/ jueves 30 de septiembre de 2021

El faro | Líderes informales

Aunque de primera impresión, se nos ocurre evitar a este tipo de personas, de hecho, son estos los líderes de los que deseamos aprender y rodearnos ya que son los que realmente influyen en las organizaciones.

No olvidemos que un líder es alguien que inspira, empodera y sirve a otros para producir resultados exitosos de manera sostenida y prolongada.

Hay muchas personas que se autodenominan líderes

La realidad es que estos "líderes" son sólo de nombre porque tienen un puesto apantallante, algún tipo de vicepresidencia senior, o director ejecutivo en su trabajo. Quizá pueden tener autoridad porque son superiores (jerárquicamente), algún tipo de antigüedad o bien están oficialmente a cargo de un presupuesto en determinada área.

Sin embargo, la mayoría de las personas de su equipo no los consideran líderes.

Ahora bien, por otro lado, hay muchos líderes informales e influyentes colaboradores que sí son vistos como líderes. Tienen un alto nivel de autodisciplina y compromiso y se destacan por encima del empleado promedio.

Vale la pena identificar y estudiar esos hábitos que han formado a estos liderazgos informales, ya que se encuentran influyendo y teniendo éxito, todo sin un título oficial o de autoridad.

1. Saben cómo unir a las personas

Los líderes que lideran sin autoridad saben cómo traspasar fronteras. Pueden ejecutar proyectos porque reúnen a los empleados y los recursos para resolver los problemas.

Estos líderes forman coaliciones porque saben cómo concentrarse en el problema y pueden incorporar a las personas adecuadas en el momento adecuado para producir un resultado exitoso. Pueden reunir a un comité de personas que representen una muestra representativa de la organización. Establecen conexiones profundas con colegas de toda la organización y saben cómo ver las oportunidades y los problemas desde diferentes ángulos.

2. Se ganan la confianza rápidamente

Los empleados que carecen de autoridad o de un puesto de trabajo de alto rango viven en un mundo de confianza. Los líderes informales tienden a ganarse rápidamente la confianza de sus jefes y colegas y mantenerla. Dado que dominan esta práctica, pueden reducir el tiempo para alcanzar determinados resultados.

Las personas que no tienen autoridad formal son buenas para tareas retadoras y complejas porque han desarrollado conexiones significativas con sus demás compañeros de trabajo. Esto se ha convertido en un estilo de vida para ellos y consiguen que la gente responda bien a sus ideas porque se han ganado esa confianza.

3. Ven cosas que otros no ven

Los líderes informales que no tienen ese respaldo “institucional” tienen una habilidad astuta para ver oportunidades y desafíos que otros no pueden ver de inmediato. Son buenos para leer entre líneas durante las conversaciones y ver cómo se interrelacionan y conectan los desafíos.

Saben cómo hacer malabares con las zonas grises entre departamentos y detectar problemas que requieren reunir y unificar recursos. Descifran el código de los problemas porque pueden interpretar la estructura dentro de un organigrama y ver cómo el crecimiento de un área afecta a los diferentes departamentos. Ellos dominan las lagunas y la ambigüedad, no necesitan entender todo en blanco y negro.

4. Saben cómo liderar entre equipos

Liderar a través de departamentos aislados es difícil de hacer. Los líderes que pueden hacerlo ven el panorama más amplio. Se han entrenado para detectar oportunidades y aportar los recursos adecuados para resolver determinado problema que terminará uniendo a los demás departamentos.

Las personas que lideran sin autoridad tienen redes sólidas en toda la organización y pueden obtener información sobre los desafíos y oportunidades de otros equipos. Estos líderes piensan más allá de su departamento y ven cómo pueden apoyar a otros y resolver problemas que afectan a la organización en general.

Estos líderes ven que un departamento no es mejor que otro. Entienden cómo el trabajo entre departamentos puede ayudar a los diferentes equipos y a toda la organización. Son campeones de fomentar el desarrollo de relaciones y colaboraciones entre departamentos, por lo que la organización termina siendo un bloque solido e integrado.

5. Creen en el poder de la reciprocidad

La reciprocidad es una de las leyes fundamentales de la psicología humana. La investigación dice que si le haces un favor a alguien, lo más probable es que se te pague. Los líderes que utilizan la reciprocidad mantienen un alto nivel de networking que los apoyan y les brindan información vital para el éxito de su trabajo.

Las personas que tienen el poder informal para obtener resultados son expertas en utilizar la cultura de la reciprocidad. Crean deudas con los demás porque tienen un fuerte deseo de ayudar a los demás de una manera genuina. Las personas les responden positivamente porque quieren devolverles un favor.

Recordatorios

No necesitas un título ni un puesto “fancy” u ostentoso en tu trabajo para ser un líder. Puedes liderar en tu organización si tienes y practicas algunos de estos cinco hábitos. Aprende cómo unir a las personas, gánate su confianza rápidamente, ve las cosas que otros no ven, conecta y une entre los diferentes departamentos y predica con el poder de la reciprocidad.

El liderazgo disruptivo actual no se trata de un cargo o autoridad, sino de la equidad profesional que otros te otorgan porque te has ganado el respeto, la confianza y el apoyo. Las personas siguen a personas que saben cómo hacer las cosas de forma colaborativa.

