/ jueves 29 de abril de 2021

El faro | La pasión está sobrevalorada

¿Qué te mueve, la pasión o un propósito?

En primer lugar, hagamos una distinción entre ambas.

La pasión es cuando estás emocionado de ver un nuevo episodio de tu programa favorito.

La pasión es cuando se te pone la piel de gallina al escuchar una canción.

La pasión es cuando haces cosas por hacerlas.

El propósito es lo opuesto a eso.

El propósito es cuando no estás comiendo esa caja de galletas porque quieres verte fit después de que termine la pandemia.

El propósito es cuando estás tan ansioso que vas a enfermarte, pero aun así participas en esa videollamada decisiva.

El propósito es cuando estás haciendo cosas que realmente odias, pero las haces porque tienes una buena razón para hacerlas.

Estoy seguro de que al menos una persona en tu vida te ha recomendado "seguir tu pasión". Sin embargo, los estudios muestran que la pasión por sí sola rara vez es la clave del éxito profesional.

La pasión es un indicador abstracto del éxito en el lugar de trabajo. Sin embargo, la pasión combinada con perseverancia y sistema es un buen indicador del desempeño laboral.

La pasión se desvanece con el tiempo, lo que la convierte en una fuente poco confiable de “combustible motivacional” para cualquier proyecto.

Las personas que creen que la pasión se “encuentra” y no se “desarrolla” tienen menos probabilidades de explorar nuevos temas y áreas, rasgo crucial de empresarios exitosos.

En cambio, debemos buscar un trabajo que nos un sentido de propósito, no necesariamente alegría.

Después de estudiar a varios cientos de emprendedores (investigador Jon M. Jachimowicz), se descubrió que aquellos que creían que su trabajo debía brindarles una sensación de felicidad tenían menos probabilidades de tener éxito. Estas personas tenían más probabilidades de abandonar sus proyectos después de tan sólo 9 meses.

Por el contrario, los emprendedores que se dedicaron a concentrarse en cosas que a nadie más le importan, tuvieron más éxito.

Recordemos la historia de Dropbox. Su fundador, Drew Houston, no era un “apasionado” innato por el almacenamiento virtual. Nadie lo estaba. Pero encontró un inmenso propósito en mantenerse al día con sus amigos del MIT, quienes fundaban una empresa exitosa tras otra.

O el origen de WhatsApp, no fue la “pasión” lo que inspiró a sus creadores; Jan Koum y Brian Acton a vivir juntos y sacrificar su vida social para crear la popular app. Ambos habían renunciado a sus trabajos y ambos habían invertido sus ahorros en la empresa. Sobrevivir y demostrar que sus jefes están equivocados fue el propósito suficiente.

Conceptos como “propósito” a menudo se mitifican. La gente suele hablar del propósito como si fuera una fuerza mágica del universo, incomprensible para la mente humana. Pero, por definición, propósito es; la razón por la cual algo existe o se usa.

Descubrir un propósito por el que estás dispuesto a sacrificarte es un ejercicio personal. Este tipo de revelaciones sólo pueden provenir de adentro. Sin embargo, con estas interrogantes viendo hacia el pasado, quizá nos ayuden en clarificarlo.


1 ¿A qué personas has ayudado en el pasado?

Si entrevistas a todos los que te conocen, ¿quién diría que eres insustituible? ¿Qué tienen en común estas personas?


2 ¿Con qué precisamente las has ayudado?

¿Los inspiraste o los educaste? ¿Usaste palabras o acciones para hacerlo? ¿Fue una interacción cara a cara o de manera virtual?


3 ¿Cuándo eres más productivo?

¿Qué te pone en el estado mental de “fluidez”? ¿Qué tipo de trabajo te hace olvidar tus problemas y concentrarte en un mejor mañana?


4 ¿Qué tipo de trabajo consideras importante?

¿A quién admiras? ¿Quiénes son tus héroes?

Imagínate dentro de seis meses.

5 ¿Qué tendrá que decir tu yo más viejo y maduro acerca de tu progreso y evolución como persona?

Imagínate dando una entrevista. ¿Qué dirías?

Se totalmente honesto con estas respuestas. Tu propósito no es algo que necesitas compartir con los demás. Es un fragmento de cableado interno que te impulsará internamente durante el resto de tu vida.

