/ jueves 13 de agosto de 2020

El faro | La economía está siendo impulsada años hacia el futuro

La crisis está comprimiendo y acelerando tendencias que habrían tardado décadas en desarrollarse

Ante este escenario inusual, y como pocos en nuestras vidas y de gran impacto para cualquier empresa y modelo de negocio, nos vemos obligados a buscar respuestas para enfrentar las nuevas condiciones que estamos adoptando como sociedad y consumidores.

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A lo largo de la historia, las pandemias han dejado impactos variables, a veces trascendentales, en las sociedades en las que se han producido.

Como una catástrofe, el propio Covid-19 parece hasta ahora tener un impacto híbrido: acelera enormemente algunas tendencias potentes mientras disipa rápidamente otras que la gente pensaba que estaban sucediendo pero que en realidad no sucedían, tal aceleración es un subproducto natural de crisis como las pandemias, tienden a sacudir el sistema actual -Cliff Kupchan, presidente Grupo Eurasia.

En el contexto de un período de dos siglos de transformación cada vez más acelerada, el coronavirus y sus consecuencias están comprimiendo y acelerando aún más el arco de estos eventos y fenómenos. Hay presión sobre todas las tendencias, y solo las más fuertes y vibrantes continúan en marcha.

CASO UNO

Autos autónomos. Esta nueva liberación del volante sería una “oportunidad” para los fabricantes de automóviles por igual, produciendo vehículos cargados de tecnología que absorberían un flujo constante de datos “lucrativos” de sus pasajeros.

Pero ahora, se ha dejado de hacer predicciones sobre lo que producirán y cuándo lo producirán. Ford ha pospuesto rotundamente el debut en 2021 de robotaxis y vehículos de reparto sin conductor, BMW informó que la gente parece no querer subirse al tipo de vehículos autónomos compartidos que había planeado, sino conducir su propio automóvil. GM cerró Maven, su servicio de uso compartido de automóviles, y despidió al 8% de la fuerza laboral de Cruise, su división de vehículos sin conductor. Estas empresas señalan que el virus podría tener un efecto desconocido a largo plazo en el comportamiento del consumidor y por esta razón han puesto en espera sus planes en la automatización de sus vehículos.

CASO DOS

Capital humano. La reactivación de las empresas y con ellos sus ganancias trae consigo otro subproducto del coronavirus: una automatización acelerada de los trabajos. Algunos oficios y competencias temieron durante mucho tiempo la posibilidad de que los robots se hicieran cargo de franjas de la economía, pero el momento de la verdad forzado por el virus ha visto la automatización reemplazando a los trabajadores, incluso por empresas que no habían recurrido previamente a los robots. Muchas empresas están experimentando con la automatización de formas que no podrían haberlo hecho hoy sin necesidad.

CASO TRES

E-commerce. El virus cambió claramente el comportamiento del consumidor; en tan sólo unas semanas, el comercio electrónico logró años de crecimiento. Sin embargo, la pandemia, al menos hasta ahora, no ha llevado a todos a que se conviertan en compradores en línea. Esto puede hacer que el comercio minorista (retail) sea otro caso en el que lo que pensábamos que estaba sucediendo puede no ser: contra los pronósticos de la desaparición de las tiendas físicas, la gente todavía las prefiere, tal vez no la cantidad actual de tiendas, pero sí, bajo ciertas condiciones. Es decir, a pesar de que la mayoría del país se refugia en casa, cautiva de sus computadoras con todos esos sitios web en línea, las tiendas físicas aún representan las tres cuartas partes de todas las ventas.

CASO CUATRO

Tecnología sin contacto. Esto sugiere un nuevo frente en la era del Covid-19 y la vigilancia. Respuesta para las empresas, aeropuertos, oficinas y todo tipo de negocios de todo el mundo que contemplan cómo reabrir de forma segura. Antes del coronavirus, el capitalismo de la vigilancia ya era una gran preocupación: las grandes empresas tecnológicas aspiraban datos de computadoras portátiles, puertas de entrada, electrodomésticos, cocinas, salas de estar y teléfonos inteligentes. Ahora con la obligatoriedad de sana distancia y el temor social, se ha intensificado.

CASO CINCO

Comercio interno. El fortalecimiento de la cultura de apoyo al comercio local, proveedores y mano de obra de la región. Si bien es cierto que las grandes empresas tradicionalmente favorecen a la globalización, fue hasta el espectáculo del coronavirus y una de sus consecuencias, que se alteró las líneas de suministro de algunas empresas, muchos directores ejecutivos ahora están elaborando estrategias rápidamente sobre cómo diversificar mejor sus cadenas de suministro en el extranjero, o ver cómo adecuarlas con alternativas disruptivas ante los nuevos escenarios.


Durante la Gran Depresión, los inventos más importantes, independientemente del creador, terminaron en manos de las mayores empresas. No de inmediato, sino eventualmente. Resulta que, bajo presión, nada es seguro, ¿cuál será el desenlace ante esta pandemia?

