/ miércoles 18 de diciembre de 2019

Diálogo | Informativo Entre Todos

La noticia de que el concepto “Informativo Entre Todos” sale del aire en la televisora de paga en Sonora pone una vez más sobre la mesa el papel que los medios de comunicación juegan en una democracia como generadores de equilibrios, por lo que es de lamentar este tipo de señales que siguen suscitándose en México.

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Un 26 de enero hace 21 años surgió el concepto “Entre Todos” como noticiero, en sus inicios radiofónico en la capital del Estado; después se adaptaría a la nueva era de la tecnología en Internet; televisión abierta en la televisora del Estado y desde hace 17 años en la televisión de paga a través de Megacable.

En 1998 tiempos de la administración municipal de Jorge Valencia Juillerat en Hermosillo, el equipo encabezado por Víctor Mendoza e Hilario Olea se hizo valer de noveles reporteros como el buen amigo Carlos Ávila y Luis Alberto Medina, después se sumarían Paula Trespalacios, Gabriela Salido entre muchos otros comunicadores que han pasado por el staff.

Basta mencionar dos o tres nombres para darnos cuenta del crecimiento del proyecto y de cada uno de sus colaboradores en lo personal. Más de dos décadas de trabajo arduo.

Con humor, sarcasmo y persistencia el informativo se distinguió por una crítica dura a la oposición tradicional de esa época en el Estado, pero con apertura a voces de distintas y contrastadas opiniones a través de sus editorialistas y comentaristas.

Recibí la invitación a participar en este espacio en momentos difíciles en los que todas las puertas se cerraban en Sonora para un servidor durante el gobierno de Guillermo Padrés Elías.

La confianza y oportunidad que he recibido desde entonces hasta hoy ha sido con absoluto respeto a la libertad de expresión semana a semana. Aun cuando puntos de vista, empatías o grupos políticos afines fueran distintos.

De eso se trata la democracia y el papel de los medios de comunicación en un país libre; sin duda alguna en México con la transición llegó también la pluralización de los espacios masivos de comunicación, sean noticiosos o de entretenimiento.

Empresas de medios mantienen sus afinidades políticas con personajes y grupos específicos en el poder o en la oposición, pero la clave está en mantener espacios abiertos a todas las voces. Es una responsabilidad ineludible hoy en día.

Desde la Revolución Mexicana surgieron los primeros medios impresos con marcados intereses políticos y en 1923 surgió la radio como medio electrónico e instrumento para moldear la opinión pública de manera transversal a todas las clases sociales.

El Universal y Excélsior fueron de los primeros periódicos en fijar posturas que ponían en entredicho la legitimidad del régimen revolucionario y el Gobierno impulsó entonces el Diario Nacional Revolucionario.

Es decir, siempre ha habido una ideología e intereses detrás de la mayoría de las empresas dedicadas al ramo de la comunicación, pero llegamos al siglo XXI con una transición política rebasada por internet y la innovación tecnológica.

La misma sociedad aprendió más rápido que los gobiernos ante una imperiosa necesidad de hacerse escuchar y no sólo permanecer como entes pasivos.

Los medios tradicionales se están viendo obligados a moverse y producir más para Internet y plataformas digitales, ya no bastan los impresos, radio o televisión; la interacción instantánea ha dejado atrás la suficiencia de los mass media como hasta hace muy pocos años -menos de una generación- se les conocía o predominaban.

El mundo se mueve en forma vertiginosa en los teléfonos celulares, ya ni siquiera hacen falta las computadoras tradicionales o sentarse frente a una pantalla. La información va y viene de punta a punta del globo terráqueo en cuestión de segundos.

¿Quién va a acallar voces a partir de esto? Ni las más grandes empresas o grupos de poder pueden contener esta que sí es una verdadera transformación, que alcanza la política económica, social y cultural sin importar razas, religiones o clases sociales.

Ningún gobierno en un país democrático sea de izquierda, centro o derecha, puede ya atacar los espacios de expresión, intentos así sólo atentan contra el espíritu de libertad de los ciudadanos y su derecho a informarse y formarse su propia opinión.

Y justo en los momentos de transición como el que México está viviendo con la llamada Cuarta Transformación, es cuando toma relevancia esta reflexión.

Cerrar espacios no afines al actual Gobierno federal como ha sucedido a nivel nacional con conocidos personajes pareciera que es la consigna, al menos es la percepción que se ha asentado en los últimos meses.

Con esta reflexión y preocupación me despido de este espacio de cada martes en “Entre Todos” a través de Megacable, con infinito agradecimiento a don Javier Bours; a los buenos amigos que pacientemente nos atendieron siempre: técnicos, jefes de redacción, productores, camarógrafos y amigos periodistas de tantos años.

Por supuesto gracias a Víctor Mendoza e Hilario Olea, quienes sin duda continuarán siendo una voz crítica en Sonora desde otras plataformas. De esta experiencia me queda claro que la tolerancia enriquece más que la obstinación.

Por Sonora y por México, que espacios como el suyo se multipliquen. ¡Éxito siempre!



Agradezco sus comentarios y retroalimentación a:

davidfigueroao@me.com

@DavidFigueroaO

David Figueroa O.

Reseña: David Figueroa Ortega es empresario, ex cónsul de México en Los Ángeles y San José, California; ex diputado federal; ex alcalde de Agua Prieta; ex dirigente del PAN en Sonora.

