/ miércoles 22 de julio de 2020

Diálogo | Inestabilidad en el gabinete

Desde su toma de protesta en varias ocasiones el presidente Andrés Manuel López Obrador expresó su convicción de no realizar cambios en su gabinete, pero el desprendimiento gradual en este primer año y medio es un hecho.

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Hasta cierto punto es parte natural de los ajustes en una administración, en todos los sexenios se da; lo que llama la atención es la cantidad de cambios en muy corto tiempo, al menos 17 en cargos relevantes en año y medio; tres del gabinete principal de primera línea ni siquiera aguantaron el año, en siete meses dimitieron y con graves razones expuestas.

Muchos son en puestos de segundo nivel, es decir operativos como subsecretarías, direcciones generales, comisionados y titulares de organismos supuestamente autónomos.

Tampoco son renuncias por incompetencia, esas son casi nulas en un sistema político como el nuestro, donde el pan de cada día es la simulación. Pueden fallar todas las respuestas a las demandas ciudadanas: las promesas volverse mentiras, las desapariciones cosa del día a día, así como la violencia, inseguridad, la economía en caída libre e ineficiencia institucional y nadie renuncia a su cargo por estos motivos. Es parte de nuestra historia, pero también de nuestro presente.

Este sexenio en particular las renuncias han estado marcadas por diferencias con el presidente López Obrador en la forma de gobernar; controversias con alguna circunstancia en específico o los famosos “motivos personales”.

Lo cierto es que sexenios anteriores al menos desde Carlos Salinas, los ajustes se daban del cuarto año en adelante o a mitad del sexenio y si se ajustaba algún puesto en los primeros dos años no pasaban de dos o tres posiciones.

Salinas hizo su primer cambio a los dos años de su administración en la Secretaría de Agricultura y el segundo a mitad del sexenio; Ernesto Zedillo realizó cinco el primer año, pero recordemos que venía de un proceso muy complicado tras el magnicidio de Luis Donaldo Colosio y los ajustes se hicieron prácticamente sobre la marcha.

Vicente Fox el primer cambio lo anunció en la Secretaría de Economía a los dos años de tomar protesta, luego vinieron 3 más a los cuatro años. Felipe Calderón ajustó estratégicamente tres posiciones en su gabinete el primer año: Gobernación, Función Pública y Sedesol; luego 2 más en el segundo año.

Enrique Peña Nieto tuvo dos renuncias el primer año, la de Ernesto de Lucas en ProMéxico e Ignacio Navarro en la Subsecretaría de la Industria, ninguna en primer nivel y decidió los dos primeros cambios, ya cumplidos los dos años de su mandato.

Así, la lista de renuncias en el gabinete de la cuarta transformación es la más larga hasta el momento incluso desde el gobierno de Luis Echeverría según los analistas políticos, sin descontar que cambios estratégicos y renuncias son dos cosas distintas.

A medio año de tomar protesta las renuncias de primer nivel tocaron puestos claves para el proyecto del presidente Andrés Manuel: IMSS (Mayo de 2019); Semarnat (mayo 2019); Hacienda (Julio 2019).

Del gabinete ampliado han cambiado los titulares de: Comisión Reguladora de Energía; Instituto Nacional de Migración; Comisión Nacional de Hidrocarburos; Dirección General de Aduanas (SAT); Consejo Nacional para prevenir la Discriminación (Conapred); Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV); Dirección General del SAT; Estancias Infantiles; Energías Renovables; Subsecretaría de Turismo; Subprocuraduría Especializada en Delitos Federales; Subsecretaría de Seguridad; Subsecretaría de Gobernación y Banco del Bienestar (Hacienda).

El secretario de Hacienda Carlos Urzúa dio a conocer a través de una carta pública en redes sociales con motivo de su renuncia la imposición de funcionarios que carecen de experiencia y por ende la administración de López Obrador ha tomado decisiones sin sustento.

Mientras que Germán Martínez exdirector del IMSS acusó a funcionarios de la Secretaría de Hacienda de injerencia perniciosa en las finanzas del instituto y endeudarlo en más de mil millones de pesos pasando por encima del director.

Ante este desgajamiento el Presidente ha dicho que no encabeza un simple cambio de gobierno, sino de régimen y que es mejor acostumbrarse a otros posibles cambios.

Así no sólo ha renunciado a su propósito inicial de no hacer cambios en el gabinete, sino que se adelanta a la posibilidad de que otros funcionarios que no están de acuerdo con sus decisiones se vayan. Simplemente les ha dejado la puerta abierta ante el valor primordial de ‘están conmigo o contra mí’ como ha advertido al resto del país.

Y pareciera que el Ejecutivo federal está dispuesto a defender su ‘cuarta transformación’ o ‘cambio de régimen’ por encima de otros valores como la estabilidad, desarrollo económico y social…Aun cuando México necesita de todos para levantarse en medio de una pandemia incontrolable.

Agradezco sus comentarios y retroalimentación a través de: davidfigueroao@me.com; Twitter: @DavidFigueroaO Facebook David Figueroa O.

David Figueroa Ortega es empresario, excónsul de México en Los Ángeles y San José, California; exdiputado federal; exalcalde de Agua Prieta; exdirigente del PAN en Sonora.

