/ viernes 21 de enero de 2022

Democracia y debate | Paternidad S. XXI

Mariana y Samuel, quienes como pareja joven y con gran fuerza en redes sociales gobiernan Nuevo León, han marcado un estilo desde la campaña en su comunicación, sin duda esta fue exitosa y lograron su objetivo, ganar la elección, muchos pensaron y otros le aconsejaron al recién electo gobernador que cambiara el estilo ahora ya como funcionario y no como candidato, en particular la forma y estilo de comunicar de su esposa Mariana, “Ni madres”, contestó el hoy gobernador, al cambio en la comunicación como pareja en el poder. “Vendrán los hijos”, señaló un periodista al ahora mandatario, “en eso estamos”, contestó el ejecutivo estatal.

Hoy la pareja en el poder del norteño Estado enfrenta una fuerte polémica por su forma de comunicación, involucrando a un menor que convivo unas horas con ellos. En este caso como en otros que se han dado en todo el país debemos de tener presente lo que se llama “El Interés superior del menor”.

Entre otras cosas estamos hablando de lo que es ser “padre”, “papá”, quiero hablar de papas, no de mamás, de quienes en este S. XXI ejercemos la paternidad, en un mundo de redes y con redes, con un discurso distinto y una visión de la vida muy diferente a la de nuestros padres o abuelos. Recuerdo la distancia de los padres con sus hijos, que era normal en tiempo pasado, recuerdo incluso a un amigo que con orgullo me señalaba que nunca había cambiado un pañal, pero mi generación comenzó a cambiarlos, no sólo los pañales, también dimos mamilas y biberones, preparamos comida, nos desvelamos con nuestras parejas, llevamos a la escuela, acompañamos en los festivales, estamos en los consultorios, vamos a las vacunas, limpiamos lo que se ensucia, participamos y cada vez más de forma activa y presente en la formación de nuestros hijos.

Sí, hay una forma distinta que alcanzo a observar a partir de mi generación de ejercer la paternidad y esta crece y se fortalece. Pero antes nuestros padres y abuelos no tenían redes.

Samuel García, es un joven gobernador, claro ejemplo de su generación, que al parecer tiene muchas ganas de ser padre; Usuario de las redes sociales, las cuales lo han encumbrado y sometido también a alguna crisis, ahora nuevamente enfrenta una más, que involucra a un menor, que tiene que ver directamente con ese deseo real o actuado de ser familia.

Ahora la incertidumbre que enfrentan Samuel y Mariana está frente a los derechos de un menor, no olvidemos que estos son lo más importante que tenemos, el mayor patrimonio de los pueblos y las naciones, la esperanza real de un mejor futuro. Pensemos en el bien superior para que se impulsen los cambios legales necesarios para que las niñas y los niños, tengan las mejores oportunidades y que las leyes les faciliten su presente y futuro, y no se los hagan todavía más complejo. El ser padre en el S. XXI es distinto, las leyes también deberán serlo.

Como dice el filósofo Saramago, ser padre es un acto de coraje y lo único que tenemos garantizado es la incertidumbre. Bendita incertidumbre.


Mariana y Samuel, quienes como pareja joven y con gran fuerza en redes sociales gobiernan Nuevo León, han marcado un estilo desde la campaña en su comunicación, sin duda esta fue exitosa y lograron su objetivo, ganar la elección, muchos pensaron y otros le aconsejaron al recién electo gobernador que cambiara el estilo ahora ya como funcionario y no como candidato, en particular la forma y estilo de comunicar de su esposa Mariana, “Ni madres”, contestó el hoy gobernador, al cambio en la comunicación como pareja en el poder. “Vendrán los hijos”, señaló un periodista al ahora mandatario, “en eso estamos”, contestó el ejecutivo estatal.

Hoy la pareja en el poder del norteño Estado enfrenta una fuerte polémica por su forma de comunicación, involucrando a un menor que convivo unas horas con ellos. En este caso como en otros que se han dado en todo el país debemos de tener presente lo que se llama “El Interés superior del menor”.

Entre otras cosas estamos hablando de lo que es ser “padre”, “papá”, quiero hablar de papas, no de mamás, de quienes en este S. XXI ejercemos la paternidad, en un mundo de redes y con redes, con un discurso distinto y una visión de la vida muy diferente a la de nuestros padres o abuelos. Recuerdo la distancia de los padres con sus hijos, que era normal en tiempo pasado, recuerdo incluso a un amigo que con orgullo me señalaba que nunca había cambiado un pañal, pero mi generación comenzó a cambiarlos, no sólo los pañales, también dimos mamilas y biberones, preparamos comida, nos desvelamos con nuestras parejas, llevamos a la escuela, acompañamos en los festivales, estamos en los consultorios, vamos a las vacunas, limpiamos lo que se ensucia, participamos y cada vez más de forma activa y presente en la formación de nuestros hijos.

Sí, hay una forma distinta que alcanzo a observar a partir de mi generación de ejercer la paternidad y esta crece y se fortalece. Pero antes nuestros padres y abuelos no tenían redes.

Samuel García, es un joven gobernador, claro ejemplo de su generación, que al parecer tiene muchas ganas de ser padre; Usuario de las redes sociales, las cuales lo han encumbrado y sometido también a alguna crisis, ahora nuevamente enfrenta una más, que involucra a un menor, que tiene que ver directamente con ese deseo real o actuado de ser familia.

Ahora la incertidumbre que enfrentan Samuel y Mariana está frente a los derechos de un menor, no olvidemos que estos son lo más importante que tenemos, el mayor patrimonio de los pueblos y las naciones, la esperanza real de un mejor futuro. Pensemos en el bien superior para que se impulsen los cambios legales necesarios para que las niñas y los niños, tengan las mejores oportunidades y que las leyes les faciliten su presente y futuro, y no se los hagan todavía más complejo. El ser padre en el S. XXI es distinto, las leyes también deberán serlo.

Como dice el filósofo Saramago, ser padre es un acto de coraje y lo único que tenemos garantizado es la incertidumbre. Bendita incertidumbre.