/ jueves 15 de julio de 2021

El faro | Educación financiera; más no es siempre mejor

Ya sea que tengamos la creencia de que el dinero mueve al mundo o que el dinero es la raíz de todos los males, hay pocas cosas que motivan a los seres humanos de la misma manera en que lo hace el dinero. Nos encontramos en un país donde la mayoría de los mexicanos tenemos el deseo de ser ricos, sin embargo, la mayoría de la gente pasa toda su vida atrapada en una mentalidad de una persona pobre, eso es lo que la sociedad, así como nuestro sistema educativo anticuado, nos ha enseñado.

Si ganaras la lotería, ¿cuáles serían las primeras tres cosas que comprarías? Para la mayoría de las personas, sus respuestas serían:

Una casa

Un coche

Unas vacaciones

Ahora, no hay nada de malo en querer cosas materiales y bonitas. Pero hay un axioma que, a la mayoría de las personas les pasa por desapercibido; el nivel de gasto y la extravagancia de las compras. Esto influye en tu porcentaje de riqueza, de igual forma que tus ingresos, y en nuestra sociedad contemporánea, independientemente de la edad y círculo social, hay un sobreanálisis en los ingresos y cuánto dinero percibimos y qué acciones hacer para obtener más dinero. Y esto no tiene nada de malo, pero si no se atiende la manera de gastar lo obtenido, te darás cuenta que siempre te quedarás en casi nada.

Una pobre forma de pensar

Nos enseñaron la importancia de sacar buenas notas en la escuela, para que podamos conseguir un buen trabajo y un buen salario, para que podamos comprar una bonita casa... Esa es la visión que se nos ha compartido. Trabajar duro, ganar dinero, gastar el dinero. Y claro pues vivimos en la era del consumismo, donde se puede comprar casi cualquier cosa a crédito, y el 80% de los mexicanos tienen alguna forma de deuda (formal o informal). Nos enseñan a trabajar para pagar las deudas, los servicios y luego quizá si sobra algo, tratar de ahorrar. Pero somos un país donde cada día más mexicanos no pueden cubrir un gasto de emergencia de $1,000, algo debe cambiar.

La culpa está en la formación de la sociedad y los sistemas educativos. Para cuando salimos de la escuela, conocemos el teorema de Pitágoras, el orden de los planetas, la trigonometría, cuántos niños héroes eran y cómo hacer que una papa crezca en un vaso con agua. Pero no tenemos la más remota idea de cómo administrar el dinero inteligentemente. Y hoy es responsabilidad tuya atender y mejorar estas condiciones para las siguientes generaciones.

1) Págate a ti primero

Este va en contra de todo lo que el mundo te ha enseñado. Donde la mayoría de la gente gasta su quincena y luego ahorra si es que queda algo al final del mes, el camino hacia la libertad financiera toma un rumbo distinto.

Tu futuro financiero, y el de tu familia, debe ser tu obligación más importante, pero nunca lo será a menos que priorices pagarte a ti mismo primero.

Calcula tus ingresos mensuales y tus gastos, luego calcula cuánto puedes ahorrar. Entonces apégate a ello. Configura una transferencia automática el día de nómina, para que ni siquiera la veas. Incluso si son sólo $100 ó $50, el hecho de que te hayas pagado primero significa que tienes una nueva conducta, un nuevo hábito y los niños imitan los hábitos de sus padres. Hay más trascendencia en modelar un comportamiento que en decirle a alguien que hacer.


2) No se trata de cuánto ganas, sino con cuanto te quedas

Si le preguntas a la gente por qué tienen dificultades para ahorrar dinero, la mayoría de las respuestas serían: “Porque no gano lo suficiente”. Pero nadie dice: “Gasto demasiado dinero”, esa sería la respuesta honesta para muchos de nosotros, y es la raíz del problema.

Si Raúl gana $65,000 al mes y Jaime gana $30,000 al mes: pero los gastos de Raúl ascienden a $70,000 (se apoya en crédito para su estilo de vida) y los gastos de Jaime los administra en $25,000 y ahorra $5,000 al mes.

Después de 6 meses, ¿quién tendrá más riqueza, libertad financiera y dejará enseñanzas de alto impacto para su circulo cercano?

