/ jueves 5 de septiembre de 2019

Éxito es tu responsabilidad | Tu conducta determinará tu pérdida o tu prosperidad

“Por la falta de un clavo fue que la herradura se perdió. Por la falta de una herradura fue que el caballo se perdió. Por la falta de un caballo fue que el caballero se perdió. Por la falta de un caballero fue que la batalla se perdió. Y así como la batalla, fue que un reino se perdió. Y todo porque fue un clavo lo que faltó”. Ese fue un poema de George Herbert en 1640.

Lo menciono para que vean cómo una pequeña e insignificante acción es capaz de alterar el presente y el futuro. Es como un efecto mariposa y muchas personas por falta de perspectiva o por negarse a ver lo negativo y objetivo de las cosas y situaciones se ciegan y ponen en riesgo todo su reino o toda su organización.

En otra de mis columnas les dije que si no me podían decir sus ingresos y ganancias por hora, si no podían brindar información específica de los seis puntos clave de segmentación de su mercado, de sus productos y servicios o información de sus empleados les dije que no estaban haciendo bien su trabajo.

Para algunos estar informado de todo es innecesario por considerar algunas cosas insignificantes, y es cuando cometen el error de intentar solucionar algo buscando el cómo, sin conocer el qué.

No busques cómo motivar a tu equipo, si careces de información sobre qué afecta a tu equipo. No busques cómo incrementar tu productividad y servicio al cliente si no sabes qué los afecta. Entre más mejores tus cimientos, más alto podrás crecer, pero sin buenas bases serás fácil de derrumbar.

¿Sabes que es un pequeño clavo que muchos pasan por alto, pero les termina costando millones? Es dar un buen ejemplo.

El ejemplo no es lo principal que influye en los demás, es lo único. Claro, sólo porque una persona hace algo no significa que otra hará lo mismo, pero cuando eres el líder de tu comunidad, de tu organización o de tu empresa y realizas malas prácticas, estás brindando una aceptación de ese mal comportamiento.

Y sé que hay muchos de ustedes que pueden estar pensando ahorita, “yo no hago nada malo”, pero hay una probabilidad que si haces algo malo, sólo que no tienes una persona que te lo diga.

La semana pasada estaba en una organización y varios de sus líderes estaban conversando de una manera que describirla como rústica no es suficiente, pero tuve la oportunidad de interactuar con diferentes niveles de jerarquía, y cuando buscas algo lo encuentras, y así fue, noté un servicio al cliente interno inadecuado para una organización que busca prosperar en altos niveles. Después de unos minutos de escuchar como hablaban, pregunté que si era normal que fueran tan vulgar cuando tienen visitas, y en lugar de disculparse me vieron como si yo fuera el raro y ellos se incomodaron.

Hoy no les brindaré ejercicios para mejorar su productividad o mejorar su manejo de equipos, pero sí les diré esto. La imagen es algo muy frágil, y cuando permiten comportamientos incongruentes a su filosofía de trabajo o al prestigio de la organización afecta la moral de sus equipos y la percepción de sus clientes para la calidad que entregan. Y por la falta de buena conducta será que tu imperio se perderá.

Tu organización es lo que tú soportas; eleva sus estándares.

Soy Luis Marino, entrenador de mejora continua.

“Por la falta de un clavo fue que la herradura se perdió. Por la falta de una herradura fue que el caballo se perdió. Por la falta de un caballo fue que el caballero se perdió. Por la falta de un caballero fue que la batalla se perdió. Y así como la batalla, fue que un reino se perdió. Y todo porque fue un clavo lo que faltó”. Ese fue un poema de George Herbert en 1640.

Lo menciono para que vean cómo una pequeña e insignificante acción es capaz de alterar el presente y el futuro. Es como un efecto mariposa y muchas personas por falta de perspectiva o por negarse a ver lo negativo y objetivo de las cosas y situaciones se ciegan y ponen en riesgo todo su reino o toda su organización.

En otra de mis columnas les dije que si no me podían decir sus ingresos y ganancias por hora, si no podían brindar información específica de los seis puntos clave de segmentación de su mercado, de sus productos y servicios o información de sus empleados les dije que no estaban haciendo bien su trabajo.

Para algunos estar informado de todo es innecesario por considerar algunas cosas insignificantes, y es cuando cometen el error de intentar solucionar algo buscando el cómo, sin conocer el qué.

No busques cómo motivar a tu equipo, si careces de información sobre qué afecta a tu equipo. No busques cómo incrementar tu productividad y servicio al cliente si no sabes qué los afecta. Entre más mejores tus cimientos, más alto podrás crecer, pero sin buenas bases serás fácil de derrumbar.

¿Sabes que es un pequeño clavo que muchos pasan por alto, pero les termina costando millones? Es dar un buen ejemplo.

El ejemplo no es lo principal que influye en los demás, es lo único. Claro, sólo porque una persona hace algo no significa que otra hará lo mismo, pero cuando eres el líder de tu comunidad, de tu organización o de tu empresa y realizas malas prácticas, estás brindando una aceptación de ese mal comportamiento.

Y sé que hay muchos de ustedes que pueden estar pensando ahorita, “yo no hago nada malo”, pero hay una probabilidad que si haces algo malo, sólo que no tienes una persona que te lo diga.

La semana pasada estaba en una organización y varios de sus líderes estaban conversando de una manera que describirla como rústica no es suficiente, pero tuve la oportunidad de interactuar con diferentes niveles de jerarquía, y cuando buscas algo lo encuentras, y así fue, noté un servicio al cliente interno inadecuado para una organización que busca prosperar en altos niveles. Después de unos minutos de escuchar como hablaban, pregunté que si era normal que fueran tan vulgar cuando tienen visitas, y en lugar de disculparse me vieron como si yo fuera el raro y ellos se incomodaron.

Hoy no les brindaré ejercicios para mejorar su productividad o mejorar su manejo de equipos, pero sí les diré esto. La imagen es algo muy frágil, y cuando permiten comportamientos incongruentes a su filosofía de trabajo o al prestigio de la organización afecta la moral de sus equipos y la percepción de sus clientes para la calidad que entregan. Y por la falta de buena conducta será que tu imperio se perderá.

Tu organización es lo que tú soportas; eleva sus estándares.

Soy Luis Marino, entrenador de mejora continua.