/ lunes 20 de septiembre de 2021

El serrucho | La maldición de la silla

A pesar de que muchos municipios se han declarado en quiebra técnica y que no tienen ni para pagar nómina y aguinaldos, las alcaldías siguen siendo una posición codiciada por los políticos, sobre todo las capitales y las grandes metrópolis. Pero deben tener cuidado, porque en algunos lugares hay maleficios en las sillas municipales, que hacen que quienes por ahí se sientan terminen mal.

Hermosillo es un caso de análisis. A pesar de ser la capital del Estado, y que el alcalde en turno tiene recursos para promocionarse, algo tiene porque en no llegan, a veces ni de candidatos. En los últimos tiempos hay ejemplos de ex alcaldes con tropiezos importantes: Javier Gándara (PAN) y Ernesto Gándara (PRI-PAN-PRD) perdieron en las urnas como candidatos a gobernador. Manuel Ignacio “Maloro” Acosta (PRI), pierde cuando busca ser senador. El último caso de Célida López (Morena) que busca reelegirse como alcaldesa y fracasa. La maldición de la silla.

A esto se suma la maldición de las lluvias de verano, que curiosamente se presentan más copiosas en el tercer año de los gobiernos municipales, dejando destrozadas las calles. Y con ello hacen pedazos la imagen de los alcaldes que ya no tienen ni tiempo ni recursos para resolver el problema de los baches. O surgen crisis como la de la Guardería ABC que políticamente destruyó al PRI en el 2009.

En Hermosillo hay otra maldición que por lo general siempre se presenta. Para que lo entiendan, hay que recordar que el Palacio de Gobierno y el Palacio Municipal están separados por un callejón y los une un puente. Pues bien, por lo general para dar muestra de buena relación el alcalde de la capital y el Gobernador en turno se encuentran a la mitad y ahí se saludan, se dan un abrazo o hasta se toman un café. Todo para la foto. Con eso basta para que ambos sean luego víctimas de la maldición y terminen confrontados.

Casos anteriores de confrontación también se presentó con el doctor Samuel Ocaña y la doctora Alicia Arellano cuando era alcaldesa. El mejor, entre Manlio Fabio Beltrones y Guatimoc Iberry, que ni una boleada en la Plaza Zaragoza pudo tumbar la maldición. Casos recientes, Célida López (Morena) y Claudia Pavlovich (PRI). Javier Gándara y Guillermo Padrés, (ambos del PAN), hasta pusieron mesa y se tomaron un café. Al final, el alcalde hermosillense culpó al Gobernador por sus malas políticas.

Curiosa la forma de pensar y actuar de los políticos, porque a pesar de maldiciones como éstas, de que no hay recursos, buscan la silla municipal con alma, vida y corazón. Quién sabe qué embrujo tendrá.

De ida

Dicen que en política no hay sorpresas, sólo sorprendidos. Por lo mismo, la enorme parafernalia del desfile militar frente a Palacio Nacional, con invitado principal al Presidente cubano y en la última fila el embajador americano. Sólo sorprendió a los no iniciados.

El mensaje es claro del presidente López Obrador. Primero, está vendiendo caro su amor a Biden. Manda demostración de poder militar al narco y a la oposición. Con un gobernante cubano apadrinando la parada.

El problema que eso sólo sorprende a los ingenuos, porque al final, y vemos la historia, los que hemos terminado sorprendidos somos los mexicanos y su gobierno.

De vuelta

Se puede decir que vino, vio y contagió. Nos referimos a Luis Donaldo Colosio Riojas, alcalde de Monterrey, sonorense de nacimiento y regiomontano de adopción, quien estuvo en la toma de protesta como gobernador de Alfonso Durazo, en donde se dejó querer con muchos saludos, conversaciones y apapachos.

Lo malo, que a los días publicó que había salido positivo al Covid, pero casi dijo que no se preocuparan porque ya les había avisado a todos con los que tuvo contacto. Bueno, a los que conoce, pero los fans que llegaron a saludar. ¿Qué con ellos?

Recordar que a Luis Donaldo hijo lo liga amistad con Alfonso Durazo desde su niñez, y seguro esto obliga al nuevo gobernador sonorense a devolver la cortesía cuanto asuma la Alcaldía de Monterrey.

Aserrín

Los que están en la banca esperando turno al bat son los ex alcaldes que salieron muy mal calificados como Sara Valle, Chayito Quintero y Sergio Pablo Mariscal. Seguramente no sueltan el celular ni para ir al baño en espera de la llamada salvadora. Porque vivir fuera del presupuesto, es vivir no sólo en el error, sino en la congeladora.

