/ lunes 20 de julio de 2020

El serrucho | La rebelión de los médicos

Seguramente algunos de los que lean este texto sabrán de amigos o familiares médicos o relacionados con atención a enfermos de Covid-19 que estén realmente cansados y decepcionados de lo qué está sucediendo.

Y tendrán razón, pues los hospitales, clínicas, consultorios están llenos de contagiados que buscan a los profesionales de la salud para recuperarse.

ACCEDE A NUESTRA EDICIÓN DIGITAL EN UN SOLO LUGAR Y DESDE CUALQUIER DISPOSITIVO ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!

El problema es que esos enfermos, muchos de ellos, muchos no se cuidaron y no han acatado los protocolos establecidos por autoridades. Situación que hace más difícil el trabajo de los que se encuentran en la primera línea, me refiero a los especialistas médicos, a enfermeras, choferes de ambulancias, camilleros y todos los que están intentando salvar vidas a cada momento.

Pero… aquí está el pero, los médicos y todos los que arriesgan su vida a diario están inquietos, algunos aún más están molestos, están indignados con quienes no quieren entender lo delicado de contagiarse.

Están molestos con autoridades que no cumplen con darles lo indispensable para no agarrar ese virus, están molestos con sus centros de trabajo que poco los entienden y ayudan.

Los médicos están mandando un fuerte mensaje de hartazgo, de preocupación y hacen una solicitud de solidaridad, pues no ven que se busque una verdadera salida a esta pandemia con las medidas que las autoridades implementan día a día.

Los médicos saben que muchos de esos enfermos que llegan muriendo a hospitales pudieron haberlo evitado, simplemente con usar un cubrebocas o con marcar una sana distancia, los médicos saben que muchos de los que les piden salvarles la vida no tendrían porqué estar en esa situación.

Los médicos saben que están exponiendo su vida por algunos, y quiero aclarar, por algunos irresponsables que les valió “madres” cuidarse y no se preocuparon por contagiarse y peor aún por contagiar a su familia o amigos.

Es por ello que los médicos mandan un mensaje de advertencia, de seguir así el valemadrismo de muchos mexicanos, ellos y ellas dejarán de atender y de cuidar a miles de pacientes con Covid-19. Para el buen entendedor eso significaría la muerte segura de muchos mexicanos.

Por lo mismo, es tiempo de caminar en el mismo sentido, es tiempo que autoridades apoyen incondicionalmente a esos médicos que se la están rifando y que también exponen su vida y la de su familia.

Es tiempo de que el presidente López Obrador se ponga un cubrebocas para dar un buen ejemplo. Es tiempo de que los mexicanos hagamos lo correcto, si un día nos despertamos viendo a médicos de algún hospital tirando sus indumentarias y saliendo a sus casas, los vamos a cuestionar, pero invariablemente que debemos entenderlos, antes que médicos son padres de familia, son seres humanos que están viviendo esta pandemia desde la línea de fuego y no ven que sus aliados hagan algo por cuidarse y cuidarlos a ellos y ellas, se ven solos y están preocupados por la falta de solidaridad.

Algunos médicos, recalco para no generalizar, algunos médicos nos lo advirtieron, si no hacemos bien las cosas, se van a retirar a sus casas y dejarán los hospitales y los centros de atención Covid. Literalmente los estamos dejando morir solos y no acabamos de entender que la solución a todo esto se encuentra en nosotros, en los ciudadanos, en los mexicanos de carne y hueso que debemos cuidarnos y cuidar a los demás.

Que conste, estamos advertidos, ya nos avisaron lo que puede suceder.

De ida

A partir de este lunes 20 de julio, Sonora tiene la luz del semáforo que maneja la Federación en color naranja.

Esto no significa que podemos hacer y deshacer lo que queramos, tampoco significa olvidarse de los protocolos y de salir a la calle con confianza. No, es simplemente un cambio de luz de un semáforo que maneja el doctor Lopez Gatell.

Entiendo que el tema económico y de sobrevivencia es esencial, pero no debemos caer en la falsa expectativa de que “estamos bien”.

Y no lo estaremos mientras los hospitales estén a reventar por hombres y mujeres que hacen todo por sobrevivir, no mientras veamos un número enorme de sonorenses olvidarse de lo básico para no contagiarse, no mientras los médicos y todo el Sector Salud trabajen día y noche y no se den abasto.

El problema no es un color, el problema es la actitud.

De vuelta

Y para muestra un botón, el doctor Marco Serrato, director del Hospital General del Estado hoy convertido en Hospital Covid, señala en su cuenta de Twitter “Entre mala y pésima decisión. Los hospitales tenemos otros datos” todo ello en relación a cambiar el semáforo de rojo a naranja.

Dice el doctor Serrato que no es tiempo de bajar la guardia, aún hay muchos hospitales llenos, no cometamos errores como nuestro vecino Arizona.

Al buen entendedor pocas palabras, definitivamente que el doctor Serrato sabe lo que hace y lo que dice, bajar la guardia es subir los muertos.

Aserrín

Por cierto, qué importante reconocer por nombre y apellido a esos héroes y heroínas que se la rifan a diario dentro de los centros Covid y que ni siquiera conocemos sus rostros pues lo cubren para no contagiarse, a ellos y ellas nuestra gratitud y reconocimiento. A ellos y ellas muchas gracias por todo lo que hacen.

