/ martes 25 de enero de 2022

El serrucho | Incertidumbre

No tengo la edad exacta de cuándo escuché por primera vez la palabra “incertidumbre” fue mi padre quien la dijo frente a la familia.

Como hijo más pequeño no alcancé a comprender, quizá mis 6 ó 7 años no me dieron para saber lo que sucedía ni el significado de una palabra extraña para mí. Lo vine a entender años después cuando recordaba esa parte de la infancia con una gran cantidad de problemas y sobre todo carencias.

No culpo a nadie, tampoco me rasgo las vestiduras por una mala etapa, sólo es una referencia, creo que hace algunas décadas eran más común las crisis económicas de familia, incluso más común que ahora. Lo extraordinario es que así era México, un país de pobreza pero definitivamente más feliz y más en paz y con menos incertidumbre a pesar de las dificultades.

Hace 6 décadas las noticias eran por escasos periódicos y si acaso un noticiero por televisión y otro por radio, nada que ver con el bombardeo de hoy día, nada que ver con la cantidad de información que ahora recibimos en redes sociales y que además de informar también desinforman y peor aún angustian.

Pero en esta nueva época le estamos añadiendo un elemento más, me refiero a la incertidumbre de nuestra salud. Hoy estamos mañana no sabemos, las muertes de conocidos, de familiares, de amigos, de vecinos se han convertido en algo cotidiano.

La incertidumbre se mete a las mentes de millones de mexicanos, que no sabemos cómo se podrá salir de esta pandemia. Es cierto, estas etapas de vida donde existe un mal universal no son tan cortas como quisiéramos, lo sabemos por la historia, “la gripe española” pandemia de principios del siglo XX que mató a más de 50 millones de seres humanos a lo largo y ancho del planeta Tierra duró poco más de una década.

Ya llevamos dos años de esta pandemia y esto va para largo, no se ve a corta distancia que el Covid tenga una solución que no genere incertidumbre. Por eso debemos de ver la historia, por eso debemos de conocer el pasado para entender el presente.

Hoy en pleno siglo XXl, cuando la tecnología ha invadido el mundo y cuando los avances son asombrosos, hoy no se tiene aún una solución, existe un remedio o quizá un control que son las vacunas, pero la incertidumbre aparece día a día.

Sucedió en mi oficina, en donde hace 24 años estamos un grupo de amigos haciendo lo que más nos gusta, informar, producir, transmitir, decidir qué noticia es la principal, una oficina donde casi todos excepto dos no nos contagiamos, una oficina que se tuvo que cerrar totalmente más de dos semanas para dar paso a la recuperación.

Los compromisos dejaron de ser lo relevante, lo importante es la salud y la recuperación de los compañeros y sus familias. Ahí vamos, pero salta una vez más la incertidumbre de sí esta vida así será hasta el final.

Me refiero a estar cuidándose de todo y de todos, de sentir esa sensación de contagio en cuanto lugar que te presentas, es realmente difícil estar pensando en lo que debes hacer en un trabajo cuando simplemente la incertidumbre ataca una y otra vez tu mente.

Por supuesto que la certidumbre, recalco, la certidumbre la generamos nosotros mismos, la genera la familia, la esposa, los hijos, los padres, la genera tu alimentación, el ejercicio, la actividad. También la deberían de generar los gobiernos, pero hoy día sólo se justifican y buscan otros temas nada relevantes. Quienes gobiernan piensan que sus temas son importantes y la verdad que sólo son parte de su obligación.

Ya veremos cuánto dura esta situación, ojalá y sea menos de lo que ha pasado con otras pandemias, ojalá, pero a como se ven las cosas, esto va para largo.

Le comenté a un amigo mi inquietud y mi incertidumbre y me dio un consejo que ahora lo aplico. Mi estimado Victor, lo que tienes que hacer es vivir tu día, no voltees ni para atrás ni quieras conocer el futuro, a vivir el día a día, “la certidumbre sólo te la puedes dar tú“.

De ida

La repentina caída de salud del presidente López Obrador fue noticia de fin de semana y aunque pretendan hacer creer que un cateterismo es algo de rutina, el Presidente tendrá que cuidarse más, mucho más de lo que ha hecho hasta ahora.

