/ jueves 23 de enero de 2020

El faro | ¿Por qué los millennials renuncian a sus empleos?

Cada día más trabajos son desechables, mejor dicho, existen nuevos valores laborales en donde compañías ven a las personas como desechables. Ahora bien, ¿cuál es la razón de este fenómeno y nueva cultura laboral? ¿Qué es lo que genera el excesivo movimiento en la población económicamente activa en el país? ¿Qué motiva a las nuevas generaciones que no duren en sus fuentes de empleo? ¿A caso ya no interesan factores como; la antigüedad, jerarquías, desarrollo organizacional, prerrogativas, sentido de pertenencia, etc…? Cada semana hay alguien nuevo que se va de un lugar a otro, quizá por el mismo dinero y el mismo título de trabajo o quizá no. Es un tema que inicialmente llama la atención.

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Un número creciente de personas de los llamados millennials renuncian regularmente a sus empleos por causa de líderes incompetentes. Y muchas de las compañías que admiramos por su tecnología y la disrupción se encuentran repletos de millennials.

Los millennials renuncian a líderes incompetentes, no a empresas.

Para evitar el aumento de este fenómeno o bien contenerlo, es necesario tener una visión clara de que motiva al sector de la población que acapara cada vez más la fuerza laboral en el país.

Los millennials y las nuevas generaciones no aspiran a renunciar a su tiempo, vacaciones, sueños y metas profesionales, aspiran poder, a pesar de ellas, servir y construir valor en sus diferentes empleos. Existe una fuerte creencia de aferrarse y así atender sus pasiones y sobre ellas construir y desarrollar una cultura laboral.

Como todos sabemos, hay un constante uso y manejo de redes sociales, no existe la timidez para todo tipo de expresiones, ni miedo a ser juzgados por compartir pensamientos, incluso si pudieran ser motivo de despido.

Hay una tergiversación de valores, donde se encuentra en altísimo lugar poseer el último iPhone, sin embargo con una “contradicción” de poder usar una mochila para ir a trabajar. Y sentirse cómodo yendo a la oficina en tenis o ropa diferente a trajes y zapatos.

Los millennials se han criado en un mundo bombardeado imágenes, memes y Harry Potter donde, por alguna extraña razón, siempre se está buscando significado.

Ya no motiva conseguir aquel sueño de nuestros padres de la propiedad de una casa, 2 autos, 2 niños y un perro perfectamente arreglado listo para la comida del domingo en casa de los abuelos. Por alguna razón, esto no parece dar ningún significado y, como generación, han aprendido a cuestionar todo.

Los millennials están descubriendo el minimalismo, el trabajo independiente, el espíritu empresarial, los ajetreos, la vida sin una hipoteca e incluso la vida sin hijos. Todo vale porque todos derivan en significados de cosas diferentes.

Y es justo eso lo que buscan estas nuevas generaciones en el empleo, algo que pueda ayudarlos a mostrarles y honrar ese sentido a su vida. Y es cuando no se encuentra que se desconectan rápidamente, tomando decisiones radicales, incluidas el cambio de ocupación.

Los mueve un deseo orientados a soluciones y resolver problemas interesantes. Problemas interesantes que dan un significado a sus vidas, y son en esas situaciones donde voltearan a buscar y ocupar su tiempo.

Una frustración, por un millennial, puede convertirse en toda la motivación para que se levante de la cama todos los días. Algo tan simple como pedir un taxi usando el smartphone puede detonar la necesidad a dedicar una parte de su carrera profesional a desarrollar mejores opciones.

No existe esa obsesión con los títulos y la jerarquía, llama ahora más la atención de quienes muestran mayor interés para una causa social.

Los millennials adoran a los hacedores más nunca. Antes diez años en una compañía, mientras se perseguía promoción tras promoción, ahora ya no tiene sentido. Se puede trabajar para múltiples compañías y adquirir nuevas habilidades en el proceso. Tener aquella oficina en el edificio de moda, portar el traje negro y el auto ejecutivo ya resulta hasta extraño para muchos.

A los millennials les importa lo que hay detrás de los números y cómo los números cambian la vida de las personas. Ven los números como una medida de felicidad, cultura y trabajo significativo. Y esa cultura es mejor que el dinero o las ventajas.

Uno pensaría que el salario más alto gana cuando los millennials van a buscar trabajo. Resulta que no es el factor decisivo y no pueden ser persuadidos con un liderazgo débil.

“Sólo te haces más fuerte haciendo cosas difíciles: si tu vida es simple, te volverás débil. Siempre haz cosas que requieran un esfuerzo serio. El esfuerzo solo te hará mejor. No importa cuál sea el resultado. Incluso si fallas, ganas porque te haces más fuerte.”

