/ martes 7 de noviembre de 2023

Democracia y debate | Kumamoto

El sistema los absorbe a todos, nadie puede vivir fuera del sistema, el sistema lo es todo, sin el sistema no eres nada.

Cuando eres joven, cuando tienes sueños e ideales, piensas que puedes, sabes lo que quieres y actúas en consecuencia, en ocasiones llamas la atención y logras lo que buscas, de forma extraordinaria te conviertes en alguien que juega con el sistema, pero fuera del sistema.

Es entonces que llueven aplausos, admiración, se genera inspiración y algunos pueden soñar con el poder desde otros ángulos, (el poder tiene ángulos).

Pero el tiempo pasa, la emoción termina, el trabajo ganado de forma distinta se termina y la realidad permaneces. Esa terca y dura realidad que se llama sistema, que te engañó de forma momentánea, te dejo jugar un rato, pero al final sabe que te derrotará y serás parte del sistema.

Pedro Kumamoto, fue uno de esos jóvenes que inspiró, soñó y logro cosas que parecía que no eran posible, sin embargo, apenas hace unos días, declaró lo siguiente:

“… tomamos la decisión de construir un proyecto de cambio para el Estado de Jalisco… por este motivo el día de hoy anunciamos nuestra coalición con Morena, PT, Verde y aliados… anunciamos que haremos un gran movimiento… para poner fin a los gobiernos naranjas…”

Se acabó el sueño, se terminaron los ideales, la realidad surge con toda la potencia de los argumentos esgrimidos que lo mismo lo pudieron decir políticos de 70 años, de la década de los 80.

Los jóvenes dejan de serlo con la edad y dejan de hablar como jóvenes para hablar como viejos políticos, como uno más, uno que está dentro del sistema, ya Pedro no es diferente, es parte del sistema, el sistema lo ha devorado.

Dicen que la juventud es una enfermedad que se cura con la edad, no estoy de acuerdo con eso… los sueños, los ideales, los valores que abrazamos, se pueden perfeccionar con la edad, fortalecerse con la experiencia.

Pedro ha crecido, ya no emociona, ya no sueña, la realidad le ha alcanzado y superado, es uno más del montón.

Vendrán otros jóvenes, vendrán políticos que nos digan que son diferentes y al final no lo serán, los veremos pasar y volveremos a soñar.

Un joven que dijo que no haría lo que está haciendo, es un joven que ahora es gobernador de Nuevo León, escuchó el canto de las sirenas y dejó como Pedro de soñar. La diferencia es que Pedro era de fuera y Samuel estaba adentro. Pero ya son parte de lo mismo.


El sistema los absorbe a todos, nadie puede vivir fuera del sistema, el sistema lo es todo, sin el sistema no eres nada.

Cuando eres joven, cuando tienes sueños e ideales, piensas que puedes, sabes lo que quieres y actúas en consecuencia, en ocasiones llamas la atención y logras lo que buscas, de forma extraordinaria te conviertes en alguien que juega con el sistema, pero fuera del sistema.

Es entonces que llueven aplausos, admiración, se genera inspiración y algunos pueden soñar con el poder desde otros ángulos, (el poder tiene ángulos).

Pero el tiempo pasa, la emoción termina, el trabajo ganado de forma distinta se termina y la realidad permaneces. Esa terca y dura realidad que se llama sistema, que te engañó de forma momentánea, te dejo jugar un rato, pero al final sabe que te derrotará y serás parte del sistema.

Pedro Kumamoto, fue uno de esos jóvenes que inspiró, soñó y logro cosas que parecía que no eran posible, sin embargo, apenas hace unos días, declaró lo siguiente:

“… tomamos la decisión de construir un proyecto de cambio para el Estado de Jalisco… por este motivo el día de hoy anunciamos nuestra coalición con Morena, PT, Verde y aliados… anunciamos que haremos un gran movimiento… para poner fin a los gobiernos naranjas…”

Se acabó el sueño, se terminaron los ideales, la realidad surge con toda la potencia de los argumentos esgrimidos que lo mismo lo pudieron decir políticos de 70 años, de la década de los 80.

Los jóvenes dejan de serlo con la edad y dejan de hablar como jóvenes para hablar como viejos políticos, como uno más, uno que está dentro del sistema, ya Pedro no es diferente, es parte del sistema, el sistema lo ha devorado.

Dicen que la juventud es una enfermedad que se cura con la edad, no estoy de acuerdo con eso… los sueños, los ideales, los valores que abrazamos, se pueden perfeccionar con la edad, fortalecerse con la experiencia.

Pedro ha crecido, ya no emociona, ya no sueña, la realidad le ha alcanzado y superado, es uno más del montón.

Vendrán otros jóvenes, vendrán políticos que nos digan que son diferentes y al final no lo serán, los veremos pasar y volveremos a soñar.

Un joven que dijo que no haría lo que está haciendo, es un joven que ahora es gobernador de Nuevo León, escuchó el canto de las sirenas y dejó como Pedro de soñar. La diferencia es que Pedro era de fuera y Samuel estaba adentro. Pero ya son parte de lo mismo.