Sus antecedentes de problemas cardiacos son de todos conocidos y la presión que debe sentir un hombre con esa investidura no debe ser para menos, por más sonrisas o buena cara que pretenda mostrar en las mañaneras la vida es compleja y llena de problemas y más aún cuando esos problemas los provocas tú y se salen de control.

El Presidente tendrá que evaluar muy bien su tiempo, será relevante saber qué puede y qué debe hacer, nada fácil será y menos con la enorme cantidad de enfrentamientos que provoca día a día. Algunos necesarios, otros simplemente no.

Salir a un campo de beisbol y “macanear” como él lo llama no será suficiente para generar una imagen de salud total. Ni modo, cuando uno se enferma y debe cuidarse simplemente se debe de hacer, las presiones para un enfermo de esas características son peligrosas y lamentablemente un trabajo de Presidente de un país todo son presiones, todo es todo.

Querer controlar un país no es fácil y menos recomendable, se debe gobernar, simplemente gobernar, haciendo lo mejor y ofreciendo el bien común para todos, no para unos cuantos.

De vuelta

Uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos en este país es al radicalismo político, las granjas de “bots“ que se contratan en empresas para ofender y agredir por él o los gobiernos generan reacciones.

Es impresionante ver lo que le dicen al Presidente en su recaída de salud, cosas realmente agresivas y torpes. Las redes sociales explotan en contra del mandatario y le han deseado lo peor. Esto sucede por una simple razón, muchos de ellos son de los que han sido agredidos por esos grupos anónimos “oficialistas” que se dedican todo el tiempo a hacer daño.

Nada grato ver esos comentarios y la verdad, la meritita verdad que “con la salud no se juega” sea quien sea, por lo mismo en este espacio le deseamos al Presidente una pronta recuperación de su salud.

Aserrín

2020, en datos: la Covid-19 como protagonista del año

Ya para terminar sólo comentar algo que vi en Twitter del doctor Alejandro Macias, nos dice que en México, el mes de enero será ascenso en cuanto a contagios de Ómicron, el mes de febrero será descenso y marzo meseta. Así que ya lo saben a seguir cuidándose, porque los contagios están a la vuelta de la esquina.

No tengo la edad exacta de cuándo escuché por primera vez la palabra “incertidumbre” fue mi padre quien la dijo frente a la familia.

Como hijo más pequeño no alcancé a comprender, quizá mis 6 ó 7 años no me dieron para saber lo que sucedía ni el significado de una palabra extraña para mí. Lo vine a entender años después cuando recordaba esa parte de la infancia con una gran cantidad de problemas y sobre todo carencias.

No culpo a nadie, tampoco me rasgo las vestiduras por una mala etapa, sólo es una referencia, creo que hace algunas décadas eran más común las crisis económicas de familia, incluso más común que ahora. Lo extraordinario es que así era México, un país de pobreza pero definitivamente más feliz y más en paz y con menos incertidumbre a pesar de las dificultades.

Hace 6 décadas las noticias eran por escasos periódicos y si acaso un noticiero por televisión y otro por radio, nada que ver con el bombardeo de hoy día, nada que ver con la cantidad de información que ahora recibimos en redes sociales y que además de informar también desinforman y peor aún angustian.

Pero en esta nueva época le estamos añadiendo un elemento más, me refiero a la incertidumbre de nuestra salud. Hoy estamos mañana no sabemos, las muertes de conocidos, de familiares, de amigos, de vecinos se han convertido en algo cotidiano.

La incertidumbre se mete a las mentes de millones de mexicanos, que no sabemos cómo se podrá salir de esta pandemia. Es cierto, estas etapas de vida donde existe un mal universal no son tan cortas como quisiéramos, lo sabemos por la historia, “la gripe española” pandemia de principios del siglo XX que mató a más de 50 millones de seres humanos a lo largo y ancho del planeta Tierra duró poco más de una década.

Ya llevamos dos años de esta pandemia y esto va para largo, no se ve a corta distancia que el Covid tenga una solución que no genere incertidumbre. Por eso debemos de ver la historia, por eso debemos de conocer el pasado para entender el presente.

Hoy en pleno siglo XXl, cuando la tecnología ha invadido el mundo y cuando los avances son asombrosos, hoy no se tiene aún una solución, existe un remedio o quizá un control que son las vacunas, pero la incertidumbre aparece día a día.