David Martínez A. RMR Consultores Innovación Disruptiva

Cada día más trabajos son desechables, mejor dicho, existen nuevos valores laborales en donde compañías ven a las personas como desechables. Ahora bien, ¿cuál es la razón de este fenómeno y nueva cultura laboral? ¿Qué es lo que genera el excesivo movimiento en la población económicamente activa en el país? ¿Qué motiva a las nuevas generaciones que no duren en sus fuentes de empleo? ¿A caso ya no interesan factores como; la antigüedad, jerarquías, desarrollo organizacional, prerrogativas, sentido de pertenencia, etc…? Cada semana hay alguien nuevo que se va de un lugar a otro, quizá por el mismo dinero y el mismo título de trabajo o quizá no. Es un tema que inicialmente llama la atención.

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Un número creciente de personas de los llamados millennials renuncian regularmente a sus empleos por causa de líderes incompetentes. Y muchas de las compañías que admiramos por su tecnología y la disrupción se encuentran repletos de millennials.

Los millennials renuncian a líderes incompetentes, no a empresas.

Para evitar el aumento de este fenómeno o bien contenerlo, es necesario tener una visión clara de que motiva al sector de la población que acapara cada vez más la fuerza laboral en el país.

Los millennials y las nuevas generaciones no aspiran a renunciar a su tiempo, vacaciones, sueños y metas profesionales, aspiran poder, a pesar de ellas, servir y construir valor en sus diferentes empleos. Existe una fuerte creencia de aferrarse y así atender sus pasiones y sobre ellas construir y desarrollar una cultura laboral.

Como todos sabemos, hay un constante uso y manejo de redes sociales, no existe la timidez para todo tipo de expresiones, ni miedo a ser juzgados por compartir pensamientos, incluso si pudieran ser motivo de despido.

Hay una tergiversación de valores, donde se encuentra en altísimo lugar poseer el último iPhone, sin embargo con una “contradicción” de poder usar una mochila para ir a trabajar. Y sentirse cómodo yendo a la oficina en tenis o ropa diferente a trajes y zapatos.

Los millennials se han criado en un mundo bombardeado imágenes, memes y Harry Potter donde, por alguna extraña razón, siempre se está buscando significado.

Ya no motiva conseguir aquel sueño de nuestros padres de la propiedad de una casa, 2 autos, 2 niños y un perro perfectamente arreglado listo para la comida del domingo en casa de los abuelos. Por alguna razón, esto no parece dar ningún significado y, como generación, han aprendido a cuestionar todo.

Los millennials están descubriendo el minimalismo, el trabajo independiente, el espíritu empresarial, los ajetreos, la vida sin una hipoteca e incluso la vida sin hijos. Todo vale porque todos derivan en significados de cosas diferentes.

Y es justo eso lo que buscan estas nuevas generaciones en el empleo, algo que pueda ayudarlos a mostrarles y honrar ese sentido a su vida. Y es cuando no se encuentra que se desconectan rápidamente, tomando decisiones radicales, incluidas el cambio de ocupación.

Los mueve un deseo orientados a soluciones y resolver problemas interesantes. Problemas interesantes que dan un significado a sus vidas, y son en esas situaciones donde voltearan a buscar y ocupar su tiempo.

Una frustración, por un millennial, puede convertirse en toda la motivación para que se levante de la cama todos los días. Algo tan simple como pedir un taxi usando el smartphone puede detonar la necesidad a dedicar una parte de su carrera profesional a desarrollar mejores opciones.

No existe esa obsesión con los títulos y la jerarquía, llama ahora más la atención de quienes muestran mayor interés para una causa social.

Los millennials adoran a los hacedores más nunca. Antes diez años en una compañía, mientras se perseguía promoción tras promoción, ahora ya no tiene sentido. Se puede trabajar para múltiples compañías y adquirir nuevas habilidades en el proceso. Tener aquella oficina en el edificio de moda, portar el traje negro y el auto ejecutivo ya resulta hasta extraño para muchos.

A los millennials les importa lo que hay detrás de los números y cómo los números cambian la vida de las personas. Ven los números como una medida de felicidad, cultura y trabajo significativo. Y esa cultura es mejor que el dinero o las ventajas.

Uno pensaría que el salario más alto gana cuando los millennials van a buscar trabajo. Resulta que no es el factor decisivo y no pueden ser persuadidos con un liderazgo débil.

“Sólo te haces más fuerte haciendo cosas difíciles: si tu vida es simple, te volverás débil. Siempre haz cosas que requieran un esfuerzo serio. El esfuerzo solo te hará mejor. No importa cuál sea el resultado. Incluso si fallas, ganas porque te haces más fuerte.”

David Martínez A. RMR Consultores Innovación Disruptiva