/ sábado 5 de enero de 2019

Éxito es tu responsabilidad | ¿Realmente deseas mejorar tu negocio?

Una cosa es desear prosperidad y otra es ser diligente para obtenerla.

Un negocio puede necesitar muchas cosas, pero la principal que veo que muchos no le brindan la atención necesaria son los presupuestos.

He hablado con dueños de empresas que venden millones y cuando les pregunto ¿Cuántos son sus costos operativos mensuales? No saben decir con una exactitud, o los que me dan una cifra, es general no es un costo operativo por departamento o por servicio, o incluso por turnos.

Es importante medir esto porque puedes tener equipos que gasten más que otros y si no tienes la información completa y correcta no sabrás a quién reprender, a quien capacitar o a quién brindar un reconocimiento.

Te daré un rápido ejemplo de un cliente quien al momento de contratarme no medía ni analizaba sus costos para crear su plan de negocio ni de liderazgo y se molestaba o regañaba por parejo a todos los empleados por desperdiciar, maltratar equipo o cuando él veía que sus costos aumentaban en general mes tras mes.

Como consultor y entrenador de mejora continua no me contratan para decir las cosas “bonitas”, me contratan para hacer que las cosas queden “bonitas” y eso en muchas ocasiones requiere conversaciones muy incómodas para la persona que me contrató. Porque en este caso que te menciono tuve que decirle al señor que sus empleados no tienen la culpa de malgastar si nunca se les enseñó correctamente a realizar las actividades, porque muchos enseñan, pero no saben enseñar, no confirman lo que enseñaron y no supervisan. Tampoco tienen la culpa todos los del equipo y al regañar o llamar la atención incluso algo suave como brindar retroalimentación (que muchos no saben cómo realizar tampoco) por no hacerlo con las personas indicadas, ellas continuarán realizando los errores, que te causarán perdidas monetarias, causarán molestias con clientes internos y externos y por tu comportamiento incorrecto para atender la raíz del problema y los efectos causados por ese problema provocarán un mal ambiente de trabajo. Y si a ti no te importa cómo se sienten tus empleados, si aclamas que no eres una persona “sentimental” y sólo eres fría y calculadora y eso te ayuda a ser un gran empresario entonces sólo te diré algo que has olvidado o quizá nunca lo aprendiste: Concuerdo que los sentimientos no pagan las cuentas, pero los sentimientos afectan las acciones y eso afecta los resultados. Y a todos nos pagan por resultados. Por eso es más importante cómo hacer las cosas, porque si sabes qué debes de hacer, pero no lo haces correctamente no vas a lograr el resultado que deseas o necesitas y eso es dentro y fuera de los negocios.

Necesitas aprender a organizar, dirigir, capacitar, supervisar, ordenar, retroalimentar, reprender, y felicitar.

Y otro punto que veo es que en sus presupuestos les hace falta muchas cosas por considerar, así como servicios de mantenimiento y preventivos entre otras cosas.

He conocido personas desorganizadas y descuidadas quienes prefieren reaccionar a un imprevisto que les costará tiempo, dinero, y un disgusto en lugar de anticipar y prevenir. Y la verdad dime ¿De qué sirve tu experiencia si no puedes hacer eso?

No seas de los que se espera hasta se descomponga algo para darle el servicio necesario, así como no esperes a que tú estés enfermo para comer y ejercitar o no esperes a estar quebrado para cuidar tu dinero.

Y por supuesto que no esperes a que tu negocio esté con baja productividad, mal servicio y pésima reputación para arreglarlo porque siempre hay un nivel superior al que estás. Y aunque seas el #1 recuerda que en los negocios y en el amor siempre habrá alguien en segundo lugar peleando por ser el primero y el segundo que descuides algo, es el momento que otros podrán ganarte.

Una cosa es desear prosperidad y otra es ser diligente para obtenerla.

Entonces si tu negocio y los libros de tu negocio no están presentables y no demuestran claramente una ganancia, y más importante un control y crecimiento, enfócate a cuidar tu negocio como si lo fueras a vender y verás lo que crecerá.

