/ jueves 12 de septiembre de 2019

El faro | Más información no es la solución, pensar claramente lo es.

La inteligencia artificial (AI por sus siglas en inglés) se ha vuelto un concepto habitual para operar los diversos dispositivos de uso doméstico y laboral, casi siempre vinculándose mediante conexión a alguna red común, como el internet. Dicha vinculación habilita a los dispositivos para comunicarse entre sí, compartir los datos que recolectan y eventualmente procesarlos para volverse más eficientes.

Por ejemplo, esta tecnología permite vincular un sensor en la puerta de una casa con un sistema de transporte como la aplicación Uber para que, cuando alguien salga y cierre la puerta, automáticamente se envíe la solicitud de servicio y el chofer lo esté esperando apenas alcance la calle.

Los beneficios de esta tecnología y sus alcances no conocen límites, tal es el caso de que estos dispositivos con aptitud de comunicación digital se hayan vuelto relevantes en las tiendas de productos para el hogar, donde es posible encontrar termostatos o focos monitoreados y controlados por aplicaciones web.

Y es donde las empresas deben aprovecharán cada vez más estos sistemas de inteligencia artificial con el propósito de automatizar sus procesos y ser más eficientes. Sucede, por ejemplo, con el almacén de una tienda que detecta la escasez de un determinado producto y que envía una orden de surtimiento al proveedor, sin necesidad de esperar a que se realicen los inventarios personalizados.

Los negocios hoy recaban información sobre los hábitos de consumo del mercado, ayudando a sus departamentos de mercadotecnia a desarrollar estrategias comerciales más sofisticadas y asertivas.

Así, con el potencial de conexión de los más variados dispositivos y artefactos, se vislumbra una disrupción en industrias tan relevantes para la economía como las de la salud, el transporte y la energía.

Bajo este esquema de desarrollo, a nivel internacional, se proyecta que para el año 2020 lleguen a existir más de 26,000 millones de dispositivos conectados a Internet, de los cuales 200 millones estarán en México. Eso es más de uno por habitante.

El límite de la innovación es la legislación

Ante el panorama de conectividad que se avecina, es importante que el Gobierno en sus diferentes ámbitos así como la iniciativa privada colaboren en desarrollar un marco regulatorio que promueva la inversión y aminore los factores negativos de la inteligencia artificial, tales como la intrusión desproporcionada en la privacidad de los usuarios, el tratamiento no autorizado de sus datos personales o la vulneración de la seguridad de sus dispositivos.

Céntrense en la innovación antes de la ejecución.

David Martínez A. RMR Consultores Innovación Disruptiva,

La inteligencia artificial (AI por sus siglas en inglés) se ha vuelto un concepto habitual para operar los diversos dispositivos de uso doméstico y laboral, casi siempre vinculándose mediante conexión a alguna red común, como el internet. Dicha vinculación habilita a los dispositivos para comunicarse entre sí, compartir los datos que recolectan y eventualmente procesarlos para volverse más eficientes.

Por ejemplo, esta tecnología permite vincular un sensor en la puerta de una casa con un sistema de transporte como la aplicación Uber para que, cuando alguien salga y cierre la puerta, automáticamente se envíe la solicitud de servicio y el chofer lo esté esperando apenas alcance la calle.

Los beneficios de esta tecnología y sus alcances no conocen límites, tal es el caso de que estos dispositivos con aptitud de comunicación digital se hayan vuelto relevantes en las tiendas de productos para el hogar, donde es posible encontrar termostatos o focos monitoreados y controlados por aplicaciones web.

Y es donde las empresas deben aprovecharán cada vez más estos sistemas de inteligencia artificial con el propósito de automatizar sus procesos y ser más eficientes. Sucede, por ejemplo, con el almacén de una tienda que detecta la escasez de un determinado producto y que envía una orden de surtimiento al proveedor, sin necesidad de esperar a que se realicen los inventarios personalizados.

Los negocios hoy recaban información sobre los hábitos de consumo del mercado, ayudando a sus departamentos de mercadotecnia a desarrollar estrategias comerciales más sofisticadas y asertivas.

Así, con el potencial de conexión de los más variados dispositivos y artefactos, se vislumbra una disrupción en industrias tan relevantes para la economía como las de la salud, el transporte y la energía.

Bajo este esquema de desarrollo, a nivel internacional, se proyecta que para el año 2020 lleguen a existir más de 26,000 millones de dispositivos conectados a Internet, de los cuales 200 millones estarán en México. Eso es más de uno por habitante.

El límite de la innovación es la legislación

Ante el panorama de conectividad que se avecina, es importante que el Gobierno en sus diferentes ámbitos así como la iniciativa privada colaboren en desarrollar un marco regulatorio que promueva la inversión y aminore los factores negativos de la inteligencia artificial, tales como la intrusión desproporcionada en la privacidad de los usuarios, el tratamiento no autorizado de sus datos personales o la vulneración de la seguridad de sus dispositivos.

Céntrense en la innovación antes de la ejecución.

David Martínez A. RMR Consultores Innovación Disruptiva,