/ lunes 20 de junio de 2022

El serrucho | ¡Había una vez!…

Así es… había una vez un partido político que su filosofía era de acuerdo al pensamiento o ideología del Presidente en turno, en ocasiones se declaraba de izquierda o de corte neoliberal, otras veces se llegó a autodenominar de centro-derecha y así, dependiendo lo que el líder político del país tenía como propuesta ideológica.

Este partido fue fundado un 4 de marzo de 1929 bajo el nombre de Partido Nacional Revolucionario, una década después se le llamó Partido de la Revolución Mexicana, y en 1946 adoptó el nombre que lleva hasta sus últimos días, me refiero a Partido Revolucionario Institucional.

Cambió el nombre, pero su estilo, sus objetivos, su historia, su filosofía y sus mañas seguían siendo las mismas, fueron casi 8 décadas de absoluto poder, el PRI ponía, el PRI quitaba, un muy poderoso partido que decidía y que controlaba los tres poderes, sin que nada ni nadie pudiera cambiar el destino ya trazado de un Partido Político inmerso en la vida de todos los mexicanos.

Hoy, después de 9 décadas de su fundación el PRI está a punto de desaparecer, buena parte de su militancia se transformó y emigraron a Morena, otros más simplemente se alejaron de la política, de los políticos y de la pésima imagen pública de un partido que se agotó y que dejó ser relevante.

Hoy, el PRI da sus últimos coletazos, su líder Alejandro Moreno está más preocupado por su continuidad que por sus resultados, su escasa presencia en la vida de los mexicanos es notoria y no sólo eso, la imagen del PRI se puede considerar como lamentable, un partido sin presencia y sin credibilidad al que la mayoría de los mexicanos rechaza.

“Alito” como le gusta le llamen al líder de ese partido, está metido en serios problemas, su larga cola no le permite moverse libremente y su historia lo hace ser un triste personaje que poco quieren y menos apoyan.

De lo último qué está por hundirlo es el ataque sin contemplaciones de los enemigos, o algunos gustan llamarse sus adversarios. El PRI es un gran cadáver donde algunos grupos todavía piensan en cobijarse, son pocos pero piensan que todavía pudiera como el Ave Fénix resurgir de sus cenizas.

Es por eso qué… ¡había una vez!

De ida

Y en todo este escenario, los priistas de Sonora, los que aún no se rinden, los que tienen fe a sabiendas que nada hay que hacer se pintan la cara y muestran sus lanzas de guerra contra su líder nacional. Alito no es bien visto en tierra sonorense. Su obsesión por decidir a quién poner en la dirigencia estatal lo tiene entre dos fuegos.

La división de unos cuantos es inminente, los que se suman al dirigente pensando que tiene el poder y los locales que tratan de defender lo poco o nada que queda de ese partido.

Sonora fue priista, pero después de este sainete difícilmente podrá resurgir un partido que perdió lo más importante, me refiero a la confianza. El PRI no tiene nada que hacer, seguramente muchos de los que se dicen priistas se irán a otros partidos pues la división es inminente.

De vuelta

¿Quién gana en todo esto? Seguramente que Morena saldrá beneficiado, pues de la noche a la mañana el contrincante mayor desaparece. También puede ganar el PAN que seguramente muchos sonorenses le podrán dar una nueva oportunidad y veremos a Movimiento Ciudadano recibir a muchos militantes del tricolor que verán en ese partido un aliado y alguien que los recibirá con los brazos abiertos.

Se podrá entender como el juego de “todos ganan” menos uno, pues el PRI “pone todo”. Su historia, su imagen pública, su prestigio perdido y por supuesto pone a su gente que nunca, nunca jamás regresará.

Aserrín

¿Qué sigue?… lo que veremos es a los liderazgos de ese partido sentados en oficinas buscando nuevos espacios, ofreciendo sus “bondades”’ esas que ya se fueron. El PRI llegó a su fin, me podrán decir misa, pero ha llegado a su fin.


