Prácticamente todos los que conocen algo del mundo de la política nacional tienen una opinión favorable hacia el desarrollo profesional de Marcelo Ebrard, desde sus tiempos con Camacho Solís, cuando era priista, sus buenos oficios como profesional de la política le fueron abriendo un camino personal y exitoso, en la técnica política, no así en la búsqueda del poder, lo que ha quedado desde hace unos días más que demostrado.
Fue Marcelo el operador eficiente del priismo y de cuanto partido al cual se unió para seguir en el duro y complejo camino de la política, dando y entregando casi siempre buenos resultados.
Pero el poder, el poder puro y duro se le ha negado, la Presidencia de la República que desea y considera que merece no la ha conseguido y parece por lo menos hoy difícil que algún día la consiga.
En su camino junto a López Obrador, ha dejado claro que se someterá mientras AMLO esté presente, quizá cuando de alguna forma quede ausente intente mostrar sus deseos presidenciales con más intensidad.
Por lo pronto AMLO en una mañanera lo serenó, lo sentó, lo tranquilizo y lo regresó al redil, pasó el Presidente de las palabras amables para su hermano a duros señalamientos en caso de que Marcelo tomara el camino que su jefe máximo considera equivocado.
Así Ebrard se queda donde no lo quieren, donde nunca lo han querido, pero no tiene de otra, el jefe de todos así lo ha ordenado y por lo pronto, tendrán que aceptarlo.
Donde sea que lo acomode la Cuarta Transformación, estoy seguro que tendrá como siempre lo ha tenido, un desempeño profesional y eficiente, él sabe trabajar y lo hace muy bien, sin embargo, estará solo ya sin su jefe protector que fue Camacho y ahora es López Obrador, y quedará expuesto al grupo que de momento parece que tiene el control de Morena y que no le muestra la más mínima simpatía.
No se fue Marcelo, ¿qué pensarán sus seguidores?, es posible que no tuviera éxito en ningún otro lado, pero la carrera política es de resistencia, si alguien sabe de eso es su jefe actual AMLO, por lo pronto no lo veo, pero quizá en unos años más lo volvamos a ver más libre buscando como ya lo señalo, buscando de nuevo la Presidencia. Por lo pronto, NO se va, NO se va, No se va.