/ miércoles 5 de febrero de 2020

La Crítica | Gretel y Hansel

Casi todos conocemos los cuentos de los alemanes Jacob y Wilhelm Grimm mejor conocidos como “Los Hermanos Grimm” que fueron publicados en los “Cuentos infantiles y del hogar” de 1812, algunos los han leído o disfrutado en sus versiones adaptadas por Walt Disney (Blanca Nieves, La Cenicienta o la Bella Durmiente) o en sus versiones más oscuras, en las que plasman historias más crueles que los coloridos dibujos animados. En los últimos años se han retomado los cuentos clásicos de los hermanos Grimm como fuente de inspiración para películas oscuras con tintes de terror como La chica de la capa roja (2011), Hansel y Gretel: Cazadores de brujas (2013), Blanca Nieves y el Cazador (2012) por mencionar algunas, en este 2020 retoman el cuento Hansel y Gretel para regresarlos a la pantalla grande en Gretel y Hansel.

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Una historia diferente a la que conocemos es la que se plantea en la nueva cinta en la que los hermanos Gretel y Hansel se ven obligados por su madre a introducirse hacia el bosque en busca de comida y mejores oportunidades, pero se topan con una misteriosa casa llena de rica comida y habitada por una misteriosa anciana; hasta aquí es la misma historia que conocemos, después vienen los cambios para darle un toque de horror y justificar las maldades de la vieja bruja, pero a mi punto de vista se queda en el intento porque nunca logra dar miedo con su trama o diálogos.

En esta versión no hay migajas de pan como guías para el regreso a casa, mucho menos una casa hecha de dulces, bastones de caramelo o muros de galleta y chocolate (no es una historia de Disney), por lo que si se plantea es una historia sombría protagonizada por Sophia Lillis y Samuel Leakey en la que el peso de la historia recae en el protagónico femenino pero se queda en el intento en convertir las historias clásicas en una propuesta para empoderar a las protagonista, pero en el producto final la fuerza del personaje de Gretel solo queda en buenas intenciones y no la convierte en un protagonista que sea recordada por muchos años, bien por querer dar una nueva visión del cuento de los hermanos Grimm pero no se hizo de una manera que la convierta en la mejor película del año.

Lo bueno de la propuesta del director Oz Perkins (La enviada del mal) es el excelente trabajo de fotografía del mexicano Galo Olivares, quien realiza interesantes juegos de claroscuros y una gran fusión entre cálidos y fríos, que queda a la perfeción en una historia de fantasía y terror, lástima que no sucede lo mismo con la historia, ya que se vende como una cinta oscura del cuento de hadas pero que realmente no explota, al contrario se vuelve muy predecible.

Gretel y Hansel es una de las peores cintas estrenadas en lo que va del 2020. Ideas e historias recicladas con una muy buena fotografía.

Hasta aquí nuestra aventura cinematográfica en “La Crítica” soy Flavio Valencia y los espero en la próxima edición.

Casi todos conocemos los cuentos de los alemanes Jacob y Wilhelm Grimm mejor conocidos como “Los Hermanos Grimm” que fueron publicados en los “Cuentos infantiles y del hogar” de 1812, algunos los han leído o disfrutado en sus versiones adaptadas por Walt Disney (Blanca Nieves, La Cenicienta o la Bella Durmiente) o en sus versiones más oscuras, en las que plasman historias más crueles que los coloridos dibujos animados. En los últimos años se han retomado los cuentos clásicos de los hermanos Grimm como fuente de inspiración para películas oscuras con tintes de terror como La chica de la capa roja (2011), Hansel y Gretel: Cazadores de brujas (2013), Blanca Nieves y el Cazador (2012) por mencionar algunas, en este 2020 retoman el cuento Hansel y Gretel para regresarlos a la pantalla grande en Gretel y Hansel.

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Una historia diferente a la que conocemos es la que se plantea en la nueva cinta en la que los hermanos Gretel y Hansel se ven obligados por su madre a introducirse hacia el bosque en busca de comida y mejores oportunidades, pero se topan con una misteriosa casa llena de rica comida y habitada por una misteriosa anciana; hasta aquí es la misma historia que conocemos, después vienen los cambios para darle un toque de horror y justificar las maldades de la vieja bruja, pero a mi punto de vista se queda en el intento porque nunca logra dar miedo con su trama o diálogos.

En esta versión no hay migajas de pan como guías para el regreso a casa, mucho menos una casa hecha de dulces, bastones de caramelo o muros de galleta y chocolate (no es una historia de Disney), por lo que si se plantea es una historia sombría protagonizada por Sophia Lillis y Samuel Leakey en la que el peso de la historia recae en el protagónico femenino pero se queda en el intento en convertir las historias clásicas en una propuesta para empoderar a las protagonista, pero en el producto final la fuerza del personaje de Gretel solo queda en buenas intenciones y no la convierte en un protagonista que sea recordada por muchos años, bien por querer dar una nueva visión del cuento de los hermanos Grimm pero no se hizo de una manera que la convierta en la mejor película del año.

Lo bueno de la propuesta del director Oz Perkins (La enviada del mal) es el excelente trabajo de fotografía del mexicano Galo Olivares, quien realiza interesantes juegos de claroscuros y una gran fusión entre cálidos y fríos, que queda a la perfeción en una historia de fantasía y terror, lástima que no sucede lo mismo con la historia, ya que se vende como una cinta oscura del cuento de hadas pero que realmente no explota, al contrario se vuelve muy predecible.

Gretel y Hansel es una de las peores cintas estrenadas en lo que va del 2020. Ideas e historias recicladas con una muy buena fotografía.

Hasta aquí nuestra aventura cinematográfica en “La Crítica” soy Flavio Valencia y los espero en la próxima edición.