Así es… había una vez un partido político que su filosofía era de acuerdo al pensamiento o ideología del Presidente en turno, en ocasiones se declaraba de izquierda o de corte neoliberal, otras veces se llegó a autodenominar de centro-derecha y así, dependiendo lo que el líder político del país tenía como propuesta ideológica.

Este partido fue fundado un 4 de marzo de 1929 bajo el nombre de Partido Nacional Revolucionario, una década después se le llamó Partido de la Revolución Mexicana, y en 1946 adoptó el nombre que lleva hasta sus últimos días, me refiero a Partido Revolucionario Institucional.

Cambió el nombre, pero su estilo, sus objetivos, su historia, su filosofía y sus mañas seguían siendo las mismas, fueron casi 8 décadas de absoluto poder, el PRI ponía, el PRI quitaba, un muy poderoso partido que decidía y que controlaba los tres poderes, sin que nada ni nadie pudiera cambiar el destino ya trazado de un Partido Político inmerso en la vida de todos los mexicanos.

Hoy, después de 9 décadas de su fundación el PRI está a punto de desaparecer, buena parte de su militancia se transformó y emigraron a Morena, otros más simplemente se alejaron de la política, de los políticos y de la pésima imagen pública de un partido que se agotó y que dejó ser relevante.

Hoy, el PRI da sus últimos coletazos, su líder Alejandro Moreno está más preocupado por su continuidad que por sus resultados, su escasa presencia en la vida de los mexicanos es notoria y no sólo eso, la imagen del PRI se puede considerar como lamentable, un partido sin presencia y sin credibilidad al que la mayoría de los mexicanos rechaza.

“Alito” como le gusta le llamen al líder de ese partido, está metido en serios problemas, su larga cola no le permite moverse libremente y su historia lo hace ser un triste personaje que poco quieren y menos apoyan.

De lo último qué está por hundirlo es el ataque sin contemplaciones de los enemigos, o algunos gustan llamarse sus adversarios. El PRI es un gran cadáver donde algunos grupos todavía piensan en cobijarse, son pocos pero piensan que todavía pudiera como el Ave Fénix resurgir de sus cenizas.

Es por eso qué… ¡había una vez!

De ida

Y en todo este escenario, los priistas de Sonora, los que aún no se rinden, los que tienen fe a sabiendas que nada hay que hacer se pintan la cara y muestran sus lanzas de guerra contra su líder nacional. Alito no es bien visto en tierra sonorense. Su obsesión por decidir a quién poner en la dirigencia estatal lo tiene entre dos fuegos.

La división de unos cuantos es inminente, los que se suman al dirigente pensando que tiene el poder y los locales que tratan de defender lo poco o nada que queda de ese partido.

Sonora fue priista, pero después de este sainete difícilmente podrá resurgir un partido que perdió lo más importante, me refiero a la confianza. El PRI no tiene nada que hacer, seguramente muchos de los que se dicen priistas se irán a otros partidos pues la división es inminente.

De vuelta

¿Quién gana en todo esto? Seguramente que Morena saldrá beneficiado, pues de la noche a la mañana el contrincante mayor desaparece. También puede ganar el PAN que seguramente muchos sonorenses le podrán dar una nueva oportunidad y veremos a Movimiento Ciudadano recibir a muchos militantes del tricolor que verán en ese partido un aliado y alguien que los recibirá con los brazos abiertos.

Se podrá entender como el juego de “todos ganan” menos uno, pues el PRI “pone todo”. Su historia, su imagen pública, su prestigio perdido y por supuesto pone a su gente que nunca, nunca jamás regresará.

Aserrín

¿Qué sigue?… lo que veremos es a los liderazgos de ese partido sentados en oficinas buscando nuevos espacios, ofreciendo sus “bondades”’ esas que ya se fueron. El PRI llegó a su fin, me podrán decir misa, pero ha llegado a su fin.