3) Invierte temprano, invierte seguido

El interés compuesto es el proceso a través del cual el interés que generó tu dinero también te generará más interés. Suena muy aburrido, ¿verdad? Pues la mayoría de los millennials en México no tiene idea de cómo llevar a cabo sus primeras acciones de inversión y al resto no le interesa o no sabe que es.

Por la inflación presentada año con año en muchas de las economías mundiales, no se diga en nuestro país, cada vez nuestro dinero vale menos, requerimos aquellos instrumentos para intentar estar a la par. Invirtiendo tu dinero puedes obtener rendimientos decentes en el mercado de valores, así tu dinero ahorra estará “trabajando” para ti. Veamos qué pasa después de cuarenta años. Si no lo disfrutas tú, habrás educado, ampliado la visión financiera y dejado algún tipo de protección a tus seres queridos.

El tiempo es uno de tus activos más preciados. Aprovéchalo y podrás prepararte para tu jubilación. Es muy alcanzable si comienzas lo suficientemente temprano.

4) Conoce lo que posees: la diferencia entre activos y pasivos

“La gente rica adquiere activos. Los pobres y la clase media adquieren pasivos que creen que son activos ". “Un activo pone dinero en tu bolsillo. Un pasivo toma el dinero de tu bolsillo “. - Robert T. Kiyosaki

A menudo escuchas a la gente decir que su casa es su mayor activo. La realidad es todo lo contrario. A menos que hayas pagado totalmente tu hipoteca, tu casa está tomando el dinero fuera de tu bolsillo todos los meses, por lo que es una responsabilidad, no un activo. Quizá si pudieras comprar una segunda propiedad a través de la cual obtengas ingresos por alquiler, eso sería un activo, ya que pone dinero en tu bolsillo.

De manera similar, las personas que compran automóviles nuevos, todos sabemos que si pagas $500,000 por un automóvil, el automóvil vale menos cuando lo conduces a casa y vale aproximadamente el 40%. menos para cuando cumplas un año con él.

Un cambio de mentalidad

El camino para alcanzar la riqueza requiere más que simplemente poner dinero en el banco o en una cuenta de inversión y esperar enriquecerse. Requiere un cambio significativo de mentalidad. Requiere que ampliemos o modifiquemos lo que a todos han adoctrinado.

Ya sea que tengamos la creencia de que el dinero mueve al mundo o que el dinero es la raíz de todos los males, hay pocas cosas que motivan a los seres humanos de la misma manera en que lo hace el dinero. Nos encontramos en un país donde la mayoría de los mexicanos tenemos el deseo de ser ricos, sin embargo, la mayoría de la gente pasa toda su vida atrapada en una mentalidad de una persona pobre, eso es lo que la sociedad, así como nuestro sistema educativo anticuado, nos ha enseñado.

Si ganaras la lotería, ¿cuáles serían las primeras tres cosas que comprarías? Para la mayoría de las personas, sus respuestas serían:

Una casa

Un coche

Unas vacaciones

Ahora, no hay nada de malo en querer cosas materiales y bonitas. Pero hay un axioma que, a la mayoría de las personas les pasa por desapercibido; el nivel de gasto y la extravagancia de las compras. Esto influye en tu porcentaje de riqueza, de igual forma que tus ingresos, y en nuestra sociedad contemporánea, independientemente de la edad y círculo social, hay un sobreanálisis en los ingresos y cuánto dinero percibimos y qué acciones hacer para obtener más dinero. Y esto no tiene nada de malo, pero si no se atiende la manera de gastar lo obtenido, te darás cuenta que siempre te quedarás en casi nada.

Una pobre forma de pensar

Nos enseñaron la importancia de sacar buenas notas en la escuela, para que podamos conseguir un buen trabajo y un buen salario, para que podamos comprar una bonita casa... Esa es la visión que se nos ha compartido. Trabajar duro, ganar dinero, gastar el dinero. Y claro pues vivimos en la era del consumismo, donde se puede comprar casi cualquier cosa a crédito, y el 80% de los mexicanos tienen alguna forma de deuda (formal o informal). Nos enseñan a trabajar para pagar las deudas, los servicios y luego quizá si sobra algo, tratar de ahorrar. Pero somos un país donde cada día más mexicanos no pueden cubrir un gasto de emergencia de $1,000, algo debe cambiar.

