/ miércoles 3 de agosto de 2022

Democracia y debate | Morena

La política es emoción, es pasión, es movimiento, es cambio, lucha, ideales, sueños y todo esto orientado a obtener por el poder, por lo que si no se maneja con cuidado es muy probable que se desborde.

Lo que vimos el fin de semana pasado en el proceso interno de Morena para elegir a sus representantes deja ver muchas cosas que vale la pena comentar.

Considero en primer lugar que es una poderosa muestra de movilización, desde hacía años no se veía una capacidad de movilización de tantos a un solo lugar, sin importar si los movilizados tenían idea a lo que van, el punto es la fuerza en el movimiento. Al parecer millones fueron movilizados de forma exitosa.

En segundo lugar, pasión desbordada en la confusión y en la lucha por los espacios, que se reflejó en algunos casos en golpes, afortunadamente nada que lamentar, la política pretende la resolución pacífica de conflictos, la guerra es la expresión del fracaso de la misma. El encono, el enfrentamiento, incluso los golpes son muestra y expresión de la pasión.

Adhesión, en tercer lugar, fueron miles, ellos dicen que millones los nuevos afiliados a Morena, lo que se vuelve un fenómeno sin precedentes.

Todo lo anterior habla de lo que somos y cómo somos, habla de nuestra cultura política herencia de la conquista, de la revolución y nos guste o no del PRI.

Queda claro que Morena es el partido más fuerte del país, puede perfectamente actuar solo no requiere alianza ni con el PVEM, ni con el PT, va sin problemas a ganar las contiendas electorales en las que participe.

Si los otros partidos no logran movilizar, emocionar y adherir a más personas a sus partidos, no van a poder competir y ganar.

La política es pasión y esta se mostró desbordada en las elecciones internas de Morena.

Nada de lo que señalo puede verse desde el enfoque de lo bueno o lo malo, sólo es un análisis desde la eficiencia del partido.

La política es emoción, es pasión, es movimiento, es cambio, lucha, ideales, sueños y todo esto orientado a obtener por el poder, por lo que si no se maneja con cuidado es muy probable que se desborde.

Lo que vimos el fin de semana pasado en el proceso interno de Morena para elegir a sus representantes deja ver muchas cosas que vale la pena comentar.

Considero en primer lugar que es una poderosa muestra de movilización, desde hacía años no se veía una capacidad de movilización de tantos a un solo lugar, sin importar si los movilizados tenían idea a lo que van, el punto es la fuerza en el movimiento. Al parecer millones fueron movilizados de forma exitosa.

En segundo lugar, pasión desbordada en la confusión y en la lucha por los espacios, que se reflejó en algunos casos en golpes, afortunadamente nada que lamentar, la política pretende la resolución pacífica de conflictos, la guerra es la expresión del fracaso de la misma. El encono, el enfrentamiento, incluso los golpes son muestra y expresión de la pasión.

Adhesión, en tercer lugar, fueron miles, ellos dicen que millones los nuevos afiliados a Morena, lo que se vuelve un fenómeno sin precedentes.

Todo lo anterior habla de lo que somos y cómo somos, habla de nuestra cultura política herencia de la conquista, de la revolución y nos guste o no del PRI.

Queda claro que Morena es el partido más fuerte del país, puede perfectamente actuar solo no requiere alianza ni con el PVEM, ni con el PT, va sin problemas a ganar las contiendas electorales en las que participe.

Si los otros partidos no logran movilizar, emocionar y adherir a más personas a sus partidos, no van a poder competir y ganar.

La política es pasión y esta se mostró desbordada en las elecciones internas de Morena.

Nada de lo que señalo puede verse desde el enfoque de lo bueno o lo malo, sólo es un análisis desde la eficiencia del partido.