Amigos lectores de este podcast escrito, estamos todos frente a un peligroso juego de poder, un juego que deja en evidencia las más oscuras intenciones de un gobierno autoritario, que con la Reforma Judicial busca concentrar la fuerza del estado en un puño, golpeando a la nación, evidenciando lo frágil que es nuestra joven e inexperta democracia.
Al entregar este podcast a la redacción, continuaba el receso en el Senado, invadido por manifestantes que se rebelaron contra la Reforma del Poder Judicial de un presidente que nos ha heredado un México marcado por profundas divisiones políticas.
Andrés Manuel López Obrador se muestra una vez más, ahora de salida, como una amenaza a la joven democracia del país. Con el respaldo de una mayoría aplastante en la Cámara de Diputados y un Senado a un voto de la mayoría calificada, el gobierno de Morena se prepara para aprobar una reforma que podría desmantelar uno de los pilares fundamentales del Estado de Derecho: la independencia del Poder Judicial.
La reforma no solo busca modificar la estructura y funciones del Poder Judicial, sino que también elimina los requisitos de carrera para jueces y magistrados, dejando en manos de una ciudadanía inexperta, maiceada e ignorante la elección de estos funcionarios. Este cambio, bajo la premisa de democratizar la justicia, transforma un proceso que debería ser riguroso y basado en méritos profesionales en un concurso de popularidad. Esto no solo compromete la calidad y la imparcialidad de la justicia, sino que también abre la puerta a la politización de una institución que, por su naturaleza, debe estar libre de influencias externas.
El rápido avance de esta reforma por el Congreso, sin una discusión adecuada ni el análisis necesario, revela las intenciones del gobierno de López Obrador: concentrar el poder en sus manos. El uso de la mayoría legislativa para aprobar cambios tan significativos sin consenso es una señal preocupante de un gobierno que se inclina hacia el autoritarismo. La posibilidad de que el Poder Ejecutivo controle al Judicial es un atentado directo contra el equilibrio de poderes, un principio básico en cualquier democracia funcional.
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La respuesta de la ciudadanía y del propio Poder Judicial ha sido contundente. Desde paros laborales hasta manifestaciones masivas, ayer mismo adentro del Senado, mostrando que un sector importante de la sociedad mexicana ha dejado claro que no permitirá que se socaven las bases del sistema de justicia. La propuesta alternativa presentada por la Suprema Corte, que busca una reforma integral y enfocada en la protección de los derechos humanos, contrasta fuertemente con la visión centralista y controladora del Ejecutivo.
En resumen, la reforma judicial de López Obrador no es solo un cambio estructural, es un abuso directo a la democracia mexicana, joven e inexperta, repito y explico, recordemos que por muchos años la Dictadura Perfecta gobernó México, una élite política jugó y se aprovechó del país, sin embargo se construyeron instituciones por parte de verdaderos demócratas, y para finales de los 90s, empezamos a experimentar una naciente democracia cierta, la alternancia en la mayor parte del país, la llegada del PAN al poder, el regreso del PRI y el arribo de Morena, todo ello es tan reciente que hace innegable la juventud de nuestra democracia, que por lo tanto es más vulnerable al abuso de parte de los que hoy son poderosos.
Es por ello que necesitamos defender al Poder Judicial, porque es lo mismo que defender nuestra inexperta democracia, que si bien la hemos dejado cometer errores, es momento de meternos poner un hasta aquí, para evitar que se la lleve el primer viejo mañoso que frente a nuestros ojos, se la esta llevando para abusar de ella.