/ jueves 1 de octubre de 2020

El faro | Cómo liderar y aun ser exitoso si no eres un despiadado.

La empatía no siempre es el mejor camino, pero existen alternativas.

¿Alguna vez has estado en esta situación? Un colaborador tuyo, que lleva mucho tiempo en tu negocio ayudándote en tus diferentes proyectos y etapas, que se ha quedado contigo en las buenas y en las malas, incluso que los demás integrantes del equipo no se imaginan sin él, pero ya no está a la altura de las nuevas demandas de su función, y empieza a afectar en el negocio.

¿Qué haces?

Si dejas ir a este empleado, muy probablemente se te tache como un calculador de sangre fría que no se detendrá ante nada para realizar su visión (estereotipo común promovido en series y películas y la cultura popular). Y con justa razón, ya que algunos psicólogos estiman que uno de cada cinco líderes empresariales tiene nula o tan baja empatía que pueden ser considerados psicópatas.

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Y por el otro lado, si no terminas la relación laboral con el colaborador que no aporta valor y no justifica con productividad su cheque, te retrataran como una persona débil y un pésimo estratega empresarial.

Pero, ¿y si eres un excelente líder, atinado y profesional empresario y aparte cuentas con un gran corazón?

La empatía es la capacidad de sentir lo que otras personas sienten y se menciona regularmente como una de las habilidades de liderazgo más importantes. De hecho, la empatía te ayuda a ver desde la perspectiva de los demás y a construir relaciones sólidas.

Sin embargo, la empatía tiene un lado oscuro.

1) La empatía es innumerable. Es más probable que sientas empatía por una persona que sufre que por un grupo grande y sin rostro. ¿Alguna vez notaste cómo los anuncios de caridad se enfocan en historias individuales?

2) La empatía está sesgada. Es más probable que sientas empatía por personas como tú. Es por eso que simpatizamos más con las preocupaciones de nuestro grupo que con las preocupaciones de grupos externos.

3) La empatía puede convertirse en un arma. La empatía puede usarse en tu contra. Los líderes populistas son expertos en jugar con su empatía para que tú votes por ellos, (claro a través de un buen marketing). Against Empathy - psicólogo Paul Bloom

En resumen, no siempre se puede confiar en tus sentimientos para velar por los mejores intereses de tu empresa en general.

Desde este punto de vista, es fácil ver cómo la falta de empatía puede ser útil. Muchas decisiones difíciles son buenas para los negocios, pero si afectan de alguna manera a conocidos, quizá ya la decisión tenga otro peso. Y cuantas más personas representes más pesadas pueden parecer estas decisiones.

Una buena alternativa y, afortunadamente, no implica ser tan despiadado puede ser la compasión racional.

La crueldad significa que estás dispuesto a actuar sin compasión para lograr tus fines. Sin embargo, puedes ser racional y compasivo al mismo tiempo. En otras palabras, puedes tomar decisiones basadas en una buena razón y mostrar compasión por aquellos que se ven afectados negativamente.

La compasión y la empatía pueden parecer similares, pero según expertos, son procesos cognitivos muy diferentes. La compasión, a diferencia de la empatía, no significa que realmente sientes cómo se siente otra persona, pero sí significa que te preocupas por esa persona y estás tratando de comprenderla.

Si me permitiera sentir el estrés intenso de las personas que interactuó día a día (clientes, proveedores, staff, etc…), no sería un buen consultor, sería un desastre. Se instruye a los terapeutas, entrenadores y personal médico a ser compasivos mientras preservan un límite emocional. Cuando se trata de tomar decisiones difíciles, este consejo también se aplica a los líderes.

Si enfrentas una decisión desgarradora en la que habrá ganadores y perdedores, reflexiona sobre estas dos preguntas:

¿Qué es lo racional para hacer por el negocio?

¿Cómo puedo ser compasivo con todas las personas involucradas?

¿Y qué hay de nuestro escenario inicial, con el compañero de equipo de bajo rendimiento?

Bueno, eso es para que lo pienses profundamente. Y lo que sea que decidas, recuerda; que sea lo mejor para tu empresa y que seas compasivo con los que salen perdiendo.

Ejemplo que utilizó Elon Musk al despedir a su asistente particular:

“Mary Beth fue una asistente increíble durante más de 10 años, pero a medida que crecía la complejidad de la empresa, el puesto requería varios especialistas frente a un generalista. MB recibió 52 semanas de salario y acciones en agradecimiento por su gran contribución y se fue para unirse a una pequeña empresa, una vez más como generalista”.