A pesar de que muchos municipios se han declarado en quiebra técnica y que no tienen ni para pagar nómina y aguinaldos, las alcaldías siguen siendo una posición codiciada por los políticos, sobre todo las capitales y las grandes metrópolis. Pero deben tener cuidado, porque en algunos lugares hay maleficios en las sillas municipales, que hacen que quienes por ahí se sientan terminen mal.

Hermosillo es un caso de análisis. A pesar de ser la capital del Estado, y que el alcalde en turno tiene recursos para promocionarse, algo tiene porque en no llegan, a veces ni de candidatos. En los últimos tiempos hay ejemplos de ex alcaldes con tropiezos importantes: Javier Gándara (PAN) y Ernesto Gándara (PRI-PAN-PRD) perdieron en las urnas como candidatos a gobernador. Manuel Ignacio “Maloro” Acosta (PRI), pierde cuando busca ser senador. El último caso de Célida López (Morena) que busca reelegirse como alcaldesa y fracasa. La maldición de la silla.

A esto se suma la maldición de las lluvias de verano, que curiosamente se presentan más copiosas en el tercer año de los gobiernos municipales, dejando destrozadas las calles. Y con ello hacen pedazos la imagen de los alcaldes que ya no tienen ni tiempo ni recursos para resolver el problema de los baches. O surgen crisis como la de la Guardería ABC que políticamente destruyó al PRI en el 2009.

En Hermosillo hay otra maldición que por lo general siempre se presenta. Para que lo entiendan, hay que recordar que el Palacio de Gobierno y el Palacio Municipal están separados por un callejón y los une un puente. Pues bien, por lo general para dar muestra de buena relación el alcalde de la capital y el Gobernador en turno se encuentran a la mitad y ahí se saludan, se dan un abrazo o hasta se toman un café. Todo para la foto. Con eso basta para que ambos sean luego víctimas de la maldición y terminen confrontados.

Casos anteriores de confrontación también se presentó con el doctor Samuel Ocaña y la doctora Alicia Arellano cuando era alcaldesa. El mejor, entre Manlio Fabio Beltrones y Guatimoc Iberry, que ni una boleada en la Plaza Zaragoza pudo tumbar la maldición. Casos recientes, Célida López (Morena) y Claudia Pavlovich (PRI). Javier Gándara y Guillermo Padrés, (ambos del PAN), hasta pusieron mesa y se tomaron un café. Al final, el alcalde hermosillense culpó al Gobernador por sus malas políticas.

Curiosa la forma de pensar y actuar de los políticos, porque a pesar de maldiciones como éstas, de que no hay recursos, buscan la silla municipal con alma, vida y corazón. Quién sabe qué embrujo tendrá.

De ida

Dicen que en política no hay sorpresas, sólo sorprendidos. Por lo mismo, la enorme parafernalia del desfile militar frente a Palacio Nacional, con invitado principal al Presidente cubano y en la última fila el embajador americano. Sólo sorprendió a los no iniciados.

El mensaje es claro del presidente López Obrador. Primero, está vendiendo caro su amor a Biden. Manda demostración de poder militar al narco y a la oposición. Con un gobernante cubano apadrinando la parada.

El problema que eso sólo sorprende a los ingenuos, porque al final, y vemos la historia, los que hemos terminado sorprendidos somos los mexicanos y su gobierno.

De vuelta

Se puede decir que vino, vio y contagió. Nos referimos a Luis Donaldo Colosio Riojas, alcalde de Monterrey, sonorense de nacimiento y regiomontano de adopción, quien estuvo en la toma de protesta como gobernador de Alfonso Durazo, en donde se dejó querer con muchos saludos, conversaciones y apapachos.

Lo malo, que a los días publicó que había salido positivo al Covid, pero casi dijo que no se preocuparan porque ya les había avisado a todos con los que tuvo contacto. Bueno, a los que conoce, pero los fans que llegaron a saludar. ¿Qué con ellos?

Recordar que a Luis Donaldo hijo lo liga amistad con Alfonso Durazo desde su niñez, y seguro esto obliga al nuevo gobernador sonorense a devolver la cortesía cuanto asuma la Alcaldía de Monterrey.

Aserrín

Los que están en la banca esperando turno al bat son los ex alcaldes que salieron muy mal calificados como Sara Valle, Chayito Quintero y Sergio Pablo Mariscal. Seguramente no sueltan el celular ni para ir al baño en espera de la llamada salvadora. Porque vivir fuera del presupuesto, es vivir no sólo en el error, sino en la congeladora.