Seguramente algunos de los que lean este texto sabrán de amigos o familiares médicos o relacionados con atención a enfermos de Covid-19 que estén realmente cansados y decepcionados de lo qué está sucediendo.

Y tendrán razón, pues los hospitales, clínicas, consultorios están llenos de contagiados que buscan a los profesionales de la salud para recuperarse.

ACCEDE A NUESTRA EDICIÓN DIGITAL EN UN SOLO LUGAR Y DESDE CUALQUIER DISPOSITIVO ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!

El problema es que esos enfermos, muchos de ellos, muchos no se cuidaron y no han acatado los protocolos establecidos por autoridades. Situación que hace más difícil el trabajo de los que se encuentran en la primera línea, me refiero a los especialistas médicos, a enfermeras, choferes de ambulancias, camilleros y todos los que están intentando salvar vidas a cada momento.

Pero… aquí está el pero, los médicos y todos los que arriesgan su vida a diario están inquietos, algunos aún más están molestos, están indignados con quienes no quieren entender lo delicado de contagiarse.

Están molestos con autoridades que no cumplen con darles lo indispensable para no agarrar ese virus, están molestos con sus centros de trabajo que poco los entienden y ayudan.

Los médicos están mandando un fuerte mensaje de hartazgo, de preocupación y hacen una solicitud de solidaridad, pues no ven que se busque una verdadera salida a esta pandemia con las medidas que las autoridades implementan día a día.

Los médicos saben que muchos de esos enfermos que llegan muriendo a hospitales pudieron haberlo evitado, simplemente con usar un cubrebocas o con marcar una sana distancia, los médicos saben que muchos de los que les piden salvarles la vida no tendrían porqué estar en esa situación.

Los médicos saben que están exponiendo su vida por algunos, y quiero aclarar, por algunos irresponsables que les valió “madres” cuidarse y no se preocuparon por contagiarse y peor aún por contagiar a su familia o amigos.

Es por ello que los médicos mandan un mensaje de advertencia, de seguir así el valemadrismo de muchos mexicanos, ellos y ellas dejarán de atender y de cuidar a miles de pacientes con Covid-19. Para el buen entendedor eso significaría la muerte segura de muchos mexicanos.

Por lo mismo, es tiempo de caminar en el mismo sentido, es tiempo que autoridades apoyen incondicionalmente a esos médicos que se la están rifando y que también exponen su vida y la de su familia.

Es tiempo de que el presidente López Obrador se ponga un cubrebocas para dar un buen ejemplo. Es tiempo de que los mexicanos hagamos lo correcto, si un día nos despertamos viendo a médicos de algún hospital tirando sus indumentarias y saliendo a sus casas, los vamos a cuestionar, pero invariablemente que debemos entenderlos, antes que médicos son padres de familia, son seres humanos que están viviendo esta pandemia desde la línea de fuego y no ven que sus aliados hagan algo por cuidarse y cuidarlos a ellos y ellas, se ven solos y están preocupados por la falta de solidaridad.

Algunos médicos, recalco para no generalizar, algunos médicos nos lo advirtieron, si no hacemos bien las cosas, se van a retirar a sus casas y dejarán los hospitales y los centros de atención Covid. Literalmente los estamos dejando morir solos y no acabamos de entender que la solución a todo esto se encuentra en nosotros, en los ciudadanos, en los mexicanos de carne y hueso que debemos cuidarnos y cuidar a los demás.

Que conste, estamos advertidos, ya nos avisaron lo que puede suceder.

De ida

A partir de este lunes 20 de julio, Sonora tiene la luz del semáforo que maneja la Federación en color naranja.

Esto no significa que podemos hacer y deshacer lo que queramos, tampoco significa olvidarse de los protocolos y de salir a la calle con confianza. No, es simplemente un cambio de luz de un semáforo que maneja el doctor Lopez Gatell.

Entiendo que el tema económico y de sobrevivencia es esencial, pero no debemos caer en la falsa expectativa de que “estamos bien”.

Y no lo estaremos mientras los hospitales estén a reventar por hombres y mujeres que hacen todo por sobrevivir, no mientras veamos un número enorme de sonorenses olvidarse de lo básico para no contagiarse, no mientras los médicos y todo el Sector Salud trabajen día y noche y no se den abasto.

El problema no es un color, el problema es la actitud.

De vuelta

Y para muestra un botón, el doctor Marco Serrato, director del Hospital General del Estado hoy convertido en Hospital Covid, señala en su cuenta de Twitter “Entre mala y pésima decisión. Los hospitales tenemos otros datos” todo ello en relación a cambiar el semáforo de rojo a naranja.

Dice el doctor Serrato que no es tiempo de bajar la guardia, aún hay muchos hospitales llenos, no cometamos errores como nuestro vecino Arizona.

Al buen entendedor pocas palabras, definitivamente que el doctor Serrato sabe lo que hace y lo que dice, bajar la guardia es subir los muertos.

Aserrín

Por cierto, qué importante reconocer por nombre y apellido a esos héroes y heroínas que se la rifan a diario dentro de los centros Covid y que ni siquiera conocemos sus rostros pues lo cubren para no contagiarse, a ellos y ellas nuestra gratitud y reconocimiento. A ellos y ellas muchas gracias por todo lo que hacen.