Sucedió en mi oficina, en donde hace 24 años estamos un grupo de amigos haciendo lo que más nos gusta, informar, producir, transmitir, decidir qué noticia es la principal, una oficina donde casi todos excepto dos no nos contagiamos, una oficina que se tuvo que cerrar totalmente más de dos semanas para dar paso a la recuperación.

Los compromisos dejaron de ser lo relevante, lo importante es la salud y la recuperación de los compañeros y sus familias. Ahí vamos, pero salta una vez más la incertidumbre de sí esta vida así será hasta el final.

Me refiero a estar cuidándose de todo y de todos, de sentir esa sensación de contagio en cuanto lugar que te presentas, es realmente difícil estar pensando en lo que debes hacer en un trabajo cuando simplemente la incertidumbre ataca una y otra vez tu mente.

Por supuesto que la certidumbre, recalco, la certidumbre la generamos nosotros mismos, la genera la familia, la esposa, los hijos, los padres, la genera tu alimentación, el ejercicio, la actividad. También la deberían de generar los gobiernos, pero hoy día sólo se justifican y buscan otros temas nada relevantes. Quienes gobiernan piensan que sus temas son importantes y la verdad que sólo son parte de su obligación.

Ya veremos cuánto dura esta situación, ojalá y sea menos de lo que ha pasado con otras pandemias, ojalá, pero a como se ven las cosas, esto va para largo.

Le comenté a un amigo mi inquietud y mi incertidumbre y me dio un consejo que ahora lo aplico. Mi estimado Victor, lo que tienes que hacer es vivir tu día, no voltees ni para atrás ni quieras conocer el futuro, a vivir el día a día, “la certidumbre sólo te la puedes dar tú“.

De ida

La repentina caída de salud del presidente López Obrador fue noticia de fin de semana y aunque pretendan hacer creer que un cateterismo es algo de rutina, el Presidente tendrá que cuidarse más, mucho más de lo que ha hecho hasta ahora.

Sus antecedentes de problemas cardiacos son de todos conocidos y la presión que debe sentir un hombre con esa investidura no debe ser para menos, por más sonrisas o buena cara que pretenda mostrar en las mañaneras la vida es compleja y llena de problemas y más aún cuando esos problemas los provocas tú y se salen de control.

El Presidente tendrá que evaluar muy bien su tiempo, será relevante saber qué puede y qué debe hacer, nada fácil será y menos con la enorme cantidad de enfrentamientos que provoca día a día. Algunos necesarios, otros simplemente no.

Salir a un campo de beisbol y “macanear” como él lo llama no será suficiente para generar una imagen de salud total. Ni modo, cuando uno se enferma y debe cuidarse simplemente se debe de hacer, las presiones para un enfermo de esas características son peligrosas y lamentablemente un trabajo de Presidente de un país todo son presiones, todo es todo.

Querer controlar un país no es fácil y menos recomendable, se debe gobernar, simplemente gobernar, haciendo lo mejor y ofreciendo el bien común para todos, no para unos cuantos.

De vuelta

Uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos en este país es al radicalismo político, las granjas de “bots“ que se contratan en empresas para ofender y agredir por él o los gobiernos generan reacciones.

Es impresionante ver lo que le dicen al Presidente en su recaída de salud, cosas realmente agresivas y torpes. Las redes sociales explotan en contra del mandatario y le han deseado lo peor. Esto sucede por una simple razón, muchos de ellos son de los que han sido agredidos por esos grupos anónimos “oficialistas” que se dedican todo el tiempo a hacer daño.

Nada grato ver esos comentarios y la verdad, la meritita verdad que “con la salud no se juega” sea quien sea, por lo mismo en este espacio le deseamos al Presidente una pronta recuperación de su salud.

Aserrín

2020, en datos: la Covid-19 como protagonista del año

Ya para terminar sólo comentar algo que vi en Twitter del doctor Alejandro Macias, nos dice que en México, el mes de enero será ascenso en cuanto a contagios de Ómicron, el mes de febrero será descenso y marzo meseta. Así que ya lo saben a seguir cuidándose, porque los contagios están a la vuelta de la esquina.