/ jueves 4 de julio de 2019

El faro | Enamórate de los sistemas

Por lo general, se considera que la mejor manera de conseguir lo que queremos en la vida (ponernos en forma, construir un negocio exitoso, pasar más tiempo con nuestros seres queridos, entre otros) es fijar metas específicas e ir tras ellas.

James Clear (@james_clear), autor del New York Times comparte lo siguiente al respecto:

“… fijé metas para las calificaciones que quería obtener en la escuela, para el peso que quería levantar en el gimnasio, para las ganancias que quería obtener en mis negocios. Tuve éxito en algunas, pero fallé en muchas otras. Eventualmente, comencé a darme cuenta que los resultados obtenidos tenían poco que ver con las metas fijadas y que lo realmente importante eran los sistemas que había seguido…”

Las metas ayudan a fijar la dirección, pero los sistemas son los que logran el progreso

\u0009Los ganadores y los perdedores tienen las mismas metas

Sin duda, todos los atletas olímpicos van tras la medalla de oro. Cada aspirante a un puesto de trabajo quiere ser el elegido. Entonces, si las personas exitosas y las no exitosas tienen las mismas metas, podemos llegar a la conclusión de que la meta no es lo que hace la diferencia entre ganadores y perdedores. Las metas siempre están ahí, pero solo implementando sistemas de pequeñas mejoras continuas es cuando se logra el verdadero resultado.

Alcanzar una meta es sólo un resultado momentáneo

Cuando solventas un problema a “nivel de resultados”, lo haces sólo de manera temporal. Si realmente quieres mejorar, necesitas resolver los problemas a “nivel de sistema”. Ve siempre tras la causa y no sólo tras el síntoma.

Las metas limitan tu felicidad

Cuando disfrutas el proceso y no sólo el producto final, no tienes que esperar a tener resultados para ser feliz. Te encontrarás satisfecho cada momento en que tu sistema se encuentre en función.

Las metas no aseguran progreso a largo plazo

Si todo tu esfuerzo se centra en una meta en particular, ¿qué te motivará después de haberla alcanzado? Ésta es la razón por la que muchas personas regresan al punto inicial después de haber alcanzado una meta.

El propósito de una meta es ganar un juego. El propósito de un sistema es seguir jugándolo.

Enamórate de los sistemas

Es importante mencionar que fijar metas no es algo inútil. Sin embargo, debes recordar que las metas te ayudarán en el proceso de planeación, mientras que un sistema garantizará el éxito en su ejecución.

Tener un sistema es lo más importante. Comprometerse con el proceso es lo que hará la diferencia.

David Martínez. RMR Innovación Disruptiva.

Correo: david@rmr.mx

Por lo general, se considera que la mejor manera de conseguir lo que queremos en la vida (ponernos en forma, construir un negocio exitoso, pasar más tiempo con nuestros seres queridos, entre otros) es fijar metas específicas e ir tras ellas.

James Clear (@james_clear), autor del New York Times comparte lo siguiente al respecto:

“… fijé metas para las calificaciones que quería obtener en la escuela, para el peso que quería levantar en el gimnasio, para las ganancias que quería obtener en mis negocios. Tuve éxito en algunas, pero fallé en muchas otras. Eventualmente, comencé a darme cuenta que los resultados obtenidos tenían poco que ver con las metas fijadas y que lo realmente importante eran los sistemas que había seguido…”

Las metas ayudan a fijar la dirección, pero los sistemas son los que logran el progreso

\u0009Los ganadores y los perdedores tienen las mismas metas

Sin duda, todos los atletas olímpicos van tras la medalla de oro. Cada aspirante a un puesto de trabajo quiere ser el elegido. Entonces, si las personas exitosas y las no exitosas tienen las mismas metas, podemos llegar a la conclusión de que la meta no es lo que hace la diferencia entre ganadores y perdedores. Las metas siempre están ahí, pero solo implementando sistemas de pequeñas mejoras continuas es cuando se logra el verdadero resultado.

Alcanzar una meta es sólo un resultado momentáneo

Cuando solventas un problema a “nivel de resultados”, lo haces sólo de manera temporal. Si realmente quieres mejorar, necesitas resolver los problemas a “nivel de sistema”. Ve siempre tras la causa y no sólo tras el síntoma.

Las metas limitan tu felicidad

Cuando disfrutas el proceso y no sólo el producto final, no tienes que esperar a tener resultados para ser feliz. Te encontrarás satisfecho cada momento en que tu sistema se encuentre en función.

Las metas no aseguran progreso a largo plazo

Si todo tu esfuerzo se centra en una meta en particular, ¿qué te motivará después de haberla alcanzado? Ésta es la razón por la que muchas personas regresan al punto inicial después de haber alcanzado una meta.

El propósito de una meta es ganar un juego. El propósito de un sistema es seguir jugándolo.

Enamórate de los sistemas

Es importante mencionar que fijar metas no es algo inútil. Sin embargo, debes recordar que las metas te ayudarán en el proceso de planeación, mientras que un sistema garantizará el éxito en su ejecución.

Tener un sistema es lo más importante. Comprometerse con el proceso es lo que hará la diferencia.

David Martínez. RMR Innovación Disruptiva.

Correo: david@rmr.mx