/ miércoles 24 de julio de 2019

La Crítica | El Rey León ha rugido 

Era de esperarse que El Rey León dominara las taquillas en su fin de semana de estreno recaudando la no despreciable cantidad de 531 millones de dólares a nivel mundial y 185 sólo en Estados Unidos, pero la pregunta es ¿podrá convertirse en una cinta exitosa y recordada a través de los años?

Cuándo Disney anunciaba la realización de esta película muchos fans se emocionaron al saber que una historia de su infancia tendría la versión Live Action (aunque para muchos cinéfilos no es acción real) que dicho sea de paso es uno de los puntos a favor de la cinta por el CGI utilizado podemos decir que es uno de los filmes que mejor utiliza esta técnica y la aplica de una manera impecable por lo que no dudo que pueda estar nominada al Oscar en la categoría de efectos visuales, el asunto con las nuevas versiones es que la gente espera que sea tan mágica o mejor que la versión original pero es ahí cuando vienen los problemas, ya que al realizar una nueva propuesta debe existir un balance entre la esencia de la original y una propuesta nueva sin que tenga que ser una copia plano por plano como ha sucedido en otras adaptaciones.

El Rey León del director Jon Favreau (Iron Man y El Libro de la Selva) no niego que sea un espectáculo visual y musical, claro es Disney, pero no conecta del todo con el espectador ya que no emociona como la versión animada de los 90, siento que no se arriesgaron al conservar muchas secuencias de la original y agregando algunos minutos de acción y canciones extras pero la magia no la tiene, claro es de aplaudirse el despliegue tecnológico y el observar en la pantalla cada fotograma de los personajes es extraordinario el efecto visual que nos provoca pero le falta que conectemos con los personajes por lo que no se vuelven entrañables y a la vuelta de los meses nos olvidaremos de la cinta como ha pasado con otras adaptaciones live action, en este caso la original no fue superada.

Todos recordamos escenas clásicas que desgarraban al espectador como la Muerte de “Mufasa” pero en esta ocasión no causa el mismo impacto, el público ha comentado que parece estar viendo un documental de televisión cuando aparecen los animales por lo que no conectan con la historia, pero bueno no todo es malo en la adaptación, acepto que la cinta es disfrutable por su música que sigue siendo extraordinaria y todos la llegan a cantar de nuevo en la sala del cine, por supuesto las composiciones de Hans Zimmer se convierten en el punto central dotándola de nuevos elementos instrumentales para esta adaptación.

Con el tiempo sabremos si el Rey León realmente se coronará como triunfadora, por los ingresos en taquilla va por buen camino aunque los comentarios del público al salir de la proyección no ha sido del todo bueno, al final estamos frente a una cinta que podremos disfrutar en familia y compartir un buen momento en el cine, eso es lo más importante disfrutar la magia del séptimo arte. Hasta aquí nuestra aventura cinematográfica en “La Crítica”, soy Flavio Valencia y los espero en la próxima edición.


Era de esperarse que El Rey León dominara las taquillas en su fin de semana de estreno recaudando la no despreciable cantidad de 531 millones de dólares a nivel mundial y 185 sólo en Estados Unidos, pero la pregunta es ¿podrá convertirse en una cinta exitosa y recordada a través de los años?

Cuándo Disney anunciaba la realización de esta película muchos fans se emocionaron al saber que una historia de su infancia tendría la versión Live Action (aunque para muchos cinéfilos no es acción real) que dicho sea de paso es uno de los puntos a favor de la cinta por el CGI utilizado podemos decir que es uno de los filmes que mejor utiliza esta técnica y la aplica de una manera impecable por lo que no dudo que pueda estar nominada al Oscar en la categoría de efectos visuales, el asunto con las nuevas versiones es que la gente espera que sea tan mágica o mejor que la versión original pero es ahí cuando vienen los problemas, ya que al realizar una nueva propuesta debe existir un balance entre la esencia de la original y una propuesta nueva sin que tenga que ser una copia plano por plano como ha sucedido en otras adaptaciones.

El Rey León del director Jon Favreau (Iron Man y El Libro de la Selva) no niego que sea un espectáculo visual y musical, claro es Disney, pero no conecta del todo con el espectador ya que no emociona como la versión animada de los 90, siento que no se arriesgaron al conservar muchas secuencias de la original y agregando algunos minutos de acción y canciones extras pero la magia no la tiene, claro es de aplaudirse el despliegue tecnológico y el observar en la pantalla cada fotograma de los personajes es extraordinario el efecto visual que nos provoca pero le falta que conectemos con los personajes por lo que no se vuelven entrañables y a la vuelta de los meses nos olvidaremos de la cinta como ha pasado con otras adaptaciones live action, en este caso la original no fue superada.

Todos recordamos escenas clásicas que desgarraban al espectador como la Muerte de “Mufasa” pero en esta ocasión no causa el mismo impacto, el público ha comentado que parece estar viendo un documental de televisión cuando aparecen los animales por lo que no conectan con la historia, pero bueno no todo es malo en la adaptación, acepto que la cinta es disfrutable por su música que sigue siendo extraordinaria y todos la llegan a cantar de nuevo en la sala del cine, por supuesto las composiciones de Hans Zimmer se convierten en el punto central dotándola de nuevos elementos instrumentales para esta adaptación.

Con el tiempo sabremos si el Rey León realmente se coronará como triunfadora, por los ingresos en taquilla va por buen camino aunque los comentarios del público al salir de la proyección no ha sido del todo bueno, al final estamos frente a una cinta que podremos disfrutar en familia y compartir un buen momento en el cine, eso es lo más importante disfrutar la magia del séptimo arte. Hasta aquí nuestra aventura cinematográfica en “La Crítica”, soy Flavio Valencia y los espero en la próxima edición.