/ miércoles 23 de diciembre de 2020

Diálogo | 2021

El 2021 no será el fin del Covid-19 aún con vacuna, y partiendo de ahí, todo lo demás. En México la recesión económica que le antecedió a la pandemia se profundiza cada vez más; y en medio tendrá lugar el proceso electoral más grande en la historia del país, más de 21 mil cargos de elección y 95 millones de electores.

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Enero será el umbral de los casi 2 millones de muertos en el mundo por Covid-19 y poco o nada faltará para los 120 mil fallecimientos en México; la posibilidad de aplicar la vacuna no será tampoco la solución inmediata para volver a la normalidad, es una esperanza que depende en gran medida de la capacidad logística, de coordinación y transparencia para su distribución.

Tan es así que la ONU advirtió esta semana que el 2021 será el año de la peor crisis humanitaria a nivel mundial a consecuencia de la pandemia y adelantó que en estos primeros meses de la emergencia sanitaria han aumentado en un 40% las personas que requieren ayuda humanitaria, pues la hambruna está llamando a la puerta de una docena de países.

La vuelta a la vida normal nadie sabe si sucederá en algún momento, pero al menos no será hasta que la totalidad de la población mundial sea vacunada y está claro que eso no sucederá antes de un año. A ello hay que sumar que alcanzar esta cobertura es otro gran reto no sólo en lo económico, pues la desconfianza ante este procedimiento priva cada vez más entre las personas.

Por ello científicos y especialistas han recomendado no volver una obligatoriedad la aplicación de la vacuna contra Covid-19, pues hacerlo sólo incrementaría la desconfianza y la resistencia, de modo que la estrategia va más encaminada a provocar la necesidad de estar vacunado. Por ejemplo, algunas aerolíneas ya prevén condicionar sus servicios a que sus pasajeros estén vacunados.

Y en medio de todo esto en México se atraviesa el año del proceso electoral más grande en la historia democrática del país, donde además de enfrentar el gasto que la atención de la pandemia demanda, se deben derogar los recursos necesarios para llevar a cabo los comicios en donde se elegirá a 500 diputados federales, 15 gubernaturas, mil 63 diputados locales y mil 926 alcaldes con sus planillas y regidores.

Este proceso deberá llevarse a cabo en circunstancias especiales puesto que el distanciamiento social y los riesgos de contagio deben considerarse en los protocolos de votación.

Y políticamente hablando también serán circunstancias muy especiales pues por primera vez en la historia de México los partidos más grandes de oposición han conformado una alianza electoral para enfrentar al actual gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y su partido en la búsqueda de equilibrios.

El 2021 será pues un año en el que habremos de enfrentar adversidad y dificultades cruzadas de las que sólo saldremos con éxito si cada quien asume su parte.

Científicos, analistas y especialistas concluyen que el éxito o fracaso del 2021 en el tratamiento de la pandemia y la economía de los países dependerá de diversos factores revalorados con la experiencia de este 2020 en acciones muy específicas como: medidas preventivas que la población adopte durante los cambios de clima; la gestión gubernamental en cuanto a recursos humanos, financieros y de infraestructura; distanciamiento social y administración de la actividad económica ‘mínima suficiente’.

El 2021 será otro año más con cubrebocas, lavado de manos, distanciamiento social y limitación de actividades no indispensables, pero además deberemos ejercer nuestro derecho al voto y con independencia que una vacuna representa una posibilidad de esperanza, mientras la ciencia hace lo suyo, cada ciudadano debe hacer lo propio.

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La mayor certeza que podemos tener a futuro en México estará en las urnas, porque con o sin pandemia, con o sin vacuna este país requiere decisiones urgentes que equilibren el actuar de un gobierno errático, especialmente en momentos de emergencia como los que vivimos.

El 2021 no será el fin del Covid-19 aún con vacuna, y partiendo de ahí, todo lo demás. En México la recesión económica que le antecedió a la pandemia se profundiza cada vez más; y en medio tendrá lugar el proceso electoral más grande en la historia del país, más de 21 mil cargos de elección y 95 millones de electores.

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Enero será el umbral de los casi 2 millones de muertos en el mundo por Covid-19 y poco o nada faltará para los 120 mil fallecimientos en México; la posibilidad de aplicar la vacuna no será tampoco la solución inmediata para volver a la normalidad, es una esperanza que depende en gran medida de la capacidad logística, de coordinación y transparencia para su distribución.

Tan es así que la ONU advirtió esta semana que el 2021 será el año de la peor crisis humanitaria a nivel mundial a consecuencia de la pandemia y adelantó que en estos primeros meses de la emergencia sanitaria han aumentado en un 40% las personas que requieren ayuda humanitaria, pues la hambruna está llamando a la puerta de una docena de países.

La vuelta a la vida normal nadie sabe si sucederá en algún momento, pero al menos no será hasta que la totalidad de la población mundial sea vacunada y está claro que eso no sucederá antes de un año. A ello hay que sumar que alcanzar esta cobertura es otro gran reto no sólo en lo económico, pues la desconfianza ante este procedimiento priva cada vez más entre las personas.

Por ello científicos y especialistas han recomendado no volver una obligatoriedad la aplicación de la vacuna contra Covid-19, pues hacerlo sólo incrementaría la desconfianza y la resistencia, de modo que la estrategia va más encaminada a provocar la necesidad de estar vacunado. Por ejemplo, algunas aerolíneas ya prevén condicionar sus servicios a que sus pasajeros estén vacunados.

Y en medio de todo esto en México se atraviesa el año del proceso electoral más grande en la historia democrática del país, donde además de enfrentar el gasto que la atención de la pandemia demanda, se deben derogar los recursos necesarios para llevar a cabo los comicios en donde se elegirá a 500 diputados federales, 15 gubernaturas, mil 63 diputados locales y mil 926 alcaldes con sus planillas y regidores.

Este proceso deberá llevarse a cabo en circunstancias especiales puesto que el distanciamiento social y los riesgos de contagio deben considerarse en los protocolos de votación.

Y políticamente hablando también serán circunstancias muy especiales pues por primera vez en la historia de México los partidos más grandes de oposición han conformado una alianza electoral para enfrentar al actual gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y su partido en la búsqueda de equilibrios.

El 2021 será pues un año en el que habremos de enfrentar adversidad y dificultades cruzadas de las que sólo saldremos con éxito si cada quien asume su parte.

Científicos, analistas y especialistas concluyen que el éxito o fracaso del 2021 en el tratamiento de la pandemia y la economía de los países dependerá de diversos factores revalorados con la experiencia de este 2020 en acciones muy específicas como: medidas preventivas que la población adopte durante los cambios de clima; la gestión gubernamental en cuanto a recursos humanos, financieros y de infraestructura; distanciamiento social y administración de la actividad económica ‘mínima suficiente’.

El 2021 será otro año más con cubrebocas, lavado de manos, distanciamiento social y limitación de actividades no indispensables, pero además deberemos ejercer nuestro derecho al voto y con independencia que una vacuna representa una posibilidad de esperanza, mientras la ciencia hace lo suyo, cada ciudadano debe hacer lo propio.

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La mayor certeza que podemos tener a futuro en México estará en las urnas, porque con o sin pandemia, con o sin vacuna este país requiere decisiones urgentes que equilibren el actuar de un gobierno errático, especialmente en momentos de emergencia como los que vivimos.