/ jueves 13 de mayo de 2021

Lo digo como es | Admiro a mi mamá porque no me vendió

“Admiro a mi mamá porque no quiso venderme”, dijo la joven de apenas 22 años al revelar cómo se salvó de presentar un comportamiento que forma parte de los usos y costumbres de la comunidad Triqui en Hermosillo.

Y es que por más raro que parezca en nuestro país la venta de niñas se sigue dando como algo normal en comunidades indígenas. El asentamiento Triqui en la Costa de Hermosillo no es la excepción.

De ahí proviene Zenaida; de una familia de 9 hijos 5 de ellas mujeres. Considera que gracias a la determinación de su madre ni ella ni sus 4 hermanas han sido vendidas.

De acuerdo a datos que me compartió en posterior entrevista, los “precios” de las niñas varían de 200 mil hasta 30 mil pesos dependiendo de lo que el padre de la menor acepte por ella; además el “comprador” deberá poner la vaca o por lo menos los kilos de carne para el festejo de la boda, las sabritas, las sodas y la cerveza.

La venta de niñas es algo común en comunidades de Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Es una práctica ancestral sin embargo, también se han dado pasos para combatirla. En la comunidad de Juquila perteneciente al municipio de Metlatónoc, Guerrero, en el año 2019 las autoridades firmaron un acuerdo para prohibir la venta de niñas por los próximos 200 años.

Algunos pueblos originarios mantienen ciertos usos y costumbres basados en el artículo 2º de la Constitución que establece la libre determinación de los pueblos indígenas. Hasta ahí no ha sido posible llegar con las acciones afirmativas que impulsan colectivos feministas principalmente.

Ayer en el marco de la presentación del programa “A mí, también me pasó…” que impulsa la Fiscalía Estatal para alentar la denuncia de las diversas formas de que son víctimas las mujeres violentadas, la joven madre estuvo presente para compartir su experiencia luego de recuperar a sus dos pequeños hijos cuando el padre de éstos se los llevara a Chiapas.

México ocupa el primer lugar en abuso y violencia infantil entre los países de la OCDE. La organización Save of the Childrens registra que 7 de cada 10 niñas y niños son víctimas de algún tipo de maltrato… la violencia en la infancia no es un tema menor, descuidarlo nos sólo afecta el presente sino que limita las posibilidades de que crezcan individuos sanos y seguros en el futuro.

“Admiro a mi mamá porque no quiso venderme”, dijo la joven de apenas 22 años al revelar cómo se salvó de presentar un comportamiento que forma parte de los usos y costumbres de la comunidad Triqui en Hermosillo.

Y es que por más raro que parezca en nuestro país la venta de niñas se sigue dando como algo normal en comunidades indígenas. El asentamiento Triqui en la Costa de Hermosillo no es la excepción.

De ahí proviene Zenaida; de una familia de 9 hijos 5 de ellas mujeres. Considera que gracias a la determinación de su madre ni ella ni sus 4 hermanas han sido vendidas.

De acuerdo a datos que me compartió en posterior entrevista, los “precios” de las niñas varían de 200 mil hasta 30 mil pesos dependiendo de lo que el padre de la menor acepte por ella; además el “comprador” deberá poner la vaca o por lo menos los kilos de carne para el festejo de la boda, las sabritas, las sodas y la cerveza.

La venta de niñas es algo común en comunidades de Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Es una práctica ancestral sin embargo, también se han dado pasos para combatirla. En la comunidad de Juquila perteneciente al municipio de Metlatónoc, Guerrero, en el año 2019 las autoridades firmaron un acuerdo para prohibir la venta de niñas por los próximos 200 años.

Algunos pueblos originarios mantienen ciertos usos y costumbres basados en el artículo 2º de la Constitución que establece la libre determinación de los pueblos indígenas. Hasta ahí no ha sido posible llegar con las acciones afirmativas que impulsan colectivos feministas principalmente.

Ayer en el marco de la presentación del programa “A mí, también me pasó…” que impulsa la Fiscalía Estatal para alentar la denuncia de las diversas formas de que son víctimas las mujeres violentadas, la joven madre estuvo presente para compartir su experiencia luego de recuperar a sus dos pequeños hijos cuando el padre de éstos se los llevara a Chiapas.

México ocupa el primer lugar en abuso y violencia infantil entre los países de la OCDE. La organización Save of the Childrens registra que 7 de cada 10 niñas y niños son víctimas de algún tipo de maltrato… la violencia en la infancia no es un tema menor, descuidarlo nos sólo afecta el presente sino que limita las posibilidades de que crezcan individuos sanos y seguros en el futuro.