Aunque de primera impresión, se nos ocurre evitar a este tipo de personas, de hecho, son estos los líderes de los que deseamos aprender y rodearnos ya que son los que realmente influyen en las organizaciones.

No olvidemos que un líder es alguien que inspira, empodera y sirve a otros para producir resultados exitosos de manera sostenida y prolongada.

Hay muchas personas que se autodenominan líderes

La realidad es que estos "líderes" son sólo de nombre porque tienen un puesto apantallante, algún tipo de vicepresidencia senior, o director ejecutivo en su trabajo. Quizá pueden tener autoridad porque son superiores (jerárquicamente), algún tipo de antigüedad o bien están oficialmente a cargo de un presupuesto en determinada área.

Sin embargo, la mayoría de las personas de su equipo no los consideran líderes.

Ahora bien, por otro lado, hay muchos líderes informales e influyentes colaboradores que sí son vistos como líderes. Tienen un alto nivel de autodisciplina y compromiso y se destacan por encima del empleado promedio.

Vale la pena identificar y estudiar esos hábitos que han formado a estos liderazgos informales, ya que se encuentran influyendo y teniendo éxito, todo sin un título oficial o de autoridad.

1. Saben cómo unir a las personas

Los líderes que lideran sin autoridad saben cómo traspasar fronteras. Pueden ejecutar proyectos porque reúnen a los empleados y los recursos para resolver los problemas.

Estos líderes forman coaliciones porque saben cómo concentrarse en el problema y pueden incorporar a las personas adecuadas en el momento adecuado para producir un resultado exitoso. Pueden reunir a un comité de personas que representen una muestra representativa de la organización. Establecen conexiones profundas con colegas de toda la organización y saben cómo ver las oportunidades y los problemas desde diferentes ángulos.

2. Se ganan la confianza rápidamente

Los empleados que carecen de autoridad o de un puesto de trabajo de alto rango viven en un mundo de confianza. Los líderes informales tienden a ganarse rápidamente la confianza de sus jefes y colegas y mantenerla. Dado que dominan esta práctica, pueden reducir el tiempo para alcanzar determinados resultados.

Las personas que no tienen autoridad formal son buenas para tareas retadoras y complejas porque han desarrollado conexiones significativas con sus demás compañeros de trabajo. Esto se ha convertido en un estilo de vida para ellos y consiguen que la gente responda bien a sus ideas porque se han ganado esa confianza.

3. Ven cosas que otros no ven

Los líderes informales que no tienen ese respaldo “institucional” tienen una habilidad astuta para ver oportunidades y desafíos que otros no pueden ver de inmediato. Son buenos para leer entre líneas durante las conversaciones y ver cómo se interrelacionan y conectan los desafíos.

Saben cómo hacer malabares con las zonas grises entre departamentos y detectar problemas que requieren reunir y unificar recursos. Descifran el código de los problemas porque pueden interpretar la estructura dentro de un organigrama y ver cómo el crecimiento de un área afecta a los diferentes departamentos. Ellos dominan las lagunas y la ambigüedad, no necesitan entender todo en blanco y negro.

4. Saben cómo liderar entre equipos

Liderar a través de departamentos aislados es difícil de hacer. Los líderes que pueden hacerlo ven el panorama más amplio. Se han entrenado para detectar oportunidades y aportar los recursos adecuados para resolver determinado problema que terminará uniendo a los demás departamentos.

Las personas que lideran sin autoridad tienen redes sólidas en toda la organización y pueden obtener información sobre los desafíos y oportunidades de otros equipos. Estos líderes piensan más allá de su departamento y ven cómo pueden apoyar a otros y resolver problemas que afectan a la organización en general.

Estos líderes ven que un departamento no es mejor que otro. Entienden cómo el trabajo entre departamentos puede ayudar a los diferentes equipos y a toda la organización. Son campeones de fomentar el desarrollo de relaciones y colaboraciones entre departamentos, por lo que la organización termina siendo un bloque solido e integrado.

5. Creen en el poder de la reciprocidad

La reciprocidad es una de las leyes fundamentales de la psicología humana. La investigación dice que si le haces un favor a alguien, lo más probable es que se te pague. Los líderes que utilizan la reciprocidad mantienen un alto nivel de networking que los apoyan y les brindan información vital para el éxito de su trabajo.

Las personas que tienen el poder informal para obtener resultados son expertas en utilizar la cultura de la reciprocidad. Crean deudas con los demás porque tienen un fuerte deseo de ayudar a los demás de una manera genuina. Las personas les responden positivamente porque quieren devolverles un favor.

Recordatorios

No necesitas un título ni un puesto “fancy” u ostentoso en tu trabajo para ser un líder. Puedes liderar en tu organización si tienes y practicas algunos de estos cinco hábitos. Aprende cómo unir a las personas, gánate su confianza rápidamente, ve las cosas que otros no ven, conecta y une entre los diferentes departamentos y predica con el poder de la reciprocidad.

El liderazgo disruptivo actual no se trata de un cargo o autoridad, sino de la equidad profesional que otros te otorgan porque te has ganado el respeto, la confianza y el apoyo. Las personas siguen a personas que saben cómo hacer las cosas de forma colaborativa.