a hacer más de 15 testamentos diarios y era necesario extender el tiempo para seguir haciendo testamento con costos bajos, incluso hasta mediados de noviembre.

Se comienza a generar un sentimiento de respeto hacia los patriarcas que mediante un acto de responsabilidad legal decidían su patrimonio, así pasaron los años y se fortalecía el programa, pero el tiempo corre y sólo en el Congreso (el famoso reloj del Congreso), se puede detener, y los que en su momento hicieron testamento comenzaron a morir y como corresponde los herederos unos tristes y otros no tanto acuden a las notarías para que se les asignaran los bienes, pero “sorpresa”, en muchos casos los ahora confundidos herederos se vienen enterando que hay que hacer un juicio sucesorio el cual tiene un costo, más las escrituras que corresponden a cada heredero y así van sumando gastos y reduciendo herencia, los usuarios ven con extrañeza a los notarios y terminan de formalizar los trámites, otros se quedan confundidos y/o molestos, familias que no contaban con la información completa, se dan cuenta que es posible que no vale la pena hacer más gastos por un muy pequeño patrimonio, se vienen pues sumando malas y amargas experiencias, pero se abren otras opciones.

Con la adecuada asesoría de los notarios, sobre el destino final de los bienes algunos recomendaran otras figuras jurídicas como puede ser la “donación”, que resultará en lo siguiente; El día que mueren los propietarios, los antes herederos ahora donatarios evitarán gastos que arriba señalamos, ya que la “donación” implica un solo gasto ya que están exentas del Impuesto Sobre la Renta (ISR), de impuestos de traslado de dominio al municipio y en caso de tratarse de un local comercial también se exenta el IVA (en donaciones de padres a hijos). Estamos hablando de una sola escritura, no es costosa y al morir los padres ya los herederos se quedan con la escritura en la mano. ¿Pero no pueden sacarme mis hijos de mi casa antes de que yo muera?, preguntarán algunos, la respuesta es simple: Donación con reserva del usufructo vitalicio, así los padres donantes vivirán y disfrutarán de la casa.

Entonces ¿qué hacemos con el mes del testamento?, reforzarlo, complementarlo, multiplicarlo, ampliarlo, para que, al acudir a las notarías, podamos asesorarnos de todas las opciones que tengamos, así de la mano del fedatario público nos encontremos en condiciones de tomar la opción que mejor convenga a nuestra situación.

Septiembre, mes del testamento y de la oportunidad de seguir amando a tus hermanos y disfrutando del patrimonio que forjaron tus padres. Sigamos pues como dijo aquel empresario sonorense “Fortaleciendo el patrimonio familiar”.

Mi primer trabajo fue en una Notaría, la 96, a cargo del Lic. Rogelio Magaña Luna, pasé aproximadamente dos años de pasante en ese lugar que se encuentra todavía frente al World Trade Center México, dichosos años de estudiante y pasante, entre responsabilidades académicas y folios notariales, por lo que sucede en esos lugares de fe (pública), no me es extraño, participé en innumerables acuerdos y desacuerdos entre hermanos, tíos, primos, amigos, parientes, socios, que algún negocio tenía que formalizar bajo la firma y sello notarial.

Sin duda importante y relevante el trabajo que realizan estos abogados, por lo mismo, en este mes (que es el del testamento) es oportuno recordar su origen en la campaña rumbo a la Presidencia de Vicente Fox, quien atendiendo la sugerencia del abogado Eduardo Cervantes, el cual era sensible a una realidad recurrente, que provocaba o sumaba a la destrucción de las familias por motivo de la herencia, considero conveniente instituir “Septiembre, mes del testamento”, mediante convenio de gastos que corren a cargo de notarios quienes reducirán en este mes sus costos.

Inicia así con gran éxito a nivel nacional este ejercicio legal, notarías en Hermosillo, en los primeros años del programa llegaban a hacer más de 15 testamentos diarios y era necesario extender el tiempo para seguir haciendo testamento con costos bajos, incluso hasta mediados de noviembre.

Se comienza a generar un sentimiento de respeto hacia los patriarcas que mediante un acto de responsabilidad legal decidían su patrimonio, así pasaron los años y se fortalecía el programa, pero el tiempo corre y sólo en el Congreso (el famoso reloj del Congreso), se puede detener, y los que en su momento hicieron testamento comenzaron a morir y como corresponde los herederos unos tristes y otros no tanto acuden a las notarías para que se les asignaran los bienes, pero “sorpresa”, en muchos casos los ahora confundidos herederos se vienen enterando que hay que hacer un juicio sucesorio el cual tiene un costo, más las escrituras que corresponden a cada heredero y así van sumando gastos y reduciendo herencia, los usuarios ven con extrañeza a los notarios y terminan de formalizar los trámites, otros se quedan confundidos y/o molestos, familias que no contaban con la información completa, se dan cuenta que es posible que no vale la pena hacer más gastos por un muy pequeño patrimonio, se vienen pues sumando malas y amargas experiencias, pero se abren otras opciones.

Con la adecuada asesoría de los notarios, sobre el destino final de los bienes algunos recomendaran otras figuras jurídicas como puede ser la “donación”, que resultará en lo siguiente; El día que mueren los propietarios, los antes herederos ahora donatarios evitarán gastos que arriba señalamos, ya que la “donación” implica un solo gasto ya que están exentas del Impuesto Sobre la Renta (ISR), de impuestos de traslado de dominio al municipio y en caso de tratarse de un local comercial también se exenta el IVA (en donaciones de padres a hijos). Estamos hablando de una sola escritura, no es costosa y al morir los padres ya los herederos se quedan con la escritura en la mano. ¿Pero no pueden sacarme mis hijos de mi casa antes de que yo muera?, preguntarán algunos, la respuesta es simple: Donación con reserva del usufructo vitalicio, así los padres donantes vivirán y disfrutarán de la casa.

Entonces ¿qué hacemos con el mes del testamento?, reforzarlo, complementarlo, multiplicarlo, ampliarlo, para que, al acudir a las notarías, podamos asesorarnos de todas las opciones que tengamos, así de la mano del fedatario público nos encontremos en condiciones de tomar la opción que mejor convenga a nuestra situación.

Septiembre, mes del testamento y de la oportunidad de seguir amando a tus hermanos y disfrutando del patrimonio que forjaron tus padres. Sigamos pues como dijo aquel empresario sonorense “Fortaleciendo el patrimonio familiar”.