/ miércoles 15 de septiembre de 2021

Lo digo como es | El inicio

Arranca el sexenio del doctor Alfonso Durazo. Los protocolos acordes a la ocasión se siguieron al pie de la letra que marca la Constitución.

Para este que es un momento estelar en su vida política, el gobernador Durazo contó con la presencia de la alta representación de las Fuerzas Armadas en la persona del general secretario Luis Cresencio Sandoval; de su partido, el Presidente y la Secretaria General; de los sonorenses con más altos cargos en el gobierno federal, Ana Gabriela Guevara y Octavio Almada, titulares del deporte y pesca, respectivamente.

En el evento con motivo del primer mensaje al pueblo de Sonora el único exgobernador que estuvo fue el doctor Samuel Ocaña, para quien Durazo Montaño tuvo palabras de reconocimiento para separarlos de los otros y otras que los últimos 30 años gobernaron el Estado. Su tiempo se acabó, les dijo.

Fue un mensaje duro en la crítica; no podía ser de forma diferente. No se llamen sorprendidos quienes esperaban un borrón y cuenta nueva.

Probablemente sorpresiva sí, la acusación que hizo al gobierno saliente en el sentido que en materia de seguridad —palabras más, palabras menos— no se tuvo más por resistencias locales ante la disposición federal.

Y sorprende porque si algo se notó y no faltaron las críticas al respecto, fue la coordinación o colaboración del gobierno estatal con la federación. Una colaboración siempre reconocida por el presidente López Obrador en cuanta visita hizo al estado.

Poco antes de la toma de posesión se hizo oficial el nombramiento de María Dolores del Río como secretaria de Seguridad Pública.

En este sentido yo he expresado mi respeto a María Dolores y el reconocimiento a su carrera, sin embargo, también he dicho que no tiene el perfil para el cargo. Ahora digo: cállame la boca Dolores.

La interpretación que se hace a su nombramiento es la de que el Gobernador quiere mandar un mensaje de cercanía ciudadana y prevención del delito.

Sin duda la prevención del delito es muy importante, pero también lo es el combate a la delincuencia. Son carriles que deben recorrer en paralelo. El de la prevención debe ser constante con clara visión, sin detenerse, transversal, transexenal…Y los resultados son a largo plazo.

El combate a la delincuencia debe ser frontal, con inteligencia, recursos y decisión. Y los resultados pueden ser más medibles porque es más preciso contar el número de muertos, el de detenidos y el de desaparecidos.

Arranca el sexenio del doctor Alfonso Durazo. Los protocolos acordes a la ocasión se siguieron al pie de la letra que marca la Constitución.

Para este que es un momento estelar en su vida política, el gobernador Durazo contó con la presencia de la alta representación de las Fuerzas Armadas en la persona del general secretario Luis Cresencio Sandoval; de su partido, el Presidente y la Secretaria General; de los sonorenses con más altos cargos en el gobierno federal, Ana Gabriela Guevara y Octavio Almada, titulares del deporte y pesca, respectivamente.

En el evento con motivo del primer mensaje al pueblo de Sonora el único exgobernador que estuvo fue el doctor Samuel Ocaña, para quien Durazo Montaño tuvo palabras de reconocimiento para separarlos de los otros y otras que los últimos 30 años gobernaron el Estado. Su tiempo se acabó, les dijo.

Fue un mensaje duro en la crítica; no podía ser de forma diferente. No se llamen sorprendidos quienes esperaban un borrón y cuenta nueva.

Probablemente sorpresiva sí, la acusación que hizo al gobierno saliente en el sentido que en materia de seguridad —palabras más, palabras menos— no se tuvo más por resistencias locales ante la disposición federal.

Y sorprende porque si algo se notó y no faltaron las críticas al respecto, fue la coordinación o colaboración del gobierno estatal con la federación. Una colaboración siempre reconocida por el presidente López Obrador en cuanta visita hizo al estado.

Poco antes de la toma de posesión se hizo oficial el nombramiento de María Dolores del Río como secretaria de Seguridad Pública.

En este sentido yo he expresado mi respeto a María Dolores y el reconocimiento a su carrera, sin embargo, también he dicho que no tiene el perfil para el cargo. Ahora digo: cállame la boca Dolores.

La interpretación que se hace a su nombramiento es la de que el Gobernador quiere mandar un mensaje de cercanía ciudadana y prevención del delito.

Sin duda la prevención del delito es muy importante, pero también lo es el combate a la delincuencia. Son carriles que deben recorrer en paralelo. El de la prevención debe ser constante con clara visión, sin detenerse, transversal, transexenal…Y los resultados son a largo plazo.

El combate a la delincuencia debe ser frontal, con inteligencia, recursos y decisión. Y los resultados pueden ser más medibles porque es más preciso contar el número de muertos, el de detenidos y el de desaparecidos.