/ jueves 2 de junio de 2022

El faro | En la diferencia está el progreso

Gerente y director

Algunas empresas entregan a sus empleados títulos como dulces, pero al parecer, pocos tomadores de decisión realmente entienden la distinción entre un gerente y un director. Así que aquí hay algunas divergencias y convergencias simples entre ambos.

Los gerentes se enfocan en hacer las cosas, los directores se enfocan en cómo se hacen esas cosas.

Para el gerente, el día está lleno de tareas que se deben de realizar en un cierto orden. Su enfoque es la eficiencia y la voluntad de entrarle sí o sí mientras ayudan a otras personas a que realicen sus tareas y responsabilidades.

Para un director, el día está lleno de entendimiento y análisis de cómo se hacen las cosas y cómo se pueden mejorar. Están tratando de hacer que las metas se alcancen, pero también están visualizando lo que debería estar sucediendo y cómo pueden transitar a esos escenarios.

Los gerentes se enfocan en proyectos, los directores se enfocan en visiones.

Para el gerente, el proyecto es lo más importante y demandante. El trabajo debe dividirse, delegarse y los procedimientos deben seguirse y los colaboradores deben estar motivados.

Para el director, la visión es lo más importante y es donde se centra el enfoque. Visualizar cómo podrían ser las cosas. Descubrir cómo llegar allí. La visión puede ser propia o bien parte de una visión más amplia o trabajada en coordinación con otras visiones, pero no se trata sólo de hacer el trabajo, se trata de cambiar (mejorar) la forma en que funcionan las cosas.

Los gerentes se enfocan en plazos de tiempo pequeños, los directores en periodos y escalas más grandes.

Los gerentes se enfocan en los próximos 7, 30 y 90 días. Viven en la semana, mes y trimestre. Manejan las prioridades, motivan a las personas y mantienen las cosas funcionando a tiempo.

Los directores se enfocan en los próximos 30, 90, 365 y más de 1,800 días (5 años). Viven anticipándose en cómo cambiarán las cosas en un futuro. Ven en el horizonte lo que se avecina y toman decisiones que darán forma a lo que es ese futuro.

Así pues, cualquier profesionista puede ser director. La parte más difícil es el cambio de enfoque y el cambio de identidad. Si has sido un miembro confiable de tu equipo y empresa durante mucho tiempo y eres excelente para hacer las cosas, ahora corresponde aprender a pensar y en identificar esos escenarios disruptivos que vendrán después.

Y si como líder y tomador de decisión, descubres que alguien ya no hace o logra lo mismo que antes, o al menos no de la forma en que solía hacerlo. Y en vez de hacer, empieza a crear, en lugar de gestionar, imagina y propone. Puede ser que te encuentres ante la oportunidad de reacomodar algunas posiciones en tu organización, aunque no basta sólo con una simple mejora de habilidades, se requiere determinación, compromiso y coraje de parte del empleado para lograrlo.

Gerente y director

Algunas empresas entregan a sus empleados títulos como dulces, pero al parecer, pocos tomadores de decisión realmente entienden la distinción entre un gerente y un director. Así que aquí hay algunas divergencias y convergencias simples entre ambos.

Los gerentes se enfocan en hacer las cosas, los directores se enfocan en cómo se hacen esas cosas.

Para el gerente, el día está lleno de tareas que se deben de realizar en un cierto orden. Su enfoque es la eficiencia y la voluntad de entrarle sí o sí mientras ayudan a otras personas a que realicen sus tareas y responsabilidades.

Para un director, el día está lleno de entendimiento y análisis de cómo se hacen las cosas y cómo se pueden mejorar. Están tratando de hacer que las metas se alcancen, pero también están visualizando lo que debería estar sucediendo y cómo pueden transitar a esos escenarios.

Los gerentes se enfocan en proyectos, los directores se enfocan en visiones.

Para el gerente, el proyecto es lo más importante y demandante. El trabajo debe dividirse, delegarse y los procedimientos deben seguirse y los colaboradores deben estar motivados.

Para el director, la visión es lo más importante y es donde se centra el enfoque. Visualizar cómo podrían ser las cosas. Descubrir cómo llegar allí. La visión puede ser propia o bien parte de una visión más amplia o trabajada en coordinación con otras visiones, pero no se trata sólo de hacer el trabajo, se trata de cambiar (mejorar) la forma en que funcionan las cosas.

Los gerentes se enfocan en plazos de tiempo pequeños, los directores en periodos y escalas más grandes.

Los gerentes se enfocan en los próximos 7, 30 y 90 días. Viven en la semana, mes y trimestre. Manejan las prioridades, motivan a las personas y mantienen las cosas funcionando a tiempo.

Los directores se enfocan en los próximos 30, 90, 365 y más de 1,800 días (5 años). Viven anticipándose en cómo cambiarán las cosas en un futuro. Ven en el horizonte lo que se avecina y toman decisiones que darán forma a lo que es ese futuro.

Así pues, cualquier profesionista puede ser director. La parte más difícil es el cambio de enfoque y el cambio de identidad. Si has sido un miembro confiable de tu equipo y empresa durante mucho tiempo y eres excelente para hacer las cosas, ahora corresponde aprender a pensar y en identificar esos escenarios disruptivos que vendrán después.

Y si como líder y tomador de decisión, descubres que alguien ya no hace o logra lo mismo que antes, o al menos no de la forma en que solía hacerlo. Y en vez de hacer, empieza a crear, en lugar de gestionar, imagina y propone. Puede ser que te encuentres ante la oportunidad de reacomodar algunas posiciones en tu organización, aunque no basta sólo con una simple mejora de habilidades, se requiere determinación, compromiso y coraje de parte del empleado para lograrlo.