/ jueves 28 de mayo de 2020

El faro | Cuando tu equipo necesita un “tune up”

Revisar la visión, misión y valores puede resolver muchos problemas de equipo, así como mantener a alguien en tu equipo que no pertenece allí, es un error costoso.

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Ante nuevas situaciones; crecimiento, expansión, diversificación, crisis, etc…el tiempo y la energía necesarios para brindar a los miembros del equipo apoyo adicional, o luchar con ellos, aclarar sus errores o brechas, afecta algunas veces la atención y satisfacción de tus clientes.

Hay una manera simple de lograr que una persona problemática se alinee y ayude a seguir adelante, al mismo tiempo, fortaleciendo y haciendo que los buenos miembros del equipo sean aún mejores.

Muchas veces los dueños, directores, gerentes o emprendedores de startups se ven en una situación donde tienen que decidir cuánto tiempo van a dedicar a los nuevos integrantes de su equipo. ¿Cuál es el tiempo justo para seguir intentando ayudar a trabajar con un nivel aceptable, o dejarlo ir?

No es tan sencillo como parece, el tiempo y el costo de los recursos de reclutamiento y capacitación para un nuevo empleado, más el tiempo requerido para contratar a un nuevo reemplazo, es algo a considerar.

Además, se contrató e invitó al equipo por alguna razón, pasó los filtros y las entrevistas, pero por alguna razón no pudo mantener las prioridades y el presupuesto para este puesto de trabajo según lo establecido.

El estrés de las correcciones constantes puede ser sumamente agotante. En general existe un desajuste entre lo que esta persona hace y el objetivo del negocio. El tiempo que uno decide invertir en alguien para ajustar la visión y las acciones, es también tiempo valioso restado a otras áreas del negocio.

Cuando identifiques esto en tu negocio o equipo de trabajo, cuando constantemente estés luchando con el desempeño de un miembro, es hora de volver a visitar tu visión, misión y valores.

Cuando un fundador define por primera vez su visión, misión y valores en los primeros días, es posible que no se indiquen explícitamente.

Los valores no se crean, se descubren y sabes en tu instinto lo que estás tratando de hacer y lo que es importante para ti.

Estas ideas están tan arraigadas en tu pensamiento que puede ser fácil olvidar que los nuevos reclutas o incluso trabajadores con cierta antigüedad pueden no tenerlo tan presente. Pero a medida que comienzas a hacer crecer un equipo, se vuelve cada vez más importante compartir lo que está en tu interior y en tu cabeza para que todos los que traigas a bordo tengan claro qué están ayudando a lograr.

Esto les asiste a comprender y mantener las prioridades. Les ayuda a todas las tomas de decisiones, especialmente los más difíciles, de lo que no se puede hacer, así como lo que hacer.

Además, a menudo tu visión y misión pueden cambiar a medida que el crecimiento del negocio proporciona más datos de los usuarios y comentarios de los clientes, se vale ajustar y pivotar, sin embargo, no olvidar comunicarlo a tu equipo compacto.

Reúne a tu equipo ponlos al tanto de la visión, la misión y los valores para que puedan ver claramente cómo su trabajo respalda la dirección general de la empresa, aprovecha el tiempo y el espacio para evaluarlos para ver si aún son relevantes o si necesitan cambiar, y obtén el valor agregado de la perspectiva y la opinión de los demás miembros de tu equipo.

Puede parecer que este es un ejercicio irrelevante y que toma un lujo de tiempo que una empresa ocupada no puede permitirse. Pero no debe de verse así, que tome el tiempo que tome, aparte los resultados valen la pena.

Estudios muestras que al llevar a cabo sesiones (independientemente la duración) revisando la visión, misión y valores de la compañía. Los resultados que arrojan son inmediatos, impactantes y sorprendentes.