Una cosa es desear prosperidad y otra es ser diligente para obtenerla.

Un negocio puede necesitar muchas cosas, pero la principal que veo que muchos no le brindan la atención necesaria son los presupuestos.

He hablado con dueños de empresas que venden millones y cuando les pregunto ¿Cuántos son sus costos operativos mensuales? No saben decir con una exactitud, o los que me dan una cifra, es general no es un costo operativo por departamento o por servicio, o incluso por turnos.

Es importante medir esto porque puedes tener equipos que gasten más que otros y si no tienes la información completa y correcta no sabrás a quién reprender, a quien capacitar o a quién brindar un reconocimiento.

Te daré un rápido ejemplo de un cliente quien al momento de contratarme no medía ni analizaba sus costos para crear su plan de negocio ni de liderazgo y se molestaba o regañaba por parejo a todos los empleados por desperdiciar, maltratar equipo o cuando él veía que sus costos aumentaban en general mes tras mes.

Como consultor y entrenador de mejora continua no me contratan para decir las cosas “bonitas”, me contratan para hacer que las cosas queden “bonitas” y eso en muchas ocasiones requiere conversaciones muy incómodas para la persona que me contrató. Porque en este caso que te menciono tuve que decirle al señor que sus empleados no tienen la culpa de malgastar si nunca se les enseñó correctamente a realizar las actividades, porque muchos enseñan, pero no saben enseñar, no confirman lo que enseñaron y no supervisan. Tampoco tienen la culpa todos los del equipo y al regañar o llamar la atención incluso algo suave como brindar retroalimentación (que muchos no saben cómo realizar tampoco) por no hacerlo con las personas indicadas, ellas continuarán realizando los errores, que te causarán perdidas monetarias, causarán molestias con clientes internos y externos y por tu comportamiento incorrecto para atender la raíz del problema y los efectos causados por ese problema provocarán un mal ambiente de trabajo. Y si a ti no te importa cómo se sienten tus empleados, si aclamas que no eres una persona “sentimental” y sólo eres fría y calculadora y eso te ayuda a ser un gran empresario entonces sólo te diré algo que has olvidado o quizá nunca lo aprendiste: Concuerdo que los sentimientos no pagan las cuentas, pero los sentimientos afectan las acciones y eso afecta los resultados. Y a todos nos pagan por resultados. Por eso es más importante cómo hacer las cosas, porque si sabes qué debes de hacer, pero no lo haces correctamente no vas a lograr el resultado que deseas o necesitas y eso es dentro y fuera de los negocios.

Necesitas aprender a organizar, dirigir, capacitar, supervisar, ordenar, retroalimentar, reprender, y felicitar.

Y otro punto que veo es que en sus presupuestos les hace falta muchas cosas por considerar, así como servicios de mantenimiento y preventivos entre otras cosas.

He conocido personas desorganizadas y descuidadas quienes prefieren reaccionar a un imprevisto que les costará tiempo, dinero, y un disgusto en lugar de anticipar y prevenir. Y la verdad dime ¿De qué sirve tu experiencia si no puedes hacer eso?

No seas de los que se espera hasta se descomponga algo para darle el servicio necesario, así como no esperes a que tú estés enfermo para comer y ejercitar o no esperes a estar quebrado para cuidar tu dinero.

Y por supuesto que no esperes a que tu negocio esté con baja productividad, mal servicio y pésima reputación para arreglarlo porque siempre hay un nivel superior al que estás. Y aunque seas el #1 recuerda que en los negocios y en el amor siempre habrá alguien en segundo lugar peleando por ser el primero y el segundo que descuides algo, es el momento que otros podrán ganarte.

Una cosa es desear prosperidad y otra es ser diligente para obtenerla.

Entonces si tu negocio y los libros de tu negocio no están presentables y no demuestran claramente una ganancia, y más importante un control y crecimiento, enfócate a cuidar tu negocio como si lo fueras a vender y verás lo que crecerá.