/ sábado 2 de octubre de 2021

El columnario | Reflexiones y apuntes desde la estética por Rosales

Los espacios, así como las ideas se van clarificando, lo que ciertamente provee un entorno por demás armónico para el desarrollo de mi trabajo como artista plástico. Me mantengo en una constante búsqueda de pretextos en donde la línea se manifieste y logre expresar desde lo estético-pictórico, por lo que las posibilidades logran ser infinitas para comunicar desde la parte neofigurativa, lo que obviamente me absorbe en gran medida cuando entro a mi taller.

No obstante que en ocasiones me resulta un tanto exhaustivo, sin embargo, los resultados me satisfacen la mayoría de las ocasiones, aun así, realizo algunas pausas entre un trabajo y otro. Lo que me estimula es poder interrelacionar ideas creativas entre el grabado y la pintura misma. No es de extrañarse que en repetidas ocasiones se me inscriba como un “neocubista” por excelencia, sin embargo, no me niego a ello.

Reconociendo con ello que la mayoría de las veces cuando empiezo a desarrollar una idea o tema en particular para una pieza, no puedo parar de dibujar, elaborando varias propuestas a la vez para dicha obra, es como si mi mano, brazos, mente y espíritu, se conjugaran de una forma por demás inaudita, provocando con ello una pasión desenfrenada por la búsqueda de distintas posibilidades estéticas para la creación. Sobre los resultados estético-pictóricos podría decir que siempre he tratado de crear un equilibrio entre el dibujo y el color. Lo que por naturalidad genera una pintura muy personal, donde el precepto tanto creativo, como iconográfico. Por lo que generalmente soy muy celoso de mi estudio y área de trabajo. No es de extrañarse que siempre exista una preocupación por desarrollar de manera permanente mis capacidades creativas, tanto en el dibujo, como con la línea estética, ya que el haber llegado a ello requirió algunos años de trabajo y esfuerzo de mi parte.

Como siempre buscando la congruencia, algo que no siempre se da en algunos artistas, lo que me reafirma tanto en personalidad, así como en carácter y temperamento, aspectos demasiado vitales para la creación y que de alguna manera se reflejan en la expresión. motivo del cual me siento por demás muy orgulloso. A diferencia de la banalidad y superficialidad que existe en la mayoría de los que se dicen dedicarse a las artes plásticas, sin aportar nada en particular, ya que todos se funden y confunden en una misma línea como lo es la ilustración. Por lo que ni siquiera veo un digno competidor a la altura de quienes trabajamos y desarrollamos una línea por demás personalísima. Es cuanto. Nos vemos la próxima entrega…

Los espacios, así como las ideas se van clarificando, lo que ciertamente provee un entorno por demás armónico para el desarrollo de mi trabajo como artista plástico. Me mantengo en una constante búsqueda de pretextos en donde la línea se manifieste y logre expresar desde lo estético-pictórico, por lo que las posibilidades logran ser infinitas para comunicar desde la parte neofigurativa, lo que obviamente me absorbe en gran medida cuando entro a mi taller.

No obstante que en ocasiones me resulta un tanto exhaustivo, sin embargo, los resultados me satisfacen la mayoría de las ocasiones, aun así, realizo algunas pausas entre un trabajo y otro. Lo que me estimula es poder interrelacionar ideas creativas entre el grabado y la pintura misma. No es de extrañarse que en repetidas ocasiones se me inscriba como un “neocubista” por excelencia, sin embargo, no me niego a ello.

Reconociendo con ello que la mayoría de las veces cuando empiezo a desarrollar una idea o tema en particular para una pieza, no puedo parar de dibujar, elaborando varias propuestas a la vez para dicha obra, es como si mi mano, brazos, mente y espíritu, se conjugaran de una forma por demás inaudita, provocando con ello una pasión desenfrenada por la búsqueda de distintas posibilidades estéticas para la creación. Sobre los resultados estético-pictóricos podría decir que siempre he tratado de crear un equilibrio entre el dibujo y el color. Lo que por naturalidad genera una pintura muy personal, donde el precepto tanto creativo, como iconográfico. Por lo que generalmente soy muy celoso de mi estudio y área de trabajo. No es de extrañarse que siempre exista una preocupación por desarrollar de manera permanente mis capacidades creativas, tanto en el dibujo, como con la línea estética, ya que el haber llegado a ello requirió algunos años de trabajo y esfuerzo de mi parte.

Como siempre buscando la congruencia, algo que no siempre se da en algunos artistas, lo que me reafirma tanto en personalidad, así como en carácter y temperamento, aspectos demasiado vitales para la creación y que de alguna manera se reflejan en la expresión. motivo del cual me siento por demás muy orgulloso. A diferencia de la banalidad y superficialidad que existe en la mayoría de los que se dicen dedicarse a las artes plásticas, sin aportar nada en particular, ya que todos se funden y confunden en una misma línea como lo es la ilustración. Por lo que ni siquiera veo un digno competidor a la altura de quienes trabajamos y desarrollamos una línea por demás personalísima. Es cuanto. Nos vemos la próxima entrega…