La visión disruptiva y sus métodos de implementación son aquellos enfoques basados en sistemas para la resolución creativa de problemas y abordar situaciones sociales y ambientales complejos.
Combinar métodos de investigación sociológica con exploraciones de sistemas y enfoques de diseño y creatividad permite un cambio de perspectiva de una problemática para garantizar que las intervenciones creen un cambio positivo.
Vivimos en un complejo mundo interconectado plagado de problemas dinámicos y a menudo caóticos que requieren un cambio de mentalidad y habilidades para que podamos abordarlos a un nivel diferente.
Con la visión disruptiva se pretende crear resultados creativos y centrados en la sostenibilidad, ofreciendo una perspectiva de micro a macro y viceversa del área del problema en el que se desea crear un cambio positivo a través de enfoques no convencionales para abordar problemas complejos, como, por ejemplo, los presentados por los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Cualquier problema, desde pequeñas preocupaciones hiperlocales hasta problemas globales masivos, puede explorarse y evolucionar a través de esta visión, y debido a que es una práctica pensante, puede adaptarse y evolucionar según el problema.
Todos somos ciudadanos diseñadores del futuro a través de las acciones que tomamos todos los días, por eso tenemos la responsabilidad de cuestionar y explorar para después participar activamente en el diseño de un futuro que funcioné mejor para todos nosotros.
Personas creativas y no creativas podemos desarrollar las herramientas mentales necesarias para activar el cambio positivo, con una mentalidad disruptiva se aborda la resolución creativa de problemas mediante la extracción de opciones y el empleo de una variedad diversa de enfoques de investigación, pasando a la “jardinería” de los sistemas en juego e identificando las conexiones y la dinámica de las relaciones que refuerzan los elementos vigentes, y luego ideando oportunidades para intervenciones y aportaciones que amplifiquen el impacto positivo mediante la construcción de nuevas ideas que cambien el status quo de nuestra comunidad.
A menudo la parte más pequeña del sistema tiene la capacidad de hacer el mayor cambio, y ese es uno de los enfoques fundamentales que permite la visión disruptiva: identificar la parte dentro del sistema que se tiene injerencia y la capacidad de impactar y luego diseñar una intervención que sea factible que tú la realices.
En lugar de evitar o ignorar los problemas, debemos ser amantes de los problemas, sumergirnos directamente en el centro del problema, luego; diseñar soluciones divergentes que se basen en tu esfera de influencia individual única, que es el espacio que todos podemos seleccionar para afectar el cambio en las personas o las cosas que nos rodean. Tu esfera personal de influencia crecerá, disminuirá y fluirá con el tiempo, cuanto más actúe el cambio, más se expandirá tu capacidad para hacerlo.
Cualquier persona con las herramientas de pensamiento disruptivo y práctica pueden ser un agente más consciente e intencional para el cambio positivo. Desarrollando el cableado interno para recorrer los problemas y buscar oportunidades no obvias, diseñando intervenciones y soluciones divergentes que se basan en tu estilo y enfoque individual único.
Sin embargo, quizás lo más importante es que, en lugar de evitar o ignorar los problemas, la visión disruptiva cambia las perspectivas que le permiten a uno convertirse en un amante de los problemas con la capacidad de sumergirse justo debajo de las partes obvias del problema en cuestión, evitando culpar y victimizarse, en su lugar, identifica y descubre las partes del sistema que refuerzan el problema para que podamos crear un cambio.
El mundo necesita más pioneros del cambio positivamente disruptivo: personas equipadas con las habilidades de pensar y hacer que les permitan comprender y amar los sistemas complejos y luego poder traducir eso en un cambio real. Existen, por supuesto, muchas herramientas y enfoques para diseñar el cambio, y la visión disruptiva es solo uno de un amplio conjunto de herramientas.
La clave de todo este enfoque es la iteración y el ciclo a través de las etapas para llegar a un resultado refinado y mejor ajustado permitiendo a cualquier profesional ver cómo todo está interconectado, y los problemas se pueden ver desde múltiples perspectivas, lo que permite un cambio de mentalidades rígidas a flexibles.
Muchas personas evitan los problemas, lo que significa que nunca los entienden realmente. Al aprender a amar los problemas y verlos como oportunidades disfrazadas, desarrollaremos una mente abierta que piense de manera diferente. Se trata de ser curioso e intentar comprender algo antes de intentar resolverlo.
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