/ lunes 30 de marzo de 2020

El serrucho | Un Presidente sin pueblo

La mañanera del pasado viernes dejó muy claro una cosa, hemos perdido al presidente López Obrador. Y a su vez él ha perdido a muchos mexicanos que votaron y creyeron en él.

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No se puede entender que cuando estamos con el agua al cuello, cuando la pandemia del coronavirus comienza a tomar fuerza en nuestro país y cuando la economía está tocando piso, el tema central de esa mañanera sean los resultados del accidente en donde perdieron la vida la Gobernadora de Puebla y su esposo. Accidente que sucedió hace 15 meses.

Algunos lo interpretaron como una broma de mal gusto, otros como la forma más burda de vernos la cara de tontos a los mexicanos.

Tampoco se puede comprender que en esa mañanera el señor López Obrador como lo hacía Don Quijote de la Mancha se pelee con molinos de viento a quienes confundió con gigantes, en este caso con supuestos conservadores que solo él los ve en su imaginación.

No suspende sus giras y sigue viajando y pide que no vayan al aeropuerto a recibirlo, que no vayan a donde se encuentre, si alguien lo hace son conservadores que le mandan sus adversarios.

Desestimando a cualquier mexicano que pretenda saludarle, solicitarle cualquier cosa, reclamarle alguna de sus promesas incumplidas. O simplemente el derecho que se tiene de cuestionar cualquier decisión política.

Algo realmente patético de una mente que preocupa, una mente que engaña a quienes todavía creen en él o a quienes reciben algún beneficio directo en sus programas sociales, sólo a ellos, a quienes tienen algún interés de por medio.

Aprovechando el “raite” culpa a los medios de comunicación que se atreven a señalar alguna de sus inconsistencias o de sus errores. Los tacha de enemigos, esto es, que nadie puede expresar algún comentario negativo de sus acciones o de sus locuras como cada quien pretenda señalarlo.

Así las cosas, México pierde rumbo y el Presidente pierde puntos en las encuestas, muchas de las cuales durante meses o años le daban excelentes calificaciones, ahora esas mismas lo reprueban.

Es momento de que sus allegados y allegadas le comiencen a abrir los ojos, pues se va a quedar solo, buena parte de los que él llama el pueblo bueno está preocupado por sus declaraciones y porque no se concentra en los verdaderos temas y problemas.

El Presidente quisiera que los mexicanos estemos preocupados por otras cosas, menos por lo que le compete a su responsabilidad.

Es momento de decirle lo que sucede y lo que pensamos, si nos quedamos callados le estaríamos haciendo daño a México, por eso es tiempo de hablar, no importa lo que digan y mucho menos lo que agredan, lo importante es salvar a nuestro país.

Hoy día, el problema no es sólo político o de economía, tampoco de credibilidad y de encuestas, hoy día el problema es salvar vidas, muchas, pero muchas vidas.

Es un hecho, López Obrador se está quedando solo, se está quedando sin su pueblo bueno.

De ida

Quiero pensar que muchos lo saben, otros no, esta semana será muy difícil para muchos mexicanos, de un día para otro los afectados con el coronavirus se darán o nos daremos cuenta de ello, también se sabe que los hospitales serán insuficientes para atender la demanda.

Somos un país con muchas carencias y con múltiples problemas, todo se presentará al mismo tiempo.

Por lo mismo, debemos cuidarnos, los que podemos debemos hacerlo, entiendo que muchos no se pueden detener, pero sí se pueden cuidar.

De vuelta

No estoy de acuerdo en que los trabajadores de la construcción detengan sus actividades.

Un albañil o un maestro de obra requiere y le urge trabajar. Una semana sin recibir un pago será suficiente para no comer.

Entiendo que gobiernos como el de Sonora otorgarán despensas a miles de familias humildes, pero debe decirlo eso no será suficiente. Se deben de tener protocolos, reiteró, protocolos de trabajo bien establecidos y respetarlos, quien no se muera del coronavirus se puede morir de hambre y eso lo tenemos que entender todos y todas.

