/ miércoles 26 de febrero de 2020

La crítica | Su último deseo

Netflix presenta un nuevo filme que es una mezcla de thriller político y una película de drama familiar, basada en la novela homónima de Joan Didion publicada en 1996.

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Su último deseo cuenta con las actuaciones Anne Hathaway, Ben Affleck, Rosie Perez y Willem Dafoe, y narra la historia de Elena McMahon (Anne Hathaway) una reportera quien acepta un encargo de su padre (Willem Dafoe), que sin darse cuenta se convierte en una traficante de armas para una agencia gubernamental encubierta y acaba implicada en la trama que ella misma intentaba revelar en sus historias periodísticas.

En la historia Elena es una periodista encargada de cubrir los conflictos de Centroamérica de los años 80 y al inicio del filme nos da un contexto de la época con nombres de políticos, lugares, organizaciones y fechas. En un segundo nos transportan a El Salvador en medio de una guerrilla en 1982.

En el transcurso de la historia Elena es asignada, por parte de sus editores, a cubrir la campaña presidencial de Estados Unidos pero ella lo hace sin mucho interés ya que quiere seguir reportando los conflictos de las guerrillas y tráfico de armas en Centroamérica.

El guión es inconsistente, de repente hay momentos en los que no logras entender por completo diálogos y escenas por lo que tienes que regresar varias veces el tiempo en la película, ventaja que se da al utilizar plataformas digitales como Netflix.

Para ser un thriller político creo que faltan secuencias en la trama en la que verdad te angusties por la protagonista y su historia, solo vives y sientes su conflicto en las secuencias finales pero se pierde mucho tiempo en su drama familiar.

El personaje de Treat Morrison (Ben Affleck), no termina de convencer y siento que no está explotado al máximo, es una especie de diplomático al servicio de los EEUU que viene y va sin que podamos saber exactamente cuál es su papel dentro de la historia, en momentos no sabes si es aliado o no de la protagonista.

Lo mejor de Su último deseo es la actuación de Anne Hathaway, muy diferente a lo que hemos visto de la actriz, además de la presencia de Willem Dafoe, en el papel de un padre ausente aunque no sale en muchas escenas, logra apoderarse de la pantalla con sus toques de sarcasmo en una historia que se torna muy seria.

El guión, podría ser el negrito en el arroz, ya que le falta unidad en la historia y eso complica el relato. Al final tenemos una cinta con muy buenas actuaciones y una fotografía impecable que ha sido no muy bien recibida por los críticos especializados pero que se encuentra en el primer lugar en reproducciones en Netflix durante el primer semana de estreno.

Lo importante que lo puede ver desde la comodidad de su espacio de entretenimiento y puede detener o regresar la historia las veces que quiera, lo único que le puedo agregar es que el final parece predecible pero si le dejara un sensación de sorpresa.

Hasta aquí nuestra aventura cinematográfica de hoy en “La Crítica”, soy Flavio Valencia y los espero en la próxima edición.

Netflix presenta un nuevo filme que es una mezcla de thriller político y una película de drama familiar, basada en la novela homónima de Joan Didion publicada en 1996.

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Su último deseo cuenta con las actuaciones Anne Hathaway, Ben Affleck, Rosie Perez y Willem Dafoe, y narra la historia de Elena McMahon (Anne Hathaway) una reportera quien acepta un encargo de su padre (Willem Dafoe), que sin darse cuenta se convierte en una traficante de armas para una agencia gubernamental encubierta y acaba implicada en la trama que ella misma intentaba revelar en sus historias periodísticas.

En la historia Elena es una periodista encargada de cubrir los conflictos de Centroamérica de los años 80 y al inicio del filme nos da un contexto de la época con nombres de políticos, lugares, organizaciones y fechas. En un segundo nos transportan a El Salvador en medio de una guerrilla en 1982.

En el transcurso de la historia Elena es asignada, por parte de sus editores, a cubrir la campaña presidencial de Estados Unidos pero ella lo hace sin mucho interés ya que quiere seguir reportando los conflictos de las guerrillas y tráfico de armas en Centroamérica.

El guión es inconsistente, de repente hay momentos en los que no logras entender por completo diálogos y escenas por lo que tienes que regresar varias veces el tiempo en la película, ventaja que se da al utilizar plataformas digitales como Netflix.

Para ser un thriller político creo que faltan secuencias en la trama en la que verdad te angusties por la protagonista y su historia, solo vives y sientes su conflicto en las secuencias finales pero se pierde mucho tiempo en su drama familiar.

El personaje de Treat Morrison (Ben Affleck), no termina de convencer y siento que no está explotado al máximo, es una especie de diplomático al servicio de los EEUU que viene y va sin que podamos saber exactamente cuál es su papel dentro de la historia, en momentos no sabes si es aliado o no de la protagonista.

Lo mejor de Su último deseo es la actuación de Anne Hathaway, muy diferente a lo que hemos visto de la actriz, además de la presencia de Willem Dafoe, en el papel de un padre ausente aunque no sale en muchas escenas, logra apoderarse de la pantalla con sus toques de sarcasmo en una historia que se torna muy seria.

El guión, podría ser el negrito en el arroz, ya que le falta unidad en la historia y eso complica el relato. Al final tenemos una cinta con muy buenas actuaciones y una fotografía impecable que ha sido no muy bien recibida por los críticos especializados pero que se encuentra en el primer lugar en reproducciones en Netflix durante el primer semana de estreno.

Lo importante que lo puede ver desde la comodidad de su espacio de entretenimiento y puede detener o regresar la historia las veces que quiera, lo único que le puedo agregar es que el final parece predecible pero si le dejara un sensación de sorpresa.

Hasta aquí nuestra aventura cinematográfica de hoy en “La Crítica”, soy Flavio Valencia y los espero en la próxima edición.