/ martes 22 de marzo de 2022

La única diferencia, son los procesos

La mayoría nos dejamos afectar por miedos, aunque no temo a lo que estamos pasando actualmente la humanidad, hay otras cosas que aún permito que afecten mi paz, debo reconocerlo, así como debo reconocer y entender que cada persona tiene su tiempo y avance en su proceso personal.

Molestarnos o burlarnos de aquellos que llamamos dormidos, es el equivalente a que un muchacho de preparatoria se moleste y burle de un niño de escolaridad primaria. Y no digo esto para establecer niveles de importancia o superioridad.

Nadie es más ni es menos, pero hay gente que tiene la conciencia para identificar ciertos significados y hay quienes no. A eso le llamo proceso; cada quien ha avanzado más o menos en sus respectivos procesos. Pero todos somos iguales, somos hermanos, pero cada uno tenemos y estamos en diferentes procesos muy personales, es lo que debemos entender y respetar, aunque no entiendan ni respeten nuestro proceso.

Hay múltiples situaciones que están afectando y dividiendo a la gente y los voy a dar desde el punto de vista mexicano, aunque en esencia es básicamente igual en todo el mundo, a reserva de situaciones locales. Por ejemplo, el tema de la pandemia, unas personas vieron esta situación desde su costumbre y creyeron (por la misma costumbre) en todas las situaciones planteadas por los diferentes instituciones internacionales y gobiernos, sobre todo este escenario pandémico que se difundió las 24/7 al unísono, por todos los medios de difusión del mundo.

Otras personas, decidieron poner en pausa lo acostumbrado y buscaron más información aparte de la distribuida por los medios, para cerciorarse de que no se estaba exagerando la situación o talvez minimizando para no escandalizar a la gente. En cualquier sentido, lo que busca este tipo de personas es certeza y piso firme para decidir y actuar en consecuencia.

Un grupo es pasivo y se limita a obedecer, el otro grupo busca certeza para decidir y actuar sin creer lo que dice el discurso gubernamental.

Aquí es donde nacen las palabras dormidos o zombis y conspiranóicos o negacionistas… Palabras, las primeras, dirigidas por las personas que no están convencidas o que consideran la información institucional como pobre, deficiente o contradictoria, en contra de la población que acepta sin mayor averiguación la información emitida por las autoridades de turno. Desde los propios gobiernos, se popularizan las palabras conspiranóico (este término se acuñó en los años 50 por la CIA) y recientemente se utilizó el término negacionista para nombrar así a los ciudadanos que no confían en el discurso pandémico oficial.

Este tipo de burlas ciudadanas y estrategias de los intereses mundiales, solo dividen a la población y este tema de los nombres y adjetivos calificativos solo separan a las personas de una forma muy eficaz. Por no detenernos a pensar, que cada persona tiene una forma muy diferente de ver el mundo, cada persona tiene su proceso, por el cual está aprendiendo o no lo que la vida maestra le lanza.

Sin entrar en el tema de la pandemia o las vacunas, porque este no es el tema, sucede lo mismo con la toma de Ucrania por Rusia, en México sucede con quienes concuerdan con el presidente Andrés Manuel López Obrador que fueron apodados chairos y quienes están en contra del presidente, apodados fifís. Todos son mexicanos, pero se dividen… O, mejor dicho, permiten que los dividan quienes manejan los hilos. De igual manera, dividen a la población con ideologías de género, raza.

Antes yo pensaba que el entendimiento de los eventos trascendentes era una cuestión de conocimiento, pero no tiene que ver el o la cultura con el conocimiento (cuantitativamente hablando). Es un tema de la conciencia, de la conexión empática con las demás personas. El conocimiento nada tiene que ver con las destrezas de poner en práctica ese conocimiento, vaya es como tener un auto parado en el garaje y saber todo de él, pero jamás encenderlo y menos usarlo.

Actualmente, los eventos que estamos viviendo están poniendo de manifiesto todas esas estrategias de los grupos de poder mundial para mantener confundidas a las personas y de preferencia peleando entre sí, ya que una sociedad dividida, no se organiza y menos se une. Y como siempre el combustible para desconectar de sus conciencias, es el miedo, una sociedad con miedo deja de ser sociedad y se transforma en secuestrados con Síndrome de Estocolmo, es decir, quien sufre de este síndrome se alía o enamora de su secuestrador.

Todos estamos en diferentes procesos de aprendizaje y no debemos desunirnos y burlarnos de nadie, debemos respetarnos la única diferencia que debemos reconocer es el proceso de cada quien y debemos respetarlos.