La crisis está comprimiendo y acelerando tendencias que habrían tardado décadas en desarrollarse

Ante este escenario inusual, y como pocos en nuestras vidas y de gran impacto para cualquier empresa y modelo de negocio, nos vemos obligados a buscar respuestas para enfrentar las nuevas condiciones que estamos adoptando como sociedad y consumidores.

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A lo largo de la historia, las pandemias han dejado impactos variables, a veces trascendentales, en las sociedades en las que se han producido.

Como una catástrofe, el propio Covid-19 parece hasta ahora tener un impacto híbrido: acelera enormemente algunas tendencias potentes mientras disipa rápidamente otras que la gente pensaba que estaban sucediendo pero que en realidad no sucedían, tal aceleración es un subproducto natural de crisis como las pandemias, tienden a sacudir el sistema actual -Cliff Kupchan, presidente Grupo Eurasia.

En el contexto de un período de dos siglos de transformación cada vez más acelerada, el coronavirus y sus consecuencias están comprimiendo y acelerando aún más el arco de estos eventos y fenómenos. Hay presión sobre todas las tendencias, y solo las más fuertes y vibrantes continúan en marcha.

CASO UNO

Autos autónomos. Esta nueva liberación del volante sería una “oportunidad” para los fabricantes de automóviles por igual, produciendo vehículos cargados de tecnología que absorberían un flujo constante de datos “lucrativos” de sus pasajeros.

Pero ahora, se ha dejado de hacer predicciones sobre lo que producirán y cuándo lo producirán. Ford ha pospuesto rotundamente el debut en 2021 de robotaxis y vehículos de reparto sin conductor, BMW informó que la gente parece no querer subirse al tipo de vehículos autónomos compartidos que había planeado, sino conducir su propio automóvil. GM cerró Maven, su servicio de uso compartido de automóviles, y despidió al 8% de la fuerza laboral de Cruise, su división de vehículos sin conductor. Estas empresas señalan que el virus podría tener un efecto desconocido a largo plazo en el comportamiento del consumidor y por esta razón han puesto en espera sus planes en la automatización de sus vehículos.

CASO DOS

Capital humano. La reactivación de las empresas y con ellos sus ganancias trae consigo otro subproducto del coronavirus: una automatización acelerada de los trabajos. Algunos oficios y competencias temieron durante mucho tiempo la posibilidad de que los robots se hicieran cargo de franjas de la economía, pero el momento de la verdad forzado por el virus ha visto la automatización reemplazando a los trabajadores, incluso por empresas que no habían recurrido previamente a los robots. Muchas empresas están experimentando con la automatización de formas que no podrían haberlo hecho hoy sin necesidad.

CASO TRES

E-commerce. El virus cambió claramente el comportamiento del consumidor; en tan sólo unas semanas, el comercio electrónico logró años de crecimiento. Sin embargo, la pandemia, al menos hasta ahora, no ha llevado a todos a que se conviertan en compradores en línea. Esto puede hacer que el comercio minorista (retail) sea otro caso en el que lo que pensábamos que estaba sucediendo puede no ser: contra los pronósticos de la desaparición de las tiendas físicas, la gente todavía las prefiere, tal vez no la cantidad actual de tiendas, pero sí, bajo ciertas condiciones. Es decir, a pesar de que la mayoría del país se refugia en casa, cautiva de sus computadoras con todos esos sitios web en línea, las tiendas físicas aún representan las tres cuartas partes de todas las ventas.

CASO CUATRO

Tecnología sin contacto. Esto sugiere un nuevo frente en la era del Covid-19 y la vigilancia. Respuesta para las empresas, aeropuertos, oficinas y todo tipo de negocios de todo el mundo que contemplan cómo reabrir de forma segura. Antes del coronavirus, el capitalismo de la vigilancia ya era una gran preocupación: las grandes empresas tecnológicas aspiraban datos de computadoras portátiles, puertas de entrada, electrodomésticos, cocinas, salas de estar y teléfonos inteligentes. Ahora con la obligatoriedad de sana distancia y el temor social, se ha intensificado.

CASO CINCO

Comercio interno. El fortalecimiento de la cultura de apoyo al comercio local, proveedores y mano de obra de la región. Si bien es cierto que las grandes empresas tradicionalmente favorecen a la globalización, fue hasta el espectáculo del coronavirus y una de sus consecuencias, que se alteró las líneas de suministro de algunas empresas, muchos directores ejecutivos ahora están elaborando estrategias rápidamente sobre cómo diversificar mejor sus cadenas de suministro en el extranjero, o ver cómo adecuarlas con alternativas disruptivas ante los nuevos escenarios.


Durante la Gran Depresión, los inventos más importantes, independientemente del creador, terminaron en manos de las mayores empresas. No de inmediato, sino eventualmente. Resulta que, bajo presión, nada es seguro, ¿cuál será el desenlace ante esta pandemia?