La noticia de que el concepto “Informativo Entre Todos” sale del aire en la televisora de paga en Sonora pone una vez más sobre la mesa el papel que los medios de comunicación juegan en una democracia como generadores de equilibrios, por lo que es de lamentar este tipo de señales que siguen suscitándose en México.

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Un 26 de enero hace 21 años surgió el concepto “Entre Todos” como noticiero, en sus inicios radiofónico en la capital del Estado; después se adaptaría a la nueva era de la tecnología en Internet; televisión abierta en la televisora del Estado y desde hace 17 años en la televisión de paga a través de Megacable.

En 1998 tiempos de la administración municipal de Jorge Valencia Juillerat en Hermosillo, el equipo encabezado por Víctor Mendoza e Hilario Olea se hizo valer de noveles reporteros como el buen amigo Carlos Ávila y Luis Alberto Medina, después se sumarían Paula Trespalacios, Gabriela Salido entre muchos otros comunicadores que han pasado por el staff.

Basta mencionar dos o tres nombres para darnos cuenta del crecimiento del proyecto y de cada uno de sus colaboradores en lo personal. Más de dos décadas de trabajo arduo.

Con humor, sarcasmo y persistencia el informativo se distinguió por una crítica dura a la oposición tradicional de esa época en el Estado, pero con apertura a voces de distintas y contrastadas opiniones a través de sus editorialistas y comentaristas.

Recibí la invitación a participar en este espacio en momentos difíciles en los que todas las puertas se cerraban en Sonora para un servidor durante el gobierno de Guillermo Padrés Elías.

La confianza y oportunidad que he recibido desde entonces hasta hoy ha sido con absoluto respeto a la libertad de expresión semana a semana. Aun cuando puntos de vista, empatías o grupos políticos afines fueran distintos.

De eso se trata la democracia y el papel de los medios de comunicación en un país libre; sin duda alguna en México con la transición llegó también la pluralización de los espacios masivos de comunicación, sean noticiosos o de entretenimiento.

Empresas de medios mantienen sus afinidades políticas con personajes y grupos específicos en el poder o en la oposición, pero la clave está en mantener espacios abiertos a todas las voces. Es una responsabilidad ineludible hoy en día.

Desde la Revolución Mexicana surgieron los primeros medios impresos con marcados intereses políticos y en 1923 surgió la radio como medio electrónico e instrumento para moldear la opinión pública de manera transversal a todas las clases sociales.

El Universal y Excélsior fueron de los primeros periódicos en fijar posturas que ponían en entredicho la legitimidad del régimen revolucionario y el Gobierno impulsó entonces el Diario Nacional Revolucionario.

Es decir, siempre ha habido una ideología e intereses detrás de la mayoría de las empresas dedicadas al ramo de la comunicación, pero llegamos al siglo XXI con una transición política rebasada por internet y la innovación tecnológica.

La misma sociedad aprendió más rápido que los gobiernos ante una imperiosa necesidad de hacerse escuchar y no sólo permanecer como entes pasivos.

Los medios tradicionales se están viendo obligados a moverse y producir más para Internet y plataformas digitales, ya no bastan los impresos, radio o televisión; la interacción instantánea ha dejado atrás la suficiencia de los mass media como hasta hace muy pocos años -menos de una generación- se les conocía o predominaban.

El mundo se mueve en forma vertiginosa en los teléfonos celulares, ya ni siquiera hacen falta las computadoras tradicionales o sentarse frente a una pantalla. La información va y viene de punta a punta del globo terráqueo en cuestión de segundos.

¿Quién va a acallar voces a partir de esto? Ni las más grandes empresas o grupos de poder pueden contener esta que sí es una verdadera transformación, que alcanza la política económica, social y cultural sin importar razas, religiones o clases sociales.

Ningún gobierno en un país democrático sea de izquierda, centro o derecha, puede ya atacar los espacios de expresión, intentos así sólo atentan contra el espíritu de libertad de los ciudadanos y su derecho a informarse y formarse su propia opinión.

Y justo en los momentos de transición como el que México está viviendo con la llamada Cuarta Transformación, es cuando toma relevancia esta reflexión.

Cerrar espacios no afines al actual Gobierno federal como ha sucedido a nivel nacional con conocidos personajes pareciera que es la consigna, al menos es la percepción que se ha asentado en los últimos meses.

Con esta reflexión y preocupación me despido de este espacio de cada martes en “Entre Todos” a través de Megacable, con infinito agradecimiento a don Javier Bours; a los buenos amigos que pacientemente nos atendieron siempre: técnicos, jefes de redacción, productores, camarógrafos y amigos periodistas de tantos años.

Por supuesto gracias a Víctor Mendoza e Hilario Olea, quienes sin duda continuarán siendo una voz crítica en Sonora desde otras plataformas. De esta experiencia me queda claro que la tolerancia enriquece más que la obstinación.

Por Sonora y por México, que espacios como el suyo se multipliquen. ¡Éxito siempre!



Agradezco sus comentarios y retroalimentación a:

davidfigueroao@me.com

@DavidFigueroaO

David Figueroa O.

Reseña: David Figueroa Ortega es empresario, ex cónsul de México en Los Ángeles y San José, California; ex diputado federal; ex alcalde de Agua Prieta; ex dirigente del PAN en Sonora.