La mayoría nos dejamos afectar por miedos, aunque no temo a lo que estamos pasando actualmente la humanidad, hay otras cosas que aún permito que afecten mi paz, debo reconocerlo, así como debo reconocer y entender que cada persona tiene su tiempo y avance en su proceso personal.

Molestarnos o burlarnos de aquellos que llamamos dormidos, es el equivalente a que un muchacho de preparatoria se moleste y burle de un niño de escolaridad primaria. Y no digo esto para establecer niveles de importancia o superioridad.

Nadie es más ni es menos, pero hay gente que tiene la conciencia para identificar ciertos significados y hay quienes no. A eso le llamo proceso; cada quien ha avanzado más o menos en sus respectivos procesos. Pero todos somos iguales, somos hermanos, pero cada uno tenemos y estamos en diferentes procesos muy personales, es lo que debemos entender y respetar, aunque no entiendan ni respeten nuestro proceso.

Hay múltiples situaciones que están afectando y dividiendo a la gente y los voy a dar desde el punto de vista mexicano, aunque en esencia es básicamente igual en todo el mundo, a reserva de situaciones locales. Por ejemplo, el tema de la pandemia, unas personas vieron esta situación desde su costumbre y creyeron (por la misma costumbre) en todas las situaciones planteadas por los diferentes instituciones internacionales y gobiernos, sobre todo este escenario pandémico que se difundió las 24/7 al unísono, por todos los medios de difusión del mundo.

Otras personas, decidieron poner en pausa lo acostumbrado y buscaron más información aparte de la distribuida por los medios, para cerciorarse de que no se estaba exagerando la situación o talvez minimizando para no escandalizar a la gente. En cualquier sentido, lo que busca este tipo de personas es certeza y piso firme para decidir y actuar en consecuencia.

Un grupo es pasivo y se limita a obedecer, el otro grupo busca certeza para decidir y actuar sin creer lo que dice el discurso gubernamental.

Aquí es donde nacen las palabras dormidos o zombis y conspiranóicos o negacionistas… Palabras, las primeras, dirigidas por las personas que no están convencidas o que consideran la información institucional como pobre, deficiente o contradictoria, en contra de la población que acepta sin mayor averiguación la información emitida por las autoridades de turno. Desde los propios gobiernos, se popularizan las palabras conspiranóico (este término se acuñó en los años 50 por la CIA) y recientemente se utilizó el término negacionista para nombrar así a los ciudadanos que no confían en el discurso pandémico oficial.

Este tipo de burlas ciudadanas y estrategias de los intereses mundiales, solo dividen a la población y este tema de los nombres y adjetivos calificativos solo separan a las personas de una forma muy eficaz. Por no detenernos a pensar, que cada persona tiene una forma muy diferente de ver el mundo, cada persona tiene su proceso, por el cual está aprendiendo o no lo que la vida maestra le lanza.

Sin entrar en el tema de la pandemia o las vacunas, porque este no es el tema, sucede lo mismo con la toma de Ucrania por Rusia, en México sucede con quienes concuerdan con el presidente Andrés Manuel López Obrador que fueron apodados chairos y quienes están en contra del presidente, apodados fifís. Todos son mexicanos, pero se dividen… O, mejor dicho, permiten que los dividan quienes manejan los hilos. De igual manera, dividen a la población con ideologías de género, raza.

Antes yo pensaba que el entendimiento de los eventos trascendentes era una cuestión de conocimiento, pero no tiene que ver el o la cultura con el conocimiento (cuantitativamente hablando). Es un tema de la conciencia, de la conexión empática con las demás personas. El conocimiento nada tiene que ver con las destrezas de poner en práctica ese conocimiento, vaya es como tener un auto parado en el garaje y saber todo de él, pero jamás encenderlo y menos usarlo.

Actualmente, los eventos que estamos viviendo están poniendo de manifiesto todas esas estrategias de los grupos de poder mundial para mantener confundidas a las personas y de preferencia peleando entre sí, ya que una sociedad dividida, no se organiza y menos se une. Y como siempre el combustible para desconectar de sus conciencias, es el miedo, una sociedad con miedo deja de ser sociedad y se transforma en secuestrados con Síndrome de Estocolmo, es decir, quien sufre de este síndrome se alía o enamora de su secuestrador.

Todos estamos en diferentes procesos de aprendizaje y no debemos desunirnos y burlarnos de nadie, debemos respetarnos la única diferencia que debemos reconocer es el proceso de cada quien y debemos respetarlos.