Durante estas sesiones, la mayoría de las veces se reconoce que la visión ha cambiado en los últimos años desde que comenzó la compañía. Una vez que se comienza con un negocio y arrancan las operaciones, se reciben comentarios de los clientes y se puede experimentar lo que funciona bien y lo que no, es cuando se pueden ver las cosas de manera diferente.

No debemos olvidar que la declaración de la visión es aspiracional, es decir, a dónde se quiere llegar. Es un panorama general que se sueña con lograr. Es tu verdadero norte. Puede que no sea un objetivo realista, pero es ese punto en el horizonte con el que sueñas cuando ves a tu empresa ideal.

La declaración de la misión es más práctica, la misión nos debe de ayudar a tomar las decisiones más difíciles no sólo sobre qué hacer, sino también sobre qué no hacer. Cuando se tiene recurso limitado, poco personal o nada de motivación, la declaración de la misión es el motor y el timón que nos mantiene avanzando hacia ese verdadero norte.

Finalmente, los valores son esenciales para que un equipo se asegure de que el líder y los miembros vean las mismas cosas como importantes. Esto ayuda a reducir los conflictos de prioridades, comportamientos, principios, asegurando que todos estén en la misma página moral y ética.

Al llevar a cabo estas sesiones, especialmente al cierre o inicio de año, y al proyectar expectativas para los siguientes dos o cinco años, es realmente impresionante como muchos colaboradores se dan cuenta si están de acuerdo y alineados con el rumbo y esencia de la empresa o simplemente se han distanciado.

Asimismo sirve para aquellos empleados que identifican que están perfectamente en sintonía con la empresa y sus valores, e inmediatamente usan las nuevas declaraciones para aumentar sus esfuerzos y resultados, incluso dedicándole más horas.

Un equipo fuerte y unificado siempre vale la pena el tiempo y las rotaciones.

Aunque siempre es costoso perder a un empleado capacitado, puede ser mucho más costoso en tiempo, energía e ingenio mantenerlos cuando el ajuste ya no existe.

Todo lo que se sugiere es redactar una declaración de visión juntos, y una declaración de misión, y acordar el conjunto de valores. Esto solidificará el compromiso de todo el equipo y determinar rápidamente que no se trabaje para para diferentes fines.

Un equipo afinado conduce a un trabajo más claro, más efectivo y eficiente.


Revisar la visión, misión y valores puede resolver muchos problemas de equipo, así como mantener a alguien en tu equipo que no pertenece allí, es un error costoso.

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Hay una manera simple de lograr que una persona problemática se alinee y ayude a seguir adelante, al mismo tiempo, fortaleciendo y haciendo que los buenos miembros del equipo sean aún mejores.

Muchas veces los dueños, directores, gerentes o emprendedores de startups se ven en una situación donde tienen que decidir cuánto tiempo van a dedicar a los nuevos integrantes de su equipo. ¿Cuál es el tiempo justo para seguir intentando ayudar a trabajar con un nivel aceptable, o dejarlo ir?

No es tan sencillo como parece, el tiempo y el costo de los recursos de reclutamiento y capacitación para un nuevo empleado, más el tiempo requerido para contratar a un nuevo reemplazo, es algo a considerar.

Además, se contrató e invitó al equipo por alguna razón, pasó los filtros y las entrevistas, pero por alguna razón no pudo mantener las prioridades y el presupuesto para este puesto de trabajo según lo establecido.

El estrés de las correcciones constantes puede ser sumamente agotante. En general existe un desajuste entre lo que esta persona hace y el objetivo del negocio. El tiempo que uno decide invertir en alguien para ajustar la visión y las acciones, es también tiempo valioso restado a otras áreas del negocio.

Cuando identifiques esto en tu negocio o equipo de trabajo, cuando constantemente estés luchando con el desempeño de un miembro, es hora de volver a visitar tu visión, misión y valores.

Cuando un fundador define por primera vez su visión, misión y valores en los primeros días, es posible que no se indiquen explícitamente.

Los valores no se crean, se descubren y sabes en tu instinto lo que estás tratando de hacer y lo que es importante para ti.

