/ jueves 5 de marzo de 2020

El faro | Busca retroalimentación, especialmente después de fracasar

¿Por qué el mejor momento para examinar qué salió mal, es lo antes posible?

Dentro del éxito y las metas alcanzadas y superadas, existe un proceso, un proceso que permite que no nos estanquemos, que permite definir la estrategia a seguir o en dado caso modificar para poder avanzar al siguiente nivel.

Es en este sistema que se encuentra el ciclo de perder e intentar una y otra vez hasta vencer y superar los obstáculos en el camino. Y es aquí que llegamos a la ilustración perfecta del valor de la retroalimentación instantánea.

Saber de inmediato, cuál es la realidad de las cosas, tener certeza que se fracasó causa fuertes sentimientos motivadores, aunque no estemos acostumbrados. Las personas que reciben comentarios inmediatos sobre un fracaso tienen muchas más probabilidades de recuperarse y seguir intentándolo a aquellos que reciben comentarios retrasados o ninguno —(estudio reciente en el Journal of Consumer Behavior). Si no recibimos comentarios inmediatos, no será nuestra prioridad hacer algún tipo de cambio. Si sólo esperamos, estamos dando tiempo para justificar el fracaso o para desanimarnos de intentarlo nuevamente. Pero si buscas activamente información sobre dónde te equivocaste, es mucho más fácil obligarte a sumergirte de nuevo, con un nuevo y mejorado enfoque.

El fracaso es una parte esencial para alcanzar cualquier meta, sin embargo esto sólo es cierto hasta cierto punto. Los grandes fracasos pueden ser desmoralizadores, pero aun así se puede administrar para organizar pequeños fracasos. Es más fácil prepararnos para fallar en pequeño.

Si se tiene desafíos que son incrementales, se puede seguir haciendo pequeños esfuerzos, fallar y luego volver a intentarlo de inmediato. Cuando se construyen objetivos de manera masiva (hacer o morir) y no funciona, entonces el fracaso y sus consecuencias podrían significar el fin de algún proyecto o negocio. Pero cuando se tienen pasos cuantificables con una oportunidad inmediata para intentarlo de nuevo, es cuando el fracaso se vuelve útil.

No puedes hacer nada que valga la pena y que requiera crecer y desarrollarse sin alguna vez fallar, entonces, en lugar de mostrarse derrotado en el siguiente fracaso, tome la actitud mencionada, incorpora el respeto y la búsqueda de retroalimentación inmediata a tu proceso.

El éxito nunca se debe sólo a una cosa, pero el fracaso sí puede serlo.

El trabajo duro rara vez es suficiente sin una buena estrategia, pero incluso la mejor estrategia es inútil sin un trabajo duro.

Muchas cosas son necesarias, pero no suficientes para el éxito.

David A. Martínez A. RMR Consultores Innovación Disruptiva. david@rmr.mx

¿Por qué el mejor momento para examinar qué salió mal, es lo antes posible?

Dentro del éxito y las metas alcanzadas y superadas, existe un proceso, un proceso que permite que no nos estanquemos, que permite definir la estrategia a seguir o en dado caso modificar para poder avanzar al siguiente nivel.

Es en este sistema que se encuentra el ciclo de perder e intentar una y otra vez hasta vencer y superar los obstáculos en el camino. Y es aquí que llegamos a la ilustración perfecta del valor de la retroalimentación instantánea.

Saber de inmediato, cuál es la realidad de las cosas, tener certeza que se fracasó causa fuertes sentimientos motivadores, aunque no estemos acostumbrados. Las personas que reciben comentarios inmediatos sobre un fracaso tienen muchas más probabilidades de recuperarse y seguir intentándolo a aquellos que reciben comentarios retrasados o ninguno —(estudio reciente en el Journal of Consumer Behavior). Si no recibimos comentarios inmediatos, no será nuestra prioridad hacer algún tipo de cambio. Si sólo esperamos, estamos dando tiempo para justificar el fracaso o para desanimarnos de intentarlo nuevamente. Pero si buscas activamente información sobre dónde te equivocaste, es mucho más fácil obligarte a sumergirte de nuevo, con un nuevo y mejorado enfoque.

El fracaso es una parte esencial para alcanzar cualquier meta, sin embargo esto sólo es cierto hasta cierto punto. Los grandes fracasos pueden ser desmoralizadores, pero aun así se puede administrar para organizar pequeños fracasos. Es más fácil prepararnos para fallar en pequeño.

Si se tiene desafíos que son incrementales, se puede seguir haciendo pequeños esfuerzos, fallar y luego volver a intentarlo de inmediato. Cuando se construyen objetivos de manera masiva (hacer o morir) y no funciona, entonces el fracaso y sus consecuencias podrían significar el fin de algún proyecto o negocio. Pero cuando se tienen pasos cuantificables con una oportunidad inmediata para intentarlo de nuevo, es cuando el fracaso se vuelve útil.

No puedes hacer nada que valga la pena y que requiera crecer y desarrollarse sin alguna vez fallar, entonces, en lugar de mostrarse derrotado en el siguiente fracaso, tome la actitud mencionada, incorpora el respeto y la búsqueda de retroalimentación inmediata a tu proceso.

El éxito nunca se debe sólo a una cosa, pero el fracaso sí puede serlo.

El trabajo duro rara vez es suficiente sin una buena estrategia, pero incluso la mejor estrategia es inútil sin un trabajo duro.

Muchas cosas son necesarias, pero no suficientes para el éxito.

David A. Martínez A. RMR Consultores Innovación Disruptiva. david@rmr.mx