/ jueves 17 de junio de 2021

Lo digo como es | Mariana, la aspiracionista

Mariana estudió Medicina, hizo su especialidad en Cardiología y actualmente cursa una subespecialidad.

Viene de la sierra de Álamos, Sonora.

Recuerda entre muchas anécdotas una que el paso del tiempo le ha permitido dimensionar su importancia.

Estudiaba la prepa, era novia de un compañero suyo “del promedio”, un joven que desde entonces daba muestras de que no buscaría horizontes más allá de su comunidad o si acaso de la región.

Mariana, en cambio, soñaba con salir a la ciudad a estudiar para “Ser alguien” ayudar a sus hermanos y padres, comprar carro y tener una casa grande y cómoda,viajar, conocer gente y lugares.

La anécdota que ahora recuerda es aquella ocasión en la que su hermana mayor en alusión al perfil del novio, una vez que la vió titubeante sobre si daba o no el paso para salir a la ciudad a estudiar, le dijo: ten mucho cuidado, que no te jalen los pies si quieres “Ser alguien”.

Y es que “Ser alguien” para Mariana y su hermana, significaba alcanzar un nivel de bienestar mejor al que estaría condenada de quedarse en aquella comunidad en la que el tope más alentador era casarse, tener hijos, sembrar el temporal y seguir las rutinas que tan arraigadas se encuentran.

“Ser alguien” implicaba no quedarse con las ganas de tener más comodidades, más conocimiento y también reconocimiento profesional.

Hoy Mariana no sólo impacta la vida de los pacientes que ve en su consultorio, o en las intervenciones que hace en el IMSS, también lo hace en las aulas con sus alumnos y en el hospital con los residentes.

Mariana es el claro ejemplo de alguien que legítimamente busca y consigue superarse. Eso no la hace mala persona ni hace daño a la sociedad, tampoco es una “Aspiracionista sin escrúpulos morales”.

Y es que cuando en nuestro camino se atraviesan personas que nos dan ejemplo, que nos motivan a ser mejores, que nos demuestra su capacidad para vencer adversidades, hay que agradecerlo.

Hay que agradecer todas esas historias impulsadas por el deseo de realización personal y profesional, protagonizadas por quienes se atreven a salir de su zona de confort y superar a sus antecesores porque es una manera de impulsar que las nuevas generaciones las superen a ellas… ahí se da el crecimiento, así se aprovecha el potencial… bienvenidas todas las aspiracionistas como Mariana y ojalá que discursos mañaneros no limiten nuestras aspiraciones para ser y estar mejor… conformarnos o esperar que todo nos sea dado, es el camino quizá más fácil pero también el más costoso… ojalá que no permitamos que nos jalen los pies y nos eviten ser ese alguien que soñamos ser… que si de igualar condiciones se trata, que sea para escalar no para disminuir.

Mariana estudió Medicina, hizo su especialidad en Cardiología y actualmente cursa una subespecialidad.

Viene de la sierra de Álamos, Sonora.

Recuerda entre muchas anécdotas una que el paso del tiempo le ha permitido dimensionar su importancia.

Estudiaba la prepa, era novia de un compañero suyo “del promedio”, un joven que desde entonces daba muestras de que no buscaría horizontes más allá de su comunidad o si acaso de la región.

Mariana, en cambio, soñaba con salir a la ciudad a estudiar para “Ser alguien” ayudar a sus hermanos y padres, comprar carro y tener una casa grande y cómoda,viajar, conocer gente y lugares.

La anécdota que ahora recuerda es aquella ocasión en la que su hermana mayor en alusión al perfil del novio, una vez que la vió titubeante sobre si daba o no el paso para salir a la ciudad a estudiar, le dijo: ten mucho cuidado, que no te jalen los pies si quieres “Ser alguien”.

Y es que “Ser alguien” para Mariana y su hermana, significaba alcanzar un nivel de bienestar mejor al que estaría condenada de quedarse en aquella comunidad en la que el tope más alentador era casarse, tener hijos, sembrar el temporal y seguir las rutinas que tan arraigadas se encuentran.

“Ser alguien” implicaba no quedarse con las ganas de tener más comodidades, más conocimiento y también reconocimiento profesional.

Hoy Mariana no sólo impacta la vida de los pacientes que ve en su consultorio, o en las intervenciones que hace en el IMSS, también lo hace en las aulas con sus alumnos y en el hospital con los residentes.

Mariana es el claro ejemplo de alguien que legítimamente busca y consigue superarse. Eso no la hace mala persona ni hace daño a la sociedad, tampoco es una “Aspiracionista sin escrúpulos morales”.

Y es que cuando en nuestro camino se atraviesan personas que nos dan ejemplo, que nos motivan a ser mejores, que nos demuestra su capacidad para vencer adversidades, hay que agradecerlo.

Hay que agradecer todas esas historias impulsadas por el deseo de realización personal y profesional, protagonizadas por quienes se atreven a salir de su zona de confort y superar a sus antecesores porque es una manera de impulsar que las nuevas generaciones las superen a ellas… ahí se da el crecimiento, así se aprovecha el potencial… bienvenidas todas las aspiracionistas como Mariana y ojalá que discursos mañaneros no limiten nuestras aspiraciones para ser y estar mejor… conformarnos o esperar que todo nos sea dado, es el camino quizá más fácil pero también el más costoso… ojalá que no permitamos que nos jalen los pies y nos eviten ser ese alguien que soñamos ser… que si de igualar condiciones se trata, que sea para escalar no para disminuir.