Estas ideas están tan arraigadas en tu pensamiento que puede ser fácil olvidar que los nuevos reclutas o incluso trabajadores con cierta antigüedad pueden no tenerlo tan presente. Pero a medida que comienzas a hacer crecer un equipo, se vuelve cada vez más importante compartir lo que está en tu interior y en tu cabeza para que todos los que traigas a bordo tengan claro qué están ayudando a lograr.

Esto les asiste a comprender y mantener las prioridades. Les ayuda a todas las tomas de decisiones, especialmente los más difíciles, de lo que no se puede hacer, así como lo que hacer.

Además, a menudo tu visión y misión pueden cambiar a medida que el crecimiento del negocio proporciona más datos de los usuarios y comentarios de los clientes, se vale ajustar y pivotar, sin embargo, no olvidar comunicarlo a tu equipo compacto.

Reúne a tu equipo ponlos al tanto de la visión, la misión y los valores para que puedan ver claramente cómo su trabajo respalda la dirección general de la empresa, aprovecha el tiempo y el espacio para evaluarlos para ver si aún son relevantes o si necesitan cambiar, y obtén el valor agregado de la perspectiva y la opinión de los demás miembros de tu equipo.

Puede parecer que este es un ejercicio irrelevante y que toma un lujo de tiempo que una empresa ocupada no puede permitirse. Pero no debe de verse así, que tome el tiempo que tome, aparte los resultados valen la pena.

Estudios muestras que al llevar a cabo sesiones (independientemente la duración) revisando la visión, misión y valores de la compañía. Los resultados que arrojan son inmediatos, impactantes y sorprendentes.

Durante estas sesiones, la mayoría de las veces se reconoce que la visión ha cambiado en los últimos años desde que comenzó la compañía. Una vez que se comienza con un negocio y arrancan las operaciones, se reciben comentarios de los clientes y se puede experimentar lo que funciona bien y lo que no, es cuando se pueden ver las cosas de manera diferente.

No debemos olvidar que la declaración de la visión es aspiracional, es decir, a dónde se quiere llegar. Es un panorama general que se sueña con lograr. Es tu verdadero norte. Puede que no sea un objetivo realista, pero es ese punto en el horizonte con el que sueñas cuando ves a tu empresa ideal.

La declaración de la misión es más práctica, la misión nos debe de ayudar a tomar las decisiones más difíciles no sólo sobre qué hacer, sino también sobre qué no hacer. Cuando se tiene recurso limitado, poco personal o nada de motivación, la declaración de la misión es el motor y el timón que nos mantiene avanzando hacia ese verdadero norte.

Finalmente, los valores son esenciales para que un equipo se asegure de que el líder y los miembros vean las mismas cosas como importantes. Esto ayuda a reducir los conflictos de prioridades, comportamientos, principios, asegurando que todos estén en la misma página moral y ética.

Al llevar a cabo estas sesiones, especialmente al cierre o inicio de año, y al proyectar expectativas para los siguientes dos o cinco años, es realmente impresionante como muchos colaboradores se dan cuenta si están de acuerdo y alineados con el rumbo y esencia de la empresa o simplemente se han distanciado.

Asimismo sirve para aquellos empleados que identifican que están perfectamente en sintonía con la empresa y sus valores, e inmediatamente usan las nuevas declaraciones para aumentar sus esfuerzos y resultados, incluso dedicándole más horas.

Un equipo fuerte y unificado siempre vale la pena el tiempo y las rotaciones.

Aunque siempre es costoso perder a un empleado capacitado, puede ser mucho más costoso en tiempo, energía e ingenio mantenerlos cuando el ajuste ya no existe.

Todo lo que se sugiere es redactar una declaración de visión juntos, y una declaración de misión, y acordar el conjunto de valores. Esto solidificará el compromiso de todo el equipo y determinar rápidamente que no se trabaje para para diferentes fines.

Un equipo afinado conduce a un trabajo más claro, más efectivo y eficiente.