La respuesta de Musk es un buen ejemplo de compasión racional, no de despiadada frialdad.


La empatía no siempre es el mejor camino, pero existen alternativas.

¿Alguna vez has estado en esta situación? Un colaborador tuyo, que lleva mucho tiempo en tu negocio ayudándote en tus diferentes proyectos y etapas, que se ha quedado contigo en las buenas y en las malas, incluso que los demás integrantes del equipo no se imaginan sin él, pero ya no está a la altura de las nuevas demandas de su función, y empieza a afectar en el negocio.

¿Qué haces?

Si dejas ir a este empleado, muy probablemente se te tache como un calculador de sangre fría que no se detendrá ante nada para realizar su visión (estereotipo común promovido en series y películas y la cultura popular). Y con justa razón, ya que algunos psicólogos estiman que uno de cada cinco líderes empresariales tiene nula o tan baja empatía que pueden ser considerados psicópatas.

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Y por el otro lado, si no terminas la relación laboral con el colaborador que no aporta valor y no justifica con productividad su cheque, te retrataran como una persona débil y un pésimo estratega empresarial.

Pero, ¿y si eres un excelente líder, atinado y profesional empresario y aparte cuentas con un gran corazón?

La empatía es la capacidad de sentir lo que otras personas sienten y se menciona regularmente como una de las habilidades de liderazgo más importantes. De hecho, la empatía te ayuda a ver desde la perspectiva de los demás y a construir relaciones sólidas.

Sin embargo, la empatía tiene un lado oscuro.

1) La empatía es innumerable. Es más probable que sientas empatía por una persona que sufre que por un grupo grande y sin rostro. ¿Alguna vez notaste cómo los anuncios de caridad se enfocan en historias individuales?

2) La empatía está sesgada. Es más probable que sientas empatía por personas como tú. Es por eso que simpatizamos más con las preocupaciones de nuestro grupo que con las preocupaciones de grupos externos.

3) La empatía puede convertirse en un arma. La empatía puede usarse en tu contra. Los líderes populistas son expertos en jugar con su empatía para que tú votes por ellos, (claro a través de un buen marketing). Against Empathy - psicólogo Paul Bloom

En resumen, no siempre se puede confiar en tus sentimientos para velar por los mejores intereses de tu empresa en general.

Desde este punto de vista, es fácil ver cómo la falta de empatía puede ser útil. Muchas decisiones difíciles son buenas para los negocios, pero si afectan de alguna manera a conocidos, quizá ya la decisión tenga otro peso. Y cuantas más personas representes más pesadas pueden parecer estas decisiones.

Una buena alternativa y, afortunadamente, no implica ser tan despiadado puede ser la compasión racional.

La crueldad significa que estás dispuesto a actuar sin compasión para lograr tus fines. Sin embargo, puedes ser racional y compasivo al mismo tiempo. En otras palabras, puedes tomar decisiones basadas en una buena razón y mostrar compasión por aquellos que se ven afectados negativamente.

La compasión y la empatía pueden parecer similares, pero según expertos, son procesos cognitivos muy diferentes. La compasión, a diferencia de la empatía, no significa que realmente sientes cómo se siente otra persona, pero sí significa que te preocupas por esa persona y estás tratando de comprenderla.

Si me permitiera sentir el estrés intenso de las personas que interactuó día a día (clientes, proveedores, staff, etc…), no sería un buen consultor, sería un desastre. Se instruye a los terapeutas, entrenadores y personal médico a ser compasivos mientras preservan un límite emocional. Cuando se trata de tomar decisiones difíciles, este consejo también se aplica a los líderes.

Si enfrentas una decisión desgarradora en la que habrá ganadores y perdedores, reflexiona sobre estas dos preguntas:

¿Qué es lo racional para hacer por el negocio?

¿Cómo puedo ser compasivo con todas las personas involucradas?

¿Y qué hay de nuestro escenario inicial, con el compañero de equipo de bajo rendimiento?

Bueno, eso es para que lo pienses profundamente. Y lo que sea que decidas, recuerda; que sea lo mejor para tu empresa y que seas compasivo con los que salen perdiendo.

Ejemplo que utilizó Elon Musk al despedir a su asistente particular:

“Mary Beth fue una asistente increíble durante más de 10 años, pero a medida que crecía la complejidad de la empresa, el puesto requería varios especialistas frente a un generalista. MB recibió 52 semanas de salario y acciones en agradecimiento por su gran contribución y se fue para unirse a una pequeña empresa, una vez más como generalista”.

La respuesta de Musk es un buen ejemplo de compasión racional, no de despiadada frialdad.