/ viernes 4 de junio de 2021

La crítica | El Conjuro 3: El diablo me obligó a hacerlo

Un cinta que no logra superar a sus antecesoras, pero es superior a muchas de su género.

Cuando se estrena El Conjuro en el 2013 nunca imaginamos estar frente a todo un universo cinematográfico de películas de terror, el director James Wan tuvo el acierto de contarnos las historias de posesión demoníaca que Ed y Lorraine Warren vivieron en su época profesional, fue tanto el éxito que llegaron a realizar spin-offs como Annabelle o La Monja para formar toda una saga de cintas, unas mejores que otras, pero todas taquilleras. Después de varios retrasos debido a la pandemia llega El Conjuro 3 para completar la trilogía original de Los Warren.

En esta ocasión toma el puesto de director Michael Chaves, quien ya realizó La maldición de la Llorona que para mi gusto es la peor cinta de la saga, pero en esta ocasión me sorprende y logra orquestar una historia con buen ritmo que te mantiene pegado a la butaca, y lo mejor de todo es que sí te asusta, algo que las últimas cintas del género de terror no estaban logrando en mí. El conjuro 3 tiene varios momentos en que te hace gritar o brincar al utilizar varios trucos con la combinación de efectos sonoros, música y planos cinematográficos.

El conjuro 3: el diablo me obligó a hacerlo inicia con una secuencia de un exorcismo a un niño que se encuentra bajo posesión demoníaca, las imágenes llegan a impactar al espectador por los movimientos contorsionistas del personaje infantil y el buen trabajo de maquillaje, este inicio nos deja la base para el desarrollo de la historia.

Para hacer una división de la secuencia inicial nos presentan la leyenda de que la película está basada en hechos reales, y nos remontan a una secuencia de asesinato en la que conocemos a un hombre que es encarcelado y llevado a juicio, pero los Warren se sienten obligados a ayudarlo para probar que el asesinato que cometió fue por culpa de una posesión demoníaca, algo que para 1981 no se había utilizado como defensa en Estados Unidos.

Para lograrlo Lorraine (Vera Farmiga) y Ed (Patrick Wilson) investigan para encontrar pistas y descubrir qué pasó realmente y de esa manera ayudar.

Una vez más Vera Farmiga y Patrick Wilson nos demuestran su gran trabajo en equipo en pantalla y a pesar de ser una cinta de terror nos presentan a una pareja muy romántica, en esta ocasión Farmiga roba más tiempo en escena y su personaje de Lorraine se desarrolla más que el de Ed Warren.

De 2013 a la fecha han pasado algunos años por lo que los personajes ya se ven más entrados en edad y con problemas de salud, como audiencia pasa algo curioso ya que sientes que estás envejeciendo o madurando con ellos.

En conclusión la película El conjuro: el diablo me obligó a hacerlo es una cinta que cuenta con todos los trucos y claves de cintas de terror, no logra superar a sus antecesoras pero demuestra que aún pueden seguir creciendo en el universo que inició James Wan, tiene muy buena producción sonora con la creación y uso de sonidos que te harán vivir cada una de las escenas, y en esta ocasión nos demuestran que el demonio está más cerca de lo que pensamos.

Hasta aquí nuestra aventura cinematográfica en La Crítica soy Flavio Valencia y los espero en la próxima edición.

Un cinta que no logra superar a sus antecesoras, pero es superior a muchas de su género.

Cuando se estrena El Conjuro en el 2013 nunca imaginamos estar frente a todo un universo cinematográfico de películas de terror, el director James Wan tuvo el acierto de contarnos las historias de posesión demoníaca que Ed y Lorraine Warren vivieron en su época profesional, fue tanto el éxito que llegaron a realizar spin-offs como Annabelle o La Monja para formar toda una saga de cintas, unas mejores que otras, pero todas taquilleras. Después de varios retrasos debido a la pandemia llega El Conjuro 3 para completar la trilogía original de Los Warren.

En esta ocasión toma el puesto de director Michael Chaves, quien ya realizó La maldición de la Llorona que para mi gusto es la peor cinta de la saga, pero en esta ocasión me sorprende y logra orquestar una historia con buen ritmo que te mantiene pegado a la butaca, y lo mejor de todo es que sí te asusta, algo que las últimas cintas del género de terror no estaban logrando en mí. El conjuro 3 tiene varios momentos en que te hace gritar o brincar al utilizar varios trucos con la combinación de efectos sonoros, música y planos cinematográficos.

El conjuro 3: el diablo me obligó a hacerlo inicia con una secuencia de un exorcismo a un niño que se encuentra bajo posesión demoníaca, las imágenes llegan a impactar al espectador por los movimientos contorsionistas del personaje infantil y el buen trabajo de maquillaje, este inicio nos deja la base para el desarrollo de la historia.

Para hacer una división de la secuencia inicial nos presentan la leyenda de que la película está basada en hechos reales, y nos remontan a una secuencia de asesinato en la que conocemos a un hombre que es encarcelado y llevado a juicio, pero los Warren se sienten obligados a ayudarlo para probar que el asesinato que cometió fue por culpa de una posesión demoníaca, algo que para 1981 no se había utilizado como defensa en Estados Unidos.

Para lograrlo Lorraine (Vera Farmiga) y Ed (Patrick Wilson) investigan para encontrar pistas y descubrir qué pasó realmente y de esa manera ayudar.

Una vez más Vera Farmiga y Patrick Wilson nos demuestran su gran trabajo en equipo en pantalla y a pesar de ser una cinta de terror nos presentan a una pareja muy romántica, en esta ocasión Farmiga roba más tiempo en escena y su personaje de Lorraine se desarrolla más que el de Ed Warren.

De 2013 a la fecha han pasado algunos años por lo que los personajes ya se ven más entrados en edad y con problemas de salud, como audiencia pasa algo curioso ya que sientes que estás envejeciendo o madurando con ellos.

En conclusión la película El conjuro: el diablo me obligó a hacerlo es una cinta que cuenta con todos los trucos y claves de cintas de terror, no logra superar a sus antecesoras pero demuestra que aún pueden seguir creciendo en el universo que inició James Wan, tiene muy buena producción sonora con la creación y uso de sonidos que te harán vivir cada una de las escenas, y en esta ocasión nos demuestran que el demonio está más cerca de lo que pensamos.

Hasta aquí nuestra aventura cinematográfica en La Crítica soy Flavio Valencia y los espero en la próxima edición.