Una clásica película veraniega llena de acción que no pretende ser una gran historia.
Después de 8 películas de Rápidos y Furiosos y una más en camino pensábamos que la fórmula ya no funcionaba, pero el spin-off resultó un éxito taquillero no sólo en México sino a nivel mundial, además de traernos una cinta de acción con momentos muy divertidos.
Hablar de Rápidos y Furiosos: Hobbs & Shaw es tener muy claro que no hablaremos de una película de arte o de grandes momentos en su trama y actuaciones, recordemos que las cintas pertenecientes a la saga están realizadas para solo entretener. Entre vehículos y motocicletas voladoras las secuencias de acción están muy coreografiadas y debemos disfrutarlas sin pensar en las leyes de la física, ya que cada una de las escenas de acción presentan, como en todas las películas de Rápidos y Furiosos hay momentos en los que uno dice y piensa “¿Qué está pasando?.....
Hobbs & Shaw, dirigida por David Leitch (Deadpool 2, Atomic Blonde), se centra en los personajes de Luke Hobbs (Dwayne “The Rock” Johnson) y Deckard Shaw (Jason Statham) que realizan una muy buena mancuerna y se llevan los mejores momentos de la película, no solamente los de acción, entre chistes y rivalidad los personajes hacen divertida una situación que puede ser muy tensa en otras cintas de acción. El villano interpretado por Idris Elba, es un mercenario ciborg llamado Brixton que por momentos nos hace pensar en las historias de superhéroes, a la historia se suma la hermana de Shaw Hattie (Vanessa Kirby), una agente del servicio de inteligencia británico MI6 que roba un súper virus a Brixton y con esto desata la trama que les lleva a dar la vuelta al mundo.
El guionista Chris Morgan, quien ha participado en algunas de las cintas de la saga de Rápidos y Furiosos, ha comentado que la historia de Hobbs & Shaw se debería sentir como una película muy al estilo del cine de los 80 con parejas disparejas que no pueden trabajar juntas como Arma mortal (Mel Gibson y Danny Glover) o Tango y Cash (Sylvester Stallone y Kurt Russell), estilo que estuvo bien logrado ya que la química en escena de Dwayne Johnson y Jason Statham es muy natural al reflejar una rivalidad y un choque de egos de dos personajes que centran su vida en la fuerza bruta.
Otro punto es que la cinta pudo estar o no bajo la protección de la saga de Rápidos y Furiosos ya que la historia puede correr perfectamente con otro título y otros nombres de personajes pero aprovechar la fama de la saga ha servido para que el público amante de las secuencias de carros y motos tenga una propuesta divertida en la que la familia y los amigos son primero. Lo mejor de la cinta es la mancuerna y química de los personajes principales y lo que la falta son más secuencias de acción que nos hagan brincar de la butaca.
Hasta aquí nuestra aventura cinematográfica en “La Crítica”, soy Flavio Valencia y los espero en la próxima edición.