Desde su toma de protesta en varias ocasiones el presidente Andrés Manuel López Obrador expresó su convicción de no realizar cambios en su gabinete, pero el desprendimiento gradual en este primer año y medio es un hecho.

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Hasta cierto punto es parte natural de los ajustes en una administración, en todos los sexenios se da; lo que llama la atención es la cantidad de cambios en muy corto tiempo, al menos 17 en cargos relevantes en año y medio; tres del gabinete principal de primera línea ni siquiera aguantaron el año, en siete meses dimitieron y con graves razones expuestas.

Muchos son en puestos de segundo nivel, es decir operativos como subsecretarías, direcciones generales, comisionados y titulares de organismos supuestamente autónomos.

Tampoco son renuncias por incompetencia, esas son casi nulas en un sistema político como el nuestro, donde el pan de cada día es la simulación. Pueden fallar todas las respuestas a las demandas ciudadanas: las promesas volverse mentiras, las desapariciones cosa del día a día, así como la violencia, inseguridad, la economía en caída libre e ineficiencia institucional y nadie renuncia a su cargo por estos motivos. Es parte de nuestra historia, pero también de nuestro presente.

Este sexenio en particular las renuncias han estado marcadas por diferencias con el presidente López Obrador en la forma de gobernar; controversias con alguna circunstancia en específico o los famosos “motivos personales”.

Lo cierto es que sexenios anteriores al menos desde Carlos Salinas, los ajustes se daban del cuarto año en adelante o a mitad del sexenio y si se ajustaba algún puesto en los primeros dos años no pasaban de dos o tres posiciones.

Salinas hizo su primer cambio a los dos años de su administración en la Secretaría de Agricultura y el segundo a mitad del sexenio; Ernesto Zedillo realizó cinco el primer año, pero recordemos que venía de un proceso muy complicado tras el magnicidio de Luis Donaldo Colosio y los ajustes se hicieron prácticamente sobre la marcha.

Vicente Fox el primer cambio lo anunció en la Secretaría de Economía a los dos años de tomar protesta, luego vinieron 3 más a los cuatro años. Felipe Calderón ajustó estratégicamente tres posiciones en su gabinete el primer año: Gobernación, Función Pública y Sedesol; luego 2 más en el segundo año.

Enrique Peña Nieto tuvo dos renuncias el primer año, la de Ernesto de Lucas en ProMéxico e Ignacio Navarro en la Subsecretaría de la Industria, ninguna en primer nivel y decidió los dos primeros cambios, ya cumplidos los dos años de su mandato.

Así, la lista de renuncias en el gabinete de la cuarta transformación es la más larga hasta el momento incluso desde el gobierno de Luis Echeverría según los analistas políticos, sin descontar que cambios estratégicos y renuncias son dos cosas distintas.

A medio año de tomar protesta las renuncias de primer nivel tocaron puestos claves para el proyecto del presidente Andrés Manuel: IMSS (Mayo de 2019); Semarnat (mayo 2019); Hacienda (Julio 2019).

Del gabinete ampliado han cambiado los titulares de: Comisión Reguladora de Energía; Instituto Nacional de Migración; Comisión Nacional de Hidrocarburos; Dirección General de Aduanas (SAT); Consejo Nacional para prevenir la Discriminación (Conapred); Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV); Dirección General del SAT; Estancias Infantiles; Energías Renovables; Subsecretaría de Turismo; Subprocuraduría Especializada en Delitos Federales; Subsecretaría de Seguridad; Subsecretaría de Gobernación y Banco del Bienestar (Hacienda).

El secretario de Hacienda Carlos Urzúa dio a conocer a través de una carta pública en redes sociales con motivo de su renuncia la imposición de funcionarios que carecen de experiencia y por ende la administración de López Obrador ha tomado decisiones sin sustento.

Mientras que Germán Martínez exdirector del IMSS acusó a funcionarios de la Secretaría de Hacienda de injerencia perniciosa en las finanzas del instituto y endeudarlo en más de mil millones de pesos pasando por encima del director.

Ante este desgajamiento el Presidente ha dicho que no encabeza un simple cambio de gobierno, sino de régimen y que es mejor acostumbrarse a otros posibles cambios.

Así no sólo ha renunciado a su propósito inicial de no hacer cambios en el gabinete, sino que se adelanta a la posibilidad de que otros funcionarios que no están de acuerdo con sus decisiones se vayan. Simplemente les ha dejado la puerta abierta ante el valor primordial de ‘están conmigo o contra mí’ como ha advertido al resto del país.

Y pareciera que el Ejecutivo federal está dispuesto a defender su ‘cuarta transformación’ o ‘cambio de régimen’ por encima de otros valores como la estabilidad, desarrollo económico y social…Aun cuando México necesita de todos para levantarse en medio de una pandemia incontrolable.

Agradezco sus comentarios y retroalimentación a través de: davidfigueroao@me.com; Twitter: @DavidFigueroaO Facebook David Figueroa O.

David Figueroa Ortega es empresario, excónsul de México en Los Ángeles y San José, California; exdiputado federal; exalcalde de Agua Prieta; exdirigente del PAN en Sonora.