¿Qué te mueve, la pasión o un propósito?

En primer lugar, hagamos una distinción entre ambas.

La pasión es cuando estás emocionado de ver un nuevo episodio de tu programa favorito.

La pasión es cuando se te pone la piel de gallina al escuchar una canción.

La pasión es cuando haces cosas por hacerlas.

El propósito es lo opuesto a eso.

El propósito es cuando no estás comiendo esa caja de galletas porque quieres verte fit después de que termine la pandemia.

El propósito es cuando estás tan ansioso que vas a enfermarte, pero aun así participas en esa videollamada decisiva.

El propósito es cuando estás haciendo cosas que realmente odias, pero las haces porque tienes una buena razón para hacerlas.

Estoy seguro de que al menos una persona en tu vida te ha recomendado "seguir tu pasión". Sin embargo, los estudios muestran que la pasión por sí sola rara vez es la clave del éxito profesional.

La pasión es un indicador abstracto del éxito en el lugar de trabajo. Sin embargo, la pasión combinada con perseverancia y sistema es un buen indicador del desempeño laboral.

La pasión se desvanece con el tiempo, lo que la convierte en una fuente poco confiable de “combustible motivacional” para cualquier proyecto.

Las personas que creen que la pasión se “encuentra” y no se “desarrolla” tienen menos probabilidades de explorar nuevos temas y áreas, rasgo crucial de empresarios exitosos.

En cambio, debemos buscar un trabajo que nos un sentido de propósito, no necesariamente alegría.

Después de estudiar a varios cientos de emprendedores (investigador Jon M. Jachimowicz), se descubrió que aquellos que creían que su trabajo debía brindarles una sensación de felicidad tenían menos probabilidades de tener éxito. Estas personas tenían más probabilidades de abandonar sus proyectos después de tan sólo 9 meses.

Por el contrario, los emprendedores que se dedicaron a concentrarse en cosas que a nadie más le importan, tuvieron más éxito.

Recordemos la historia de Dropbox. Su fundador, Drew Houston, no era un “apasionado” innato por el almacenamiento virtual. Nadie lo estaba. Pero encontró un inmenso propósito en mantenerse al día con sus amigos del MIT, quienes fundaban una empresa exitosa tras otra.

O el origen de WhatsApp, no fue la “pasión” lo que inspiró a sus creadores; Jan Koum y Brian Acton a vivir juntos y sacrificar su vida social para crear la popular app. Ambos habían renunciado a sus trabajos y ambos habían invertido sus ahorros en la empresa. Sobrevivir y demostrar que sus jefes están equivocados fue el propósito suficiente.

Conceptos como “propósito” a menudo se mitifican. La gente suele hablar del propósito como si fuera una fuerza mágica del universo, incomprensible para la mente humana. Pero, por definición, propósito es; la razón por la cual algo existe o se usa.

Descubrir un propósito por el que estás dispuesto a sacrificarte es un ejercicio personal. Este tipo de revelaciones sólo pueden provenir de adentro. Sin embargo, con estas interrogantes viendo hacia el pasado, quizá nos ayuden en clarificarlo.


1 ¿A qué personas has ayudado en el pasado?

Si entrevistas a todos los que te conocen, ¿quién diría que eres insustituible? ¿Qué tienen en común estas personas?


2 ¿Con qué precisamente las has ayudado?

¿Los inspiraste o los educaste? ¿Usaste palabras o acciones para hacerlo? ¿Fue una interacción cara a cara o de manera virtual?


3 ¿Cuándo eres más productivo?

¿Qué te pone en el estado mental de “fluidez”? ¿Qué tipo de trabajo te hace olvidar tus problemas y concentrarte en un mejor mañana?


4 ¿Qué tipo de trabajo consideras importante?

¿A quién admiras? ¿Quiénes son tus héroes?

Imagínate dentro de seis meses.

5 ¿Qué tendrá que decir tu yo más viejo y maduro acerca de tu progreso y evolución como persona?

Imagínate dando una entrevista. ¿Qué dirías?

Se totalmente honesto con estas respuestas. Tu propósito no es algo que necesitas compartir con los demás. Es un fragmento de cableado interno que te impulsará internamente durante el resto de tu vida.