/ miércoles 3 de junio de 2020

La Crítica | Ya no estoy aquí

Después de ganar el premio del público en el Festival de Cine de Morelia, la cinta Ya no estoy aquí del cineasta Fernando Frías llega a las pantallas Netflix y se coloca en primer lugar como la película con mayor reproducciones de la semana.

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En Ya no estoy aquí conocemos la historia de Ulises Samperio (Juan Daniel Garcia Treviño), un adolescente de 17 años que vive en las colinas de Monterrey y es líder de “Los Terkos”, un grupo que combina la cultura del “Cholo” con su gusto por la música colombiana y su pasión por el baile.

Tras la muerte de su hermano y en medio de unos violentos enfrentamientos entre pandillas dedicadas al tráfico de drogas, se ve obligado a huir de urgencia y radicarse en la zona de Jackson Heights, del distrito de Queens de la ciudad de New York.

Durante la experiencia al ver y sentir el trabajo audiovisual de Frías, no es fácil enganchar rápido con el personaje de Ulises, un joven intolerante, serio y hasta testarudo, pero ahí es donde radica lo interesante ya que al avanzar la historia vamos empatizando con su historia y su lucha interior.

La historia nos presenta los grandes contrastes culturales que podemos vivir en un mundo globalizado, el multiculturalismo se hace presente para obligarnos a observar por momentos escenarios de un primer mundo que pueden ser fascinantes, pero en su interior llega a resultar un mundo desgarrador con historias que gritan de dolor y su lucha por adaptarse.

El director eligió actores no profesionales para su película para dotarla de credibilidad en una historia poco explorada en nuestro país, y son las mismas actuaciones las que por momentos le restan cierto drama a la cinta, ya que se nota la falta de experiencia de los actores, son de esas cosas que te gustan por arriesgadas pero a la vez las señalas por la falta de intensidad en escenas claves.

La narrativa visual es interesante y es relatada con algunos saltos de tiempo en el montaje, la música, bien seleccionada, juega un papel muy importante en la historia y en la identidad del protagonista, quien tiene una gran lucha interna cuando se da cuenta que a veces como seres humanos, no somos ni de aquí ni de allá, las personas que han vivido en otro país y que fueron casi obligados a emigrar se sentirán identificados con algunos momentos de la trama.

Ya no estoy aquí es una propuesta de nuestro cine que no puedes perderte, y que ahora tenemos oportunidad de disfrutar desde casa, si no tienes Netflix, es momento que le pidas a tus amigos su cuenta prestada para vivir una experiencia distinta.

Hasta aquí nuestra aventura cinematográfica en “La Crítica” soy Flavio Valencia y los espero en la próxima edición.

Después de ganar el premio del público en el Festival de Cine de Morelia, la cinta Ya no estoy aquí del cineasta Fernando Frías llega a las pantallas Netflix y se coloca en primer lugar como la película con mayor reproducciones de la semana.

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En Ya no estoy aquí conocemos la historia de Ulises Samperio (Juan Daniel Garcia Treviño), un adolescente de 17 años que vive en las colinas de Monterrey y es líder de “Los Terkos”, un grupo que combina la cultura del “Cholo” con su gusto por la música colombiana y su pasión por el baile.

Tras la muerte de su hermano y en medio de unos violentos enfrentamientos entre pandillas dedicadas al tráfico de drogas, se ve obligado a huir de urgencia y radicarse en la zona de Jackson Heights, del distrito de Queens de la ciudad de New York.

Durante la experiencia al ver y sentir el trabajo audiovisual de Frías, no es fácil enganchar rápido con el personaje de Ulises, un joven intolerante, serio y hasta testarudo, pero ahí es donde radica lo interesante ya que al avanzar la historia vamos empatizando con su historia y su lucha interior.

La historia nos presenta los grandes contrastes culturales que podemos vivir en un mundo globalizado, el multiculturalismo se hace presente para obligarnos a observar por momentos escenarios de un primer mundo que pueden ser fascinantes, pero en su interior llega a resultar un mundo desgarrador con historias que gritan de dolor y su lucha por adaptarse.

El director eligió actores no profesionales para su película para dotarla de credibilidad en una historia poco explorada en nuestro país, y son las mismas actuaciones las que por momentos le restan cierto drama a la cinta, ya que se nota la falta de experiencia de los actores, son de esas cosas que te gustan por arriesgadas pero a la vez las señalas por la falta de intensidad en escenas claves.

La narrativa visual es interesante y es relatada con algunos saltos de tiempo en el montaje, la música, bien seleccionada, juega un papel muy importante en la historia y en la identidad del protagonista, quien tiene una gran lucha interna cuando se da cuenta que a veces como seres humanos, no somos ni de aquí ni de allá, las personas que han vivido en otro país y que fueron casi obligados a emigrar se sentirán identificados con algunos momentos de la trama.

Ya no estoy aquí es una propuesta de nuestro cine que no puedes perderte, y que ahora tenemos oportunidad de disfrutar desde casa, si no tienes Netflix, es momento que le pidas a tus amigos su cuenta prestada para vivir una experiencia distinta.

Hasta aquí nuestra aventura cinematográfica en “La Crítica” soy Flavio Valencia y los espero en la próxima edición.