Aserrín

Mal le fue a Ricardo Salinas Pliego en las redes sociales por su discurso pro AMLO, aunque dicen los que saben que le fue muy bien en sus finanzas del sector oficial. Así que una por otras…

La mañanera del pasado viernes dejó muy claro una cosa, hemos perdido al presidente López Obrador. Y a su vez él ha perdido a muchos mexicanos que votaron y creyeron en él.

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No se puede entender que cuando estamos con el agua al cuello, cuando la pandemia del coronavirus comienza a tomar fuerza en nuestro país y cuando la economía está tocando piso, el tema central de esa mañanera sean los resultados del accidente en donde perdieron la vida la Gobernadora de Puebla y su esposo. Accidente que sucedió hace 15 meses.

Algunos lo interpretaron como una broma de mal gusto, otros como la forma más burda de vernos la cara de tontos a los mexicanos.

Tampoco se puede comprender que en esa mañanera el señor López Obrador como lo hacía Don Quijote de la Mancha se pelee con molinos de viento a quienes confundió con gigantes, en este caso con supuestos conservadores que solo él los ve en su imaginación.

No suspende sus giras y sigue viajando y pide que no vayan al aeropuerto a recibirlo, que no vayan a donde se encuentre, si alguien lo hace son conservadores que le mandan sus adversarios.

Desestimando a cualquier mexicano que pretenda saludarle, solicitarle cualquier cosa, reclamarle alguna de sus promesas incumplidas. O simplemente el derecho que se tiene de cuestionar cualquier decisión política.

Algo realmente patético de una mente que preocupa, una mente que engaña a quienes todavía creen en él o a quienes reciben algún beneficio directo en sus programas sociales, sólo a ellos, a quienes tienen algún interés de por medio.

Aprovechando el “raite” culpa a los medios de comunicación que se atreven a señalar alguna de sus inconsistencias o de sus errores. Los tacha de enemigos, esto es, que nadie puede expresar algún comentario negativo de sus acciones o de sus locuras como cada quien pretenda señalarlo.

Así las cosas, México pierde rumbo y el Presidente pierde puntos en las encuestas, muchas de las cuales durante meses o años le daban excelentes calificaciones, ahora esas mismas lo reprueban.

Es momento de que sus allegados y allegadas le comiencen a abrir los ojos, pues se va a quedar solo, buena parte de los que él llama el pueblo bueno está preocupado por sus declaraciones y porque no se concentra en los verdaderos temas y problemas.

El Presidente quisiera que los mexicanos estemos preocupados por otras cosas, menos por lo que le compete a su responsabilidad.

Es momento de decirle lo que sucede y lo que pensamos, si nos quedamos callados le estaríamos haciendo daño a México, por eso es tiempo de hablar, no importa lo que digan y mucho menos lo que agredan, lo importante es salvar a nuestro país.

Hoy día, el problema no es sólo político o de economía, tampoco de credibilidad y de encuestas, hoy día el problema es salvar vidas, muchas, pero muchas vidas.

Es un hecho, López Obrador se está quedando solo, se está quedando sin su pueblo bueno.

De ida

Quiero pensar que muchos lo saben, otros no, esta semana será muy difícil para muchos mexicanos, de un día para otro los afectados con el coronavirus se darán o nos daremos cuenta de ello, también se sabe que los hospitales serán insuficientes para atender la demanda.

Somos un país con muchas carencias y con múltiples problemas, todo se presentará al mismo tiempo.

Por lo mismo, debemos cuidarnos, los que podemos debemos hacerlo, entiendo que muchos no se pueden detener, pero sí se pueden cuidar.

De vuelta

No estoy de acuerdo en que los trabajadores de la construcción detengan sus actividades.

Un albañil o un maestro de obra requiere y le urge trabajar. Una semana sin recibir un pago será suficiente para no comer.

Entiendo que gobiernos como el de Sonora otorgarán despensas a miles de familias humildes, pero debe decirlo eso no será suficiente. Se deben de tener protocolos, reiteró, protocolos de trabajo bien establecidos y respetarlos, quien no se muera del coronavirus se puede morir de hambre y eso lo tenemos que entender todos y todas.

Aserrín

Mal le fue a Ricardo Salinas Pliego en las redes sociales por su discurso pro AMLO, aunque dicen los que saben que le fue muy bien en sus finanzas del sector oficial. Así que una por otras…