/ jueves 30 de junio de 2022

Democracia y debate | Ojo por ojo

De pronto parece que todo está perdido, parece que los malos están ganando, da la impresión de quienes no respetan la ley, quienes no tienen consideración por los demás, abusan de los otros y tienen las ventajas y las de ganar. Nada más falso, nada más nefasto y nada más engañoso.

Ante un momento complicado a nivel mundial, donde es verdad estamos volviendo a vivir con miedo, ante la falta de castigo, impunidad y descaro con que operan los delincuentes, hay quienes tienen buenas ideas, hay quienes hacen propuestas inteligentes, interesantes, hay quien habla por la ley, por la norma, por el derecho, por la convivencia, por reestructurar la red social, por ser más y mejores personas, por la solidaridad social, por el amor, por la bondad, por la compasión.

A otros se les ocurre hablar de ley del talión y justifican con argumentos bíblicos la necesidad de venganza y protección ante un daño que podemos sufrir a causa de los delincuentes y ante la ausencia de las autoridades que hagan cumplir la ley.

Hay que armarnos, se le ocurre al presidente del PRI Nacional, Alejandro Moreno (Alito), propone una ley para que podamos tener en casa armas y protegernos. Señala como argumento que estamos indefensos, que estamos siendo asesinados y que hace falta que nos defendamos ante la falta del estado que nos cuide.

Lo mejor que se le ocurre a un político es no hacer política, es armar al pueblo y que cada quien vea por su vida.

Es como cuando el barco se está hundiendo, y el capitán grita “sálvese quien pueda”, en lugar de dirigir a la tripulación con orden a los botes salvavidas, todos con sus salvavidas puestos, niños, mujeres y adultos primero.

Recordemos al capital italiano Schettino que abandonó el crucero “Costa Concordia”, y huyó sin esperar al resto de los pasajeros, quienes como pudieron y por su cuenta salvaron su vida. La historia recordará a este capitán como un cobarde y será repudiado por sus compatriotas.

Lo que propone el presidente del PRI es un grito desesperado en un crucero que se hunde, donde lo que menos necesitan los pasajeros es salvarse a sí mismos, es necesario quien organice el desembarco al puerto para zarpar de nuevo, con mejor viento y mayor suerte, de ser posible con buenos mapas, cartas y planes.

Éxodo: “24 ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, 25 quemadura por quemadura, golpe por golpe, herida por herida”.

De pronto parece que todo está perdido, parece que los malos están ganando, da la impresión de quienes no respetan la ley, quienes no tienen consideración por los demás, abusan de los otros y tienen las ventajas y las de ganar. Nada más falso, nada más nefasto y nada más engañoso.

Ante un momento complicado a nivel mundial, donde es verdad estamos volviendo a vivir con miedo, ante la falta de castigo, impunidad y descaro con que operan los delincuentes, hay quienes tienen buenas ideas, hay quienes hacen propuestas inteligentes, interesantes, hay quien habla por la ley, por la norma, por el derecho, por la convivencia, por reestructurar la red social, por ser más y mejores personas, por la solidaridad social, por el amor, por la bondad, por la compasión.

A otros se les ocurre hablar de ley del talión y justifican con argumentos bíblicos la necesidad de venganza y protección ante un daño que podemos sufrir a causa de los delincuentes y ante la ausencia de las autoridades que hagan cumplir la ley.

Hay que armarnos, se le ocurre al presidente del PRI Nacional, Alejandro Moreno (Alito), propone una ley para que podamos tener en casa armas y protegernos. Señala como argumento que estamos indefensos, que estamos siendo asesinados y que hace falta que nos defendamos ante la falta del estado que nos cuide.

Lo mejor que se le ocurre a un político es no hacer política, es armar al pueblo y que cada quien vea por su vida.

Es como cuando el barco se está hundiendo, y el capitán grita “sálvese quien pueda”, en lugar de dirigir a la tripulación con orden a los botes salvavidas, todos con sus salvavidas puestos, niños, mujeres y adultos primero.

Recordemos al capital italiano Schettino que abandonó el crucero “Costa Concordia”, y huyó sin esperar al resto de los pasajeros, quienes como pudieron y por su cuenta salvaron su vida. La historia recordará a este capitán como un cobarde y será repudiado por sus compatriotas.

Lo que propone el presidente del PRI es un grito desesperado en un crucero que se hunde, donde lo que menos necesitan los pasajeros es salvarse a sí mismos, es necesario quien organice el desembarco al puerto para zarpar de nuevo, con mejor viento y mayor suerte, de ser posible con buenos mapas, cartas y planes.

Éxodo: “24 ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, 25 quemadura por quemadura, golpe por golpe, herida por herida”.