La culpa está en la formación de la sociedad y los sistemas educativos. Para cuando salimos de la escuela, conocemos el teorema de Pitágoras, el orden de los planetas, la trigonometría, cuántos niños héroes eran y cómo hacer que una papa crezca en un vaso con agua. Pero no tenemos la más remota idea de cómo administrar el dinero inteligentemente. Y hoy es responsabilidad tuya atender y mejorar estas condiciones para las siguientes generaciones.

1) Págate a ti primero

Este va en contra de todo lo que el mundo te ha enseñado. Donde la mayoría de la gente gasta su quincena y luego ahorra si es que queda algo al final del mes, el camino hacia la libertad financiera toma un rumbo distinto.

Tu futuro financiero, y el de tu familia, debe ser tu obligación más importante, pero nunca lo será a menos que priorices pagarte a ti mismo primero.

Calcula tus ingresos mensuales y tus gastos, luego calcula cuánto puedes ahorrar. Entonces apégate a ello. Configura una transferencia automática el día de nómina, para que ni siquiera la veas. Incluso si son sólo $100 ó $50, el hecho de que te hayas pagado primero significa que tienes una nueva conducta, un nuevo hábito y los niños imitan los hábitos de sus padres. Hay más trascendencia en modelar un comportamiento que en decirle a alguien que hacer.


2) No se trata de cuánto ganas, sino con cuanto te quedas

Si le preguntas a la gente por qué tienen dificultades para ahorrar dinero, la mayoría de las respuestas serían: “Porque no gano lo suficiente”. Pero nadie dice: “Gasto demasiado dinero”, esa sería la respuesta honesta para muchos de nosotros, y es la raíz del problema.

Si Raúl gana $65,000 al mes y Jaime gana $30,000 al mes: pero los gastos de Raúl ascienden a $70,000 (se apoya en crédito para su estilo de vida) y los gastos de Jaime los administra en $25,000 y ahorra $5,000 al mes.

Después de 6 meses, ¿quién tendrá más riqueza, libertad financiera y dejará enseñanzas de alto impacto para su circulo cercano?

3) Invierte temprano, invierte seguido

El interés compuesto es el proceso a través del cual el interés que generó tu dinero también te generará más interés. Suena muy aburrido, ¿verdad? Pues la mayoría de los millennials en México no tiene idea de cómo llevar a cabo sus primeras acciones de inversión y al resto no le interesa o no sabe que es.

Por la inflación presentada año con año en muchas de las economías mundiales, no se diga en nuestro país, cada vez nuestro dinero vale menos, requerimos aquellos instrumentos para intentar estar a la par. Invirtiendo tu dinero puedes obtener rendimientos decentes en el mercado de valores, así tu dinero ahorra estará “trabajando” para ti. Veamos qué pasa después de cuarenta años. Si no lo disfrutas tú, habrás educado, ampliado la visión financiera y dejado algún tipo de protección a tus seres queridos.

El tiempo es uno de tus activos más preciados. Aprovéchalo y podrás prepararte para tu jubilación. Es muy alcanzable si comienzas lo suficientemente temprano.

4) Conoce lo que posees: la diferencia entre activos y pasivos

“La gente rica adquiere activos. Los pobres y la clase media adquieren pasivos que creen que son activos ". “Un activo pone dinero en tu bolsillo. Un pasivo toma el dinero de tu bolsillo “. - Robert T. Kiyosaki

A menudo escuchas a la gente decir que su casa es su mayor activo. La realidad es todo lo contrario. A menos que hayas pagado totalmente tu hipoteca, tu casa está tomando el dinero fuera de tu bolsillo todos los meses, por lo que es una responsabilidad, no un activo. Quizá si pudieras comprar una segunda propiedad a través de la cual obtengas ingresos por alquiler, eso sería un activo, ya que pone dinero en tu bolsillo.

De manera similar, las personas que compran automóviles nuevos, todos sabemos que si pagas $500,000 por un automóvil, el automóvil vale menos cuando lo conduces a casa y vale aproximadamente el 40%. menos para cuando cumplas un año con él.

Un cambio de mentalidad

El camino para alcanzar la riqueza requiere más que simplemente poner dinero en el banco o en una cuenta de inversión y esperar enriquecerse. Requiere un cambio significativo de mentalidad. Requiere que ampliemos o modifiquemos